¿Qué mente maquiavélica introdujo la terminología
de “las Américas “que tan obedientemente acataron los círculos académicos y
diplomáticos del mundo?
Hay que
tener mucho cuidado con el academicismo, el diplomacismo y el politecismo, al
igual que con el militarismo. Las visiones integrales, multicidisplinarias,
holísticas y sobre todo humanas y naturales siempre serán las que más beneficien
al género humano y al Planeta Tierra.
El Libertador Simón Bolívar --el único hombre a
quien le dieron ese descriptivo título, que lo llevo a decir “Libertador es más
que todo”, cuando los aduladores le sugerían que se coronará como rey de
Colombia-- , siempre habló de una sola América, nuestra proclama de
Independencia de una sola América, el manifiesto al mundo que hace Venezuela es
tácito en referirse a la emancipación de América, las distintas proclamaciones
de independencia en el territorio Abya Yala se refieren a América. José Martí,
categoriza más el término y nos da el de Nuestra América.
Ya se aceptaba, por geopolítica, el nombre impuesto
por el invasor Américo Vespucio. Porque
a los imperios les encantaba re nombrar todo afín de transculturizar hasta los
sonidos. El Congreso Anfictiónico de Panamá invito a una gran cumbre de América
para asegurar la soberanía integral frente a los saqueadores imperios europeos
y norteños.
Bolívar predicaba el unionismo de las naciones.
Contra el Bolivarianismo, bien claro en su objetivo, vino el monroísmo, que era
la pretensión gringa de imponerse a Europa como imperio dominante en América.
Dado el triunfo de los movimientos de independencia, Francia, Gran Bretaña y
España optaron por la estrategia de dividir a América, y EEUU por la de crear
un falso manto de coordinación.
Los primeros apoyaron a las elites eurocéntricas,
el segundo las agrupó en las Conferencias Interamericanas. Los primeros
impusieron lo deAmèrica Latina, Hispana, Anglosajona; el segundo “las Américas” en las sumisas conferencias
interamericanas.
Hija de esas son las Cumbres Iberoamericanas y la
de Las Américas. Ambas concreciones
imperiales para dictar pautas a las viejas elites y ayudarlas a imponerse a los
movimientos soberanos de Nuestra América. Ambas deben desaparecer y dar paso
definitivo al unionismo emancipador bolivariano.