Por: Instituto
de Investigaciones Estratégicas sobre África y su Diáspora
Para comprender lo
que está ocurriendo en Egipto desde el año 2011, es imperativo superar la
tentación de realizar el análisis a partir de las perspectivas y modelos
occidentales. Los ejercicios que se están haciendo, bajo esa óptica, para
entender lo que ocurre en el país norteafricano, corren el riesgo, como está
pasando con la mayoría de ellos, de ir a la sustancia del asunto.
Hay una
especificidad egipcia que trasciende lo anterior. Un modo de ser, una dinámica
que comenzó antes de la expulsión de Mubarak de un poder que ejercía
dictatoríamente y que disfrazaba con amañadas elecciones presidenciales.
Una dinámica que
no terminará con la salida de Morsi y el debilitamiento político de su grupo.
Morsi llegó al poder y es echado de él fruto de esa especificad egipcia que
está a la búsqueda de superar los ingentes problemas de un pueblo-país sumido
en casi 50 años de crisis y que no está dispuesto a agotar y botar por la borda
la oportunidad que se está dando de resurgir. Los egipcios no cesaran de
expresar y empujar hasta lograr lo mejor para el país.
Encuesta de Mayo de 2013
El 15 de mayo, una
importante encuesta realizada en las principales ciudades de Egipto reveló que:
El Presidente
Morsi que arribó al poder por elección después de un año de la caída de Mubarak
experimentó un vertiginoso descenso en su popularidad de 78% a 34%, muy lejos
del 51 % con el cual ganó en su segunda vuelta, lo cual le resta capacidad de
maniobra en la consolidación de la gobernabilidad de un país cuya agitación
social no cesa desde enero de 2010 y cuya participación electoral apenas superó
el 50% en los comicios de junio de 2012.
Los resultados de
la encuesta mostraron que el Islam Político Reaccionario, y su brazo ejecutor,
la Hermandad Musulmana, grupo de apoyo a Morsi que había logrado atraer para la
segunda ronda de las elecciones a una coalición, se había quedado sola.
El estudio
destacaba que las coincidencias de las protestas y
movilizaciones tanto contra Mubarak, la Junta Militar y el propio Morsi se han
producido en las grandes ciudades como El Cairo y Alejandría.
La encuesta
concluye que las causas de descontento son varias: devaluación de la divisa nacional,
la libra egipcia, pésima higiene ambiental y alza galopante de los precios,
agravada por las pre anunciadas medidas de austeridad para conformar la
economía a las exigencias del Fondo Monetario Internacional para conceder un
préstamos de 4.800 millones de dólares.
La inseguridad ciudadana y la parálisis de la economía son otros factores
que conspiran contra la popularidad del mandatario y su partido político.
Para el momento de
la encuesta, grupos de opinión habían recogido ya
tres millones de firmas para pedir elecciones
anticipadas y la salida del Presidente. La campaña se inició en la emblemática
Plaza Tahrir. En ese momento, se comenzaba a llamar
a protestas masivas para el 30 de junio, fecha del primer año de Morsi en el
poder.
¿Qué es el Islam Político Reaccionario?
El Islam Político consta de dos corrientes
antagónicas. Una de resistencia antiimperialista y nacionalista representada
por el eje Irán-Hezballah (fundamentalmente chiita) y otra pro-imperialista y
reaccionaria representada por los países del Golfo, sunitas (Arabia Saudita,
Emiratos Árabes y Qatar).
El “Islam Político” reaccionario proclama la “singularidad del Islam” en la sociedad,
fundada en la razón de la no existencia de separación entre política y
religión, al tiempo que pregona restaurar el pasado de grandeza de Comunidad
Islámica.
El Islam Político reaccionario, no es un
movimiento religioso, pero usa como bandera para captar simpatizantes a la
religión musulmana en conocimiento del gran número de practicantes que aquella
tiene. El Islam Político reaccionario defiende el “carácter sagrado de la propiedad” sobre
los medios de producción, lo que hace que su carácter sea esencialmente
capitalista.
La Hermandad Musulmana, brazo del Islam Político
Esta es la
expresión del Islam Político Reaccionario en el llamado Medio Oriente, África del
Norte y países como Turquía. Sus principales triunfos se registran en Egipto,
Túnez y la propia Turquía.
La Hermandad Musulmana fue creada en 1928 con el
auspicio del Imperio Británico y de las monarquías árabes. La Hermandad
Musulmana, vino cobrando posiciones en Egipto, obrando en los sectores más
desposeídos para ideologizarlos a partir del hecho religioso, aprovechando de
las carencias materiales.
Con los aportes monetarios recibidos de sus
mentores ha realizado su actividad propagandística disfrazada de ayuda a la
economía informal, servicios de beneficencia (escuelas, mezquitas, dispensarios
médicos, alimentos, entre otros) y asistenciales que convertirá en ganancia
política en su momento. Es un trabajo que venían haciendo desde la muerte de Gamal Abdel Nasser (1918-1970).
Desde la época de Nasser la Hermandad Musulmana se dedicó a oponerse a toda
fuerza socialista, nacionalista y panarabista en Egipto, mostrando su radical
posición de derecha y pro occidental.
Una vez en el poder, desde junio de 2012, La
Hermandad Musulmana intentó su dominio ideológico de la sociedad egipcia implementando políticas reaccionarias como la
“sharia” (sumisión a la Ley Islámica), disminución de los derechos a la mujer,
prohibición de huelgas, sindicatos y el desmontaje del Estado – Nación.
Papel de
los actores políticos en la situación actual Egipto
Ante el comportamiento de
Morsi y la Hermandad Musulmana, las movilizaciones organizadas en las grandes
ciudades del país resurgieron con imponente fuerza, y con mayor efectividad que
en 2011, donde sobresalió la espontaneidad.
1.- El Ejército
Desde el golpe 1952 que llevó
a la presidencia al legendario Gamal Abdel Nasser ha tenido casi un papel de
árbitro en el país. . Tras la rebelión popular de 2011, derrocó a Mubarak, a
quien también ayudó a llegar al poder.
Desde 2011, tras la revolución
popular que obligó a la salida de Mubarak, controlaron el gobierno de manera
totalitaria, aunque cumplieron la oferta de realizar elecciones en breve plazo,
por lo que en esa oportunidad la Unión Africana no suspendió al país.
Tras las impresionantes
manifestaciones populares para expulsar al Presidente Morsi, de nuevo retoma el
papel de árbitro, aunque esta vez con la resistencia de los Hermanos
Musulmanes. En esta oportunidad, el Ejército ha concertado con las fuerzas
políticas opuestas a Morsi, para designar a un presidente civil que conduzca la
transición hacia unas nuevas elecciones.
2- -La
coalición opositora o Frente de Salvación Nacional
El Frente de Salvación Nacional
o Frente Nacional para la Salvación de la Revolución, es una alianza de partidos políticos. Fue el mayor bloque opositor al
gobierno de la Hermandad Musulmana.
Para planificar el Egipto sin
Morsi con el Ejército, el Frente designó al señor Mohamed ElBaradei, ex jefe
del organismo de control nuclear de la ONU.
Dentro del Frente de Salvación
Nacional resalta el nasserista Hamdeen
Sabahi, de 58 años. Este ha sido una voz constante contra Morsi. Sabahi obtuvo
un impresionante tercer lugar en las elecciones presidenciales de 2012, a pesar
de no contar con recursos ni maquinaria electoral.
3) Tamaroud
(Rebelión Árabe)
Esta fue la fuerza impulsora
detrás de las protestas que llevaron al fin de la presidencia de Morsi. Sus
miembros son básicamente los mismos que se opusieron a Mubarak. Su principal
componte es el sector juvenil del país. Este grupo organizó la recolección de
firmas para exigir elecciones anticipadas y la renuncia de Morsi. Para el 30 de
junio anunciaron haber recolectado 22 millones de rúbricas.
4) Al-Nour y
los partidos salafistas
Al-Nour, es el segundo partido
islamista, Fue creado después de la revolución de 2011. Apoyo hasta el mes de
mayo a Morsi y a la Hermandad Musulmana. Tras la crisis Al-Nour aceptó
participar en el proceso de "hoja de ruta" del ejército. El 7 de
julio, ha comunicado que se separa del actual proceso. Bloqueó el nombramiento
de ElBaradei como Primer Ministro, y empieza a tener una línea dura contra el
gobierno actual.
5) Al-Azhar
El-Azhar es el centro de
estudios teológicos islámica sunita. El establecimiento de Al-Azhar se remonta
a la dinastía fatimí de hace más de mil años. Su centro de estudios de la
Universidad Al-Azhar de El Cairo ha mantenido su posición en la vanguardia de
la educación religiosa desde entonces. Esta autoridad se sintió marginada por
los Hermanos Musulmanes al llegar estos al poder. El-Tayyeb, su rector, ha sido
un vocero importante durante las recientes protestas, elogió a los
manifestantes con las siguientes declaraciones "el pueblo ha sorprendido e
inspirado al mundo a través de la elegante expresión de sus demandas
pacíficas."
6) Iglesia Ortodoxa Copta de
Egipto
La Iglesia Copta se puso de
parte de los manifestantes es "maravilloso ver al pueblo egipcio retomar
su robada revolución de una manera pacífica".
Esta
tendencia cristiana, durante los gobiernos anteriores a Morsi, había gozado de
cierta tolerancia y de integración ecuménica en la nación. Desde 2012 ha sido
objeto de discriminación y violencia. Los coptos, una minoría
cristiana de cuatro millones de prácticamente, se ha quejado de ser blanco de
los ataques de los simpatizantes de la Hermandad Musulmana.
El Papa copto Tawadros II, que asumió el cargo
hace menos de un año se ha reunido con ElBaradei y con el Gran Mufti, la más
importante autoridad religiosa del Islam sunita.
Egipto
¿Rebelión o revolución de colores?
La magnitud de las movilizaciones
en Egipto desde noviembre de 2011 a julio de 2013, difícilmente tienen parangón
en la historia universal moderna. Solo podrían compararse con las
manifestaciones en la India de Ghandy y la de Sudáfrica contra el apartheid. A
ello se suma, la heterogeneidad de las protestas, lo cual descarta toda
manipulación foránea, aunque hubiese actores internacionales que quisiera aprovecharse
de ella. De nuevo, no hay que perder de vista, la especificidad egipcia.
Lo ocurrido en Egipto solo puede
calificarse de rebelión popular, masiva que trastoca todos los sectores de la
vida del país entre ellos a la izquierda heredera de Nasser, que obtuvo un 23 %
de las elecciones presidenciales de mayo de 2012. Afirmar que solo los
militares produjeron la salida del gobierno deslegitimado de Morsi es
menospreciar o desconocer las intensas luchas del pueblo.
La Hermandad Musulmana ha
afectado a grandes sentimientos del país Además de intentar convertirse en una
dictadura, tratar de imponer un brutal modelo neoliberal; y junto con ello,
socavar o destruir la tradición política secular inaugurada por Nasser y mantenida
(con todas sus desviaciones y gravísimos problemas) hasta ahora.
Por el lado de las libertades
humanas, el gobierno de Morsi, en apenas un año, ordenó acciones represivas que
causaron hasta el unos trescientos muertos, varios miles de heridos y, al menos
cinco mil torturados.
Este expediente llevó al gobierno
a deslegitimarse y activar la expresión soberana del pueblo.
La rebelión contra Morsi
recuerda, con sus diferencias organizativas y matiz cultural, de este lado del
mundo, el levantamiento popular contra el paquete económico en Venezuela 1989
que luego daría pasó a la rebelión cívico militar de febrero de 1992
La salida de Morsi y el decretazo del 22 de noviembre de 2012
Dos las visiones que pudieran
orientar la caída de Morsi y la Hermandad Musulmana:
Una primera visión determina que
hay un golpe de estado debido a que se derogó la constitución, se destituyó y
reemplazó al presidente.
Una segunda percepción infiere
que el estamento militar se sumó a la corriente popular que tomó plazas, recogió
firmas, organizó un frente para oponerse a las pretensiones totalitarias de
Morsi y la Hermandad Musulmana. El papel del Ejército ha sido similar al que
realizó cuando se produjeron las manifestaciones para sacar a Mubarak del
ejercicio del poder, pero esta vez, condicionado al alto nivel de organización
del Frente Nacional de Salvación o Rescate.
Otro de los errores políticos que
salen a la luz pública fue la aprobación de la nueva Constitución afirman que aunque protegía
algunos derechos personales, disminuía otros. Además fue aprobada con una
abstención activa del 70 % de los votantes. Los votos a favor, apenas llegaron
10 millones, de una población electoral de 54 millones de habitantes. Morsi fue
electo con una abstención de 50 %.
Para la oposición a Morsi, que
incluye a aliados que lo apoyaron en la segunda vuelta de las elecciones de
junio de 2012, que ganó con 52% de los votos, el “decretazo” del 22 de
noviembre de 2012, que disolvía al parlamento, daba al presidente poderes
legislativos, inmunidad total y disolvía al poder judicial, convertía al
Presidente en un dictador de facto, lo deslegitimaba y acababa con la
revolución.
Si bien, las protestas pudieron
anular el decreto, en ese momento Morsi mismo había herido de muerte la
reciente democracia. Morsi intentó dar un autogolpe para convertirse en un
dictador. En esa oportunidad los medios de prensa la caricaturizaban con
atuendos de “Faraón Morsi”.
La segunda visión queda más
explicada en el momento del discurso del Ministro de la Defensa de Egipto:
El Discurso del Ministro de la Defensa
El escenario que rodeó el
discurso en el cual el general Sissi, Ministro de la Defensa, anunció el
derrocamiento de Morsi, refleja la composición de las fuerzas o actores que han
incidido en discurrir los acontecimientos. Las personalidades y líderes allí
reunidas, lo hacían para mostrar que la intervención de las Fuerzas Armadas
había sido concertada con ellos.
El General Sissi estaba
acompañado por las más altas autoridades islámicas y cristianas del país; por
los representantes de la juventud rebelde de Tahrir y por Señor El Baradei como
delegado principal del Frente de Salvación Nacional. Este acompañamiento al
discurso del general Sissi demostró enorme rechazo contra Morsi por un sector
muy mayoritario de la población que siente que los logros de la revolución del
2011 estaban siendo secuestrados por un proyecto profundamente reaccionario y
complaciente al capitalismo transnacional.
¿Fuerzas Armadas contra un gobierno democráticamente electo?
Lo esencial, desde una perspectiva egipcia es
que las Fuerzas Armadas tuvieron que intervenir ante una enorme presión
popular, sin precedentes en la historia contemporánea de este país. Una
diferencia esencial de su intervención en esta ocasión, con la del 2011 es que
esa oportunidad se creó una Junta Militar que recibió rechazos de los
movimientos organizados durante todo el tiempo que ejerció el poder, mientras
que esta vez las Fuerzas Armadas parecieran sumadas o en negociación constante
con el Frente de Salvación Nacional. Muestra de ello es que el gobierno estará
presidido por un civil y no por un militar.
Las Fuerzas Armadas, o Ejército
como se les llama popularmente, que han mantenido un papel predominante en Egipto,
con altísima popularidad, parecieran ahora más propensos a sentarse en la mesa
de toma de decisiones con los civiles.
¿Qué sigue en Egipto?
Sobre qué
pasará de ahora en adelante. En primer lugar, los actores políticos no deben subestimar tanto el arraigo, como la organización y
la disciplina de la Hermandad Musulmana, un partido que tiene en su haber unos
80 años de experiencia política y una importante base social obtenida con su
fórmula de penetración descrita en este ensayo.
La Hermandad Musulmana posee
además mecanismos de choque violentos aún no cuantificados por lo que ya se
están originando escenario de confrontación físico. Habría que esperar si
contarán con el apoyo de sus pares foráneos.
Sin embargo, contrario a lo sucedido
en 2012, cuando los Hermanos Musulmanes consiguieron canalizar las esperanzas
de la mayoría, esta vez el rechazo abrumador a sus acciones durante la
presidencia de Morsi, y el papel que los grupos organizados están y la
incapacidad de la Hermandad para hacer alianzas políticas, probablemente los
debilite y aleje de la conducción del gobierno.
Las
reacciones internacionales aceptan la decisión popular
Los medios de comunicación internacionales, bien por no concer la esencia de lo que acontece en Egipto, o llevados por intereses propios, han cartelizado los sucesos violentos del 4 al 8 de julio, haciendo ver que las Fuerzas Armadas y el Frente Nacional de Salvación están cometiendo una masacre contra unos tranquilos y pacíficos Hermanos Musulmanes. Todo ello pareciera querer forzar posiciones de condena a la Rebelión Popular al asimilarla a un clásico golpe de estado.
No obstante, las reacciones
internacionales dan por sentado que los gobiernos y organizaciones del mundo
quitaron todo respaldo a Morsi y su partido y llaman al respeto al pueblo y a
la consolidación de las instituciones.
En el llamado mundo árabe, sorprendentemente Arabia Saudita, Emiratos Árabes y Jordania coincidieron con Siria (a cuyo gobierno adversan) en congraciarse con la salida de Morsi.
El Gobierno de Irán, país que
había restituído las relaciones con Egipto durante la transición militar de
2011 - 2012, si bien ha expresado su desaprobación a la intervención del
ejército en asuntos políticos, ha agragado que "lo importante es dar valor
a las legítimas demandas del pueblo". Irán ha advertido la posiblidad de
un Egipto dividido que conviene más al sionismo israeli.
Por su parte, la Unión Africana, principal organismo regional, de acuerdo a su doctrina, ha suspendido a Egipto de la membresía. Aunque hay que recordar que en el caso de 2011, la UA no sancionó al país a pesar de que el gobernamente de entonces hacía vida institucional en ese organismo. En esta oportunidad, la UA, tal vez considerando las elecciones de junio de 2012, aplicó la sanción, pero no ha llamado a restablecer el gobierno de Morsi, sino que al desear que Egipto vuelva a la UA, explicó, a través de la Presidenta Zuma, que la restauración del orden constitucional se efectúa cuando se convoque nuevas elecciones.
La ONU, ha condenado la reciente violencia y ha ofrecido su apoyo para la recontrucción de las instituciones y un marco jurídico que garantice la democracia y Estado de Derecho. La Secretaría General de ese organismo, se cuida de no referirse a un golpe de estado, y tacitamente deja en el ambiente que el gobierno de Morsi se acabó.
Por la parte de Estados Unidos, gobierno que venía asistiendo a Morsi con más de mil millones de dolares, una vez busca anotarse a ganador, procurando que alguna de sus fichas pro occidentales ingrese al juego del poder egipcio, tal como lo hizo con Morsi.Los intereses estadounidenses están mejor resguardados con un país que mantenga tranquilidad y cambios legales a la manera occidental.
Los países de Europa, en primer lugar han advertido a sus nacionales, evitar hacer turismo en Egipto, lo cual es un duro golpe para la economía de un Estado que tiene en ese rubro uno de sus principales ingresos, el cual viene disminuyendo desde el año 2011. Gran Bretaña, "preocupada", se manifestó dispuesta a trabajar con el nuevo gobierno; mientras que Alemania calificó de fracaso para la democracia la situación, pero sin defender a Morsi, ni pedir su retorno.
El gobierno francés, sin hacer
referencia al anterior mandatario, ha llamado a restaurar la democracia basados
en la plurilaridad y la unión.
La Unión Europea, ha llamado a un
retorno rápido a la democracia, con división de poderes y respeto a las
instituciones.
El gobierno Ruso, sin calificar la situación, ha manifestado su preocupación de que Egipto se dirija a una guerra civil. Llama al pueblo a evitarla.
Por el lado Suramericano, Brasil
mostró también su preocupación por la salida de Morsi, y llamó al diálogo, la
conciliación y respeto a las instituciones en los desafíos que serán enfrentados
por la población egipcia.
El poderoso gobierno de China, fue muy tajante en afirmar que respeta la decisión tomada por el pueblo de Egipto. Su cancillería evitó referirse directamente a la sitaución
De los países islámicos, solo el gobierno de Turquía condenó con fuerza la situación en Egipto, catalogando de golpe de estado.
En suma, en termino generales, los países del mundo han aceptado que en Egipto se produjo un cambio de gobierno donde el protagonismo popular ha jugado un papel fundamental.
NOTA DE
REDACCION: Análisis realizado por el Observatorio del Instituto de
Investigaciones Estratégicas sobre África y su Diáspora (Centro de Saberes
Africanos). Lo expresado en este trabajo no constituye ni compromete ninguna
posición oficial.