El Perú Bolivariano
En 1997 visite por primera vez Perú. Lo hacía emulando la Ruta de Simón Bolívar quien a partir de 1819 atravesó la Cordillera de los Andes para dar libertad a Suramérica. Sí a Suramérica. Porque aunque el Libertador no hubiere pisado los suelos de Chile, Uruguay, Paraguay, Argentina, Brasil fue el Sol que irradió las grandes causas emancipadoras del continente. Su aurora libertaria abarcó a Centro América y al Caribe. Sin el paradigma bolivariano independizarse de los imperios europeos hubiere tardado aún más, tal como sucedió en África, India y otros países de Asia, o como sucede aún con pueblos subyugados a Europa en todo el orbe. Recorrí Perú por carretera desde la frontera con Ecuador. Entre por Tumbes y de allí pueblo a pueblo por las costas del Pacífico. Parando en Trujillo, para arribar a Lima. De allí a la interplanetaria Nazca, luego a la cuna de los cóndores en Arequipa, para atravesar las montañas nevadas que conducen al imponente Cuzco. Caminé a Perú, subí a