Bolton en nombre de Trump ha dado instrucciones precisas a los gobiernos reunidos en Lima, conformantes de un frente antidemocrático contra Venezuela. Varios de estos gobiernos en crisis de pronóstico reservados.
Se reúnen precisamente en Perú donde el anfitrión fundador de ese grupo fue juzgado por lo mismo que sus anteriores colegas: por atentar y vejar al noble pueblo peruano.
Les repitió la cartilla. Coloca a Venezuela en el llamado eje del mal. Cita a Corea del Norte, gobierno al que en realidad temen; a Irán, revolución que se ha crecido tecnológicamente, y temen, a Cuba, proyecto de coherencia popular y creativa, y temen.
Es un manipulador de la historia. Afirma que en las últimas décadas no había recurrido a un bloqueo como el que hacen contra Venezuela, y que estos dan resultados. Se refiere a Panamá en 1989. Miente, en Panamá un ex agente de la CIA que llevaron a la presidencia de ese país para que permitiera el narcotráfico desde Colombia y mantuviera el canal tranquilo y gringo, se les alzo, y para sacarlo asesinaron a unas cinco mil personas.
Pone de ejemplo a la caída de la Revolución Sandinista como acción de un bloqueo económico. Miente. En Nicaragua apenas triunfa la Revolución Sandinista, el gobierno corporativo de EEUU organiza una contra revolución armada que mantiene a ese país en una guerra armada desde 1980 a 1990.
La administración yanqui desvía dineros para financiar a la oposición armada. En 1986 estallaría el escándalo irangate, que puso al descubierto la operación paramilitar de EEUU para derrocar por sangre a la Revolución.
Desde 1987, sin bajar la intensidad armada, apretaron las agresiones económicas contra el país de Sandino. Como lo ha explicado el Presidente Ortega, para 1989, el mismo año del bombardeo a Panamá, el sandinismo acepta adelantar las elecciones presidenciales a fin de detener el baño de sangre nacional. Unas elecciones en la que la oposición de derecha apoyada por EEUU y ante un país arruinado por la guerra y el bloqueo, sucumbe, sumiéndose en 16 años de más hambre y retroceso hasta que el Sandinismo regresa en 2006.
Bolton marca así una ruta yanqui para una Venezuela cuya mayoría ha decidido un camino del no retorno en su independencia y soberanía. A Venezuela, también le temen.
Se reúnen precisamente en Perú donde el anfitrión fundador de ese grupo fue juzgado por lo mismo que sus anteriores colegas: por atentar y vejar al noble pueblo peruano.
Les repitió la cartilla. Coloca a Venezuela en el llamado eje del mal. Cita a Corea del Norte, gobierno al que en realidad temen; a Irán, revolución que se ha crecido tecnológicamente, y temen, a Cuba, proyecto de coherencia popular y creativa, y temen.
Es un manipulador de la historia. Afirma que en las últimas décadas no había recurrido a un bloqueo como el que hacen contra Venezuela, y que estos dan resultados. Se refiere a Panamá en 1989. Miente, en Panamá un ex agente de la CIA que llevaron a la presidencia de ese país para que permitiera el narcotráfico desde Colombia y mantuviera el canal tranquilo y gringo, se les alzo, y para sacarlo asesinaron a unas cinco mil personas.
Pone de ejemplo a la caída de la Revolución Sandinista como acción de un bloqueo económico. Miente. En Nicaragua apenas triunfa la Revolución Sandinista, el gobierno corporativo de EEUU organiza una contra revolución armada que mantiene a ese país en una guerra armada desde 1980 a 1990.
La administración yanqui desvía dineros para financiar a la oposición armada. En 1986 estallaría el escándalo irangate, que puso al descubierto la operación paramilitar de EEUU para derrocar por sangre a la Revolución.
Desde 1987, sin bajar la intensidad armada, apretaron las agresiones económicas contra el país de Sandino. Como lo ha explicado el Presidente Ortega, para 1989, el mismo año del bombardeo a Panamá, el sandinismo acepta adelantar las elecciones presidenciales a fin de detener el baño de sangre nacional. Unas elecciones en la que la oposición de derecha apoyada por EEUU y ante un país arruinado por la guerra y el bloqueo, sucumbe, sumiéndose en 16 años de más hambre y retroceso hasta que el Sandinismo regresa en 2006.
Bolton marca así una ruta yanqui para una Venezuela cuya mayoría ha decidido un camino del no retorno en su independencia y soberanía. A Venezuela, también le temen.