lunes, 7 de abril de 2014

UNASUR en Venezuela



El Presidente de la República Nicolás Maduro, en ocasión de la instalación de la Conferencia Nacional de Paz, anunció la intención de invitar a UNASUR al país para que acompañará en la esa iniciativa y cooperará en la Comisión de la Verdad que se crearía para investigar las muertes que por la violencia desatada desde febrero 2010, por la extrema derecha.
A pesar, de los focos terroristas que se mantienen en sectores claramente identificados con alcaldes de la oposición, concretamente de los partidos desde la óptica del derecho internacional en Venezuela no hay un conflicto de grandes proporciones que objetivamente trascienda las fronteras internacionales y que no pueda ser solucionado con los mecanismos nacionales. No obstante, el foquismo ha sido elevado por las trasnacionales de información, y sus dirigentes reciben trato estelar por el gobierno de EEUU,
De los métodos de solución pacífica de controversias destacan la negociación, los buenos oficios, la conciliación, la mediación y el arbitraje.
UNASUR ha participado en situaciones en las que la democracia ha sido puesta en peligro como fue en Bolivia y en Ecuador donde salió con éxito y en Paraguay, donde si bien no pudo detener el golpe de estado parlamentario sentó un precedente contra el gobierno de facto al aislarlo de la subregión.
Es loable es esfuerzo de este mecanismo subregional en el cual participan los doce gobierno de Suramérica, independientemente de sus tendencias ideológicas, lo cual le da una mayor representatividad cuando se trata de participar como facilitadores, acompañantes o testigos en situaciones de tensión a los que son invitados por cualquiera de sus miembros.
La misma composición económica también describe la fortaleza de este mecanismo. Desde una súper economía mundial como la Brasileña a economías pequeñas como la Boliviana. Todo lo cual desmerita cualquier calificativo malsano de actores internos que esperan que todo invitado internacional sea bueno solo si suscribe al pie de la letra apetencias fuera del marco de la ley.
Algo cada vez está muy claro en la situación venezolana: En conflictos internacionales es común habla de dos partes enfrentadas. En Venezuela no es así. Existe un gobierno nacional legitimo, constitucional, que tuvo además la ratificación “obligada por la oposición” en un proceso electoral que de ser municipal lo convirtió a través de sus medios trasnacionales en plebiscitario y que ganó abiertamente, lo cual costó el liderazgo al ex candidato presidencial y dio pasó una dirigencia negativa que soltó los demonios de sus seguidores radicales, a través de arengas fascistas y de jugosos pagos monetarios. Los otros actores, económicos, académicos, sociales, gobernadores, se han sentado a la mesa de paz. Vale decir, el criterio de una paz con amplitud legal de las libertades democráticas va arropando al país. Las fotos incendiarias que a diario monta el fascismo terrorista ya no surten el mismo efecto nacional e internacional porque han caído por el peso de la evidencia, y los actores de las macabras puestas en escenas además de la justicia se están ganando el repudio general de la población. Por ello, la dirigencia opositora y oposicionista se apresura a desmarcarse de ella y se declara incompetente de contralarla.
En el caso venezolano, UNASUR acompaña y es testigo del proceso de diálogo amplio, de convocatoria abierta y pluripolar iniciado por el gobierno con sectores de toda la vida nacional. Su presencia facilitadora, siempre será para fortalecer la democracia protagónica de sus países miembros contra todo peligro desestabilizador.

¿Quién secuestró a las universidades autónomas?




La autonomía universitaria es administrativa y en el caso de los recintos (espacio físico), y edificaciones estos son inviolables por las autoridades de seguridad pública, salvo solicitud expresa o por caso de actos criminales.

Las autoridades jamás querrían autonomía económica, dado que el enorme gasto de las universidades es tal y la mala gerencia tan abrumadora que son incapaces de producir un mínimo de ingreso propios, salvo el estimulado por el propio estado venezolano. El gobierno nacional asigna millonarias sumas para que las autoridades universitaria haga usan racional y eficiente de ellos. Y claro, no lo hacen.

La autonomía prevé la elección de autoridades con pautas claras para que sea universal y democrática. No obstante, varias universidades poseen rectores, vicerrectores, secretarios  y decanos cuyos periodos vencieron hace años, pero no quieren buscar vías de sustitución al menos provisional, como gallardamente lo hicieron algunos decanos.

Esas autoridades ilegitimas se han sumado al juego extremista. Mal usan la autonomía par proteger violentos, fomentar hechos confusos y financiar con los dineros públicos al fascismo. No conforme con ello, usurpando la potencial decisión universitaria, auspician o permiten protestas no pacifica, dirigidas a desestabilizar a la institucionalidad nacional, por encima del derecho a estudiar y luchar por valores supremos y no por el libertinaje de dañar el patrimonio publico y violar derechos como la salud, ambiente y libre tránsito.

El Tribunal Supremo de Justicia fue claro en abril de 2011 sobre la obligatoriedad de las autoridades universitarias de hacer un nuevo reglamento de elecciones que incluyera a docentes, trabajadores, empleados administrativos, profesionales y estudiantes, y que un plazo de 30 día convocará a elecciones. En esa oportunidad se multó por desacato a los miembros del Consejo Universitario de la UCV. No obstante, no han cumplido la orden, lo cual indica que le es más rentable desobedecer que cumplir las leyes de la República. El resultado es que las universidades autónomas, que no independientes, porque están sujetas a la Constitución y a las leyes, y deben formar a sus cursantes para quererlas y hacerlas cumplir, son regidas desde hace tres años por rectores, vicerrectores y secretarios (hombres o mujeres) en desacato a la ley, sean de izquierda, de centro o de derecha. Poca moral tienen para predicar democracia y libertad quienes han secuestrado a sus comunidades ese derecho, que está muy claro para las universidades autónomas.

Sería oportuno escuchar levantar las banderas de la democracia a las comunidades universitarias de las autónomas UCV, LUZ, UDO, UC. Al menos que quieran seguir el modelo de las privadas, que además de cobrar grandes sumas a sus estudiantes, los mantienen sin clases para que se sumen a la apariencia de desestabilización que quieren imponer. Ese tema lo abordaremos en una próxima oportunidad.

Las universidades, son del pueblo. Un espacio para todas las corrientes universales del pensamiento (por ello su nombre alude a la “universalidad” de las ideas). La metodología impuesta por la corriente de derecha, creó todos los mecanismos para imponer una idea dominante en los recintos universitarios. Para nadie es un secreto que desde el año 2000, llegaron al poder universitario de las autónomas autoridades que han respondido directamente a las estrategias de desestabilización nacional, descuidando y abandonando los augustos objetivos de la universidad venezolana. Sería pertinente una estadística de cuantos días de clases efectivos desde entonces reciben los jóvenes que en esas universidades. Por más reprogramaciones que hagan, jamás podrán suplir el tiempo de calidad para formar un profesional integro al servicio de la humanidad.

 ¿Cuándo fue la última vez que escuchamos de unos juegos deportivos interfacultades, Juvines, Juegos Universitarios? ¿Quién ha vuelto hablar de festival de coros universitarios, voz universitaria, festival de teatro, concursos literarios? ¿Dónde están las cientos de publicaciones periódicas de las universidades que espantaban la sombra? ¿Qué fue de los grupos ambientalistas, de arborización que llegaba al heroísmo de amarrarse a un árbol para evitar su tala?

Que nadie venga con el cuento del presupuesto. Porque además de tenerlo, muchos de nosotros por largos años participamos en esas actividades tan solo con mística y “una pequeña ayuda de mis amigos”. Buena tarea esta.

¿Dónde está la sabia dirigencia profesoral que por encima de sus naturales tendencias ideológicas se batía por la formación de un estudiantado integro para el país? Ahora hay, una casi generalidad de gobiernos y cogobiernos cuya línea de acción la impone una derecha extrema que no formación para el debate de las ideas, ni plataforma ideológica, ni proyectos incluyente y sobre todo carece de amor al país. 
Ya basta del desacato a la justicia venezolana. Las autónomas merecen legítimas e integras autoridades que lideren una Universidad Universal.

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