Escribe que
algo queda, decía el insigne columnista Kotepa Delgado. Alguien lee, comenta y
hasta de pronto se consigue una buena idea para el debate. En eso andamos,
leyendo sobre modelos económicos que han
tenido algún grado de éxito. Hemos escrito o conversado sobre el japonés, alemán, vietnamita, los
tigres asiáticos, etíope, Kerala. En cada uno de ello hay algo que estudiar.
Los chinos
han aplicado un modelo de crecimiento “doble”, socialismo hacia adentro y
economía de mercado hacia afuera. Los vietnamitas adaptaron esa tesis y le ha
ido bastante bien. Lo que debe quedar claro es que se puede emprender una ruta
de crecimiento económico con desarrollo por encima de las dificultades, hasta
por sobre las feroces ataques económicos a los que puede ser sometido un país.
¿Acaso no lo ha sido China? Basta estudiar las guerras del opio las guerras de
expansión de Japón contra China (fines del siglo XIX y en la década de los 30 – 40 del siglo
XX. ¿No lo fue Vietnam durante veinte
años? (1955 – 1975). ¿No la ha sido Cuba con un cruento Bloqueo? Hay que echar
a andar a este país con o sin guerra económica. Lo que si no debemos permitir
son tres cosas: corrupción, viveza y flojera, sea mental o física. Es el
momento, tenemos recursos, capacidades, talento humano y poder político.
Desarrollo
Local y distritos industriales
En esta
oportunidad, traemos a colocación la experiencia de los distritos industriales
de Italia, los cuales han influenciado en el desarrollo. La trágicamente
derrotada Italia de la gran guerra europea, apostó por la pequeña y mediana
empresa para levantar su economía y sus esperanzas. También había pasado Italia
por una cruenta guerra civil de 1943 a 1945.
En ese país
se crearon los llamados “Distritos Industriales” basado en la creación de
ventajas competitivas y en la división del trabajo, para lo cual se fomentó la cooperación
entre los empresarios y la comunidad local, con las instituciones del Estado
garantizando reglas del juego claras y procurando ahorro para la imprescindible
inversión.
El modelo
parte de la producción a pequeña escala, nada novedoso, dado que en eso se
basaba la producción artesanal. La nueva propuesta era a una escala superior,
considerando la localidad, el distrito. Vale decir que la demanda interna de un
bien pueda ser cubierta por la producción local del mismo.
En el caso
italiano, la experiencia se inició en los años 1960. En un primer momento, con intención
de ofrecer bienes más personalizados en calidad y detalles. Algo cercano al “hecho
a mano” que tanto agrada al consumidor final. Esto lleva a una especialización
local de la mano de obra, de los proveedores y de la tecnología. Observamos
entonces pueblos enteros dedicado a un la elaboración de un bien, hasta que
llega el momento que este bien por su calidad empieza ser requerido por otras
zonas geográficas nacionales, y a medida que aumenta su prestigioso por
compradores internacionales.
El territorio
se convierte en un factor importante para el desarrollo en sus variables, entre
ellas la competitividad y el comercio. Las instituciones y el sector privado contribuyen
con ello con la promoción o creación de centros de investigación y tecnología, centros de servicios
especializados para la empresa, centros de formación profesional y agencias
para el desarrollo local. Una línea de sustento de estos centros, lo es
la identidad sociocultural que ese esencial para la decisión de ¿Qué producir?
En el caso italiano
los pequeños y medianos empresarios y las instituciones estuvieron de
acuerdo las necesidades de cada
localidad y crear los distritos industriales, dado que se optó por las
manifacturas, dado el valor agregado de estas.
Pieles, calzados, correas,
maletas, textiles, joyería, tubos, vehículos, motocicletas, bebidas, entre otros
artículos sed hicieron comunes de acuerdo al distrito industrial italiano,
política que contribuyó decididamente al crecimiento económico e industrial de
Italia entre 1960 y hasta los años 1990.
@bolivarreinaldo