lunes, 10 de diciembre de 2018

Nuevos Concejales y el Poder Popular



Volvemos con el tema del Poder Popular, a propósito de las elecciones para concejales. Estos deberían ser los más cercanos a la ciudadanía. Tal vez, los más llamados a empujar hacia un verdadero empoderamiento popular. Más allá de las grandes concentraciones, movilizaciones, paros o huelgas. Un poder rutinario, común que no solo emane del pueblo, sino que lo ejerza el pueblo en cada área de la vida nacional. Aquí podrían hacer algo importante los concejales, más cercanos a las comunidades que los constituyentes. Vale decir, los o las constituyentes municipales deben escuchar con atención a los concejales, que en teoría recogen las necesidades de las localidades que los eligieron. Tener concejales para que sigan aprobando ordenanzas que apenas se conocen es un derroche de talento. Ellos pueden empujar hacia la construcción efectiva de un Poder Popular.

Ese poder debe tener expresión constitucional, no solo para adjetivizar y alargar sin mayores efectos el nombre de los ministerios, sino para que haya un instrumento legal que permita que la conducción de las instituciones del estado responda a la voluntad del pueblo, expresado en los trabajadores, obreros, funcionarios, empleados, campesinos, pescadores, estudiantes, entre otros.

El Constituyente de 1999, basa el Poder Ciudadano en la reflexión bolivariana, y lo conforma con dos instancias ya existentes, El Ministerio Público (fiscalía) y la Contraloría General de la República a la que suma una tercera existente en varias naciones, el Defensor del Pueblo. Cada una de estas figuras cumple en una función en línea a garantizar la ética de funcionarios, funcionarias y de la ciudadanía en general. Y en suma las acciones del actual Poder Ciudadano están muy ligadas o se complementan con el Poder Judicial.

La dinámica creada por la propia Constitución de 1999 y el devenir de los últimos años muestra una población dinámica y cada vez con mayor participación. No obstante, constitucionalmente no existe un Poder Popular.  Es abstracto, los ministerios son de un “poder popular”, pero en realidad son del “Poder Ejecutivo” quien los designa de acuerdo a la constitución nacional.
Los poderes por elección en Venezuela, como en todas las democracias clásicas son el Ejecutivo Nacional (su cabeza, el Presidente de la República quien decide o propone su tren ministerial), los ejecutivos regionales y municipales (Gobernadores y Alcaldes que a su vez designan sus secretarías o direcciones) y el poder Legislativo con sus variables nacional, regional y municipal. Los otros poderes Judicial, Electoral y Ciudadano son designados por el Legislativo mediante un proceso establecido en la constitución que parte de los méritos profesionales y virtudes de los aspirantes.  En términos concretos no existe un Poder Popular en la constitución, y el Poder Ciudadano, por el devenir histórico de estos últimos 18 años asumió otros roles más procedimentales que participativos. Ni siquiera es de acompañamiento, que tampoco sería suficiente, porque un pueblo maduro puede andar solo, pero necesita estar claramente reflejado en la Carta Magna.
Una solución salomónica, que encuentra los constitucionalistas es la “trasversalizar”. Vale decir, convencernos de que el poder popular estará en toda la Constitución, pero en realidad, ese verbo es una manera elegante de decir “está pero no está”.

En la composición de un  Poder Popular debería haber una instancia que lo amplié y no lo ajuste a una visión estrictamente penal y jurídica. Por ejemplo, puede pensarse en ministerios, gobernaciones, alcaldías, poderes públicos, juntas ministeriales conformadas por sus trabajadores, suerte de consejos populares por instancias. Hombres y mujeres probos, de edades heterogéneas (experiencia y juventud;  energía y paciencia; sabiduría y saberes). Es una discusión que tal vez no se esté dando, debido al tiempo que consume la técnica jurídica y a las necesidades que de manera legítima se impulsan.

Son ideas para el debate, que bien podrían promover los y las concejales ante la Asamblea Nacional Constituyente que ahora tiene esta oportunidad para profundizar su tarea y dar existencia a un sexto poder: El Poder Popular.
@bolivarreinaldo

martes, 6 de noviembre de 2018

​Trump será reelegido Presidente


Recientemente en el Coloquio ¿Hacia dónde va Estados Unidos? realizado en el Instituto de Investigaciones Estratégicas sobre África y su Diáspora, varias inquietudes sobre la política de Trump quedaron muy claras.
También quedo muy claro que es fundamental estudiar el día a día de esas políticas. Es fundamental  analizar a profundidad lo que hace cada país influyente en el mundo. Puede ser a través de institutos, de observatorios, de tanques pensantes, de intelectuales, de salas situacionales pero debe hacerse. Ellos lo hacen con nosotros minuto a minuto. En Estados Unidos, en China, en Rusia, en Japón, en otros países fuertes esto es normal. En los países del Sur, salvo excepciones, esto es una excepción.
Trump no es ningún loco, ni torpe altisonante. Cumple un papel muy importante para el estatus quo estadounidense.  En EEUU, el Presidente es un ejecutor del círculo de poder que direcciona al país norteño.
Un diagnóstico interno indica que la población afro, la latina y otras  están creciendo a un ritmo constante que hará que para 2060 constituyan el 61 % de cuadro demográfico de EEUU.  Si esto se ve, como lo ven, con el lente político, pronto los blancos caucásicos, todavía mayoría, perderán la capacidad electoral de elegir presidentes, gobernadores y legisladores.
A Trump le dieron la misión, por sus características étnicas, por su oficio, de formar una masa crítica con la población caucásica en torno a la amenaza de perder privilegios y de ser gobernados paulatinamente por esa otra parte de la población “ese otro país”. Él logró, apoyado en un sistema electoral de segundo grado cohesionar a un extracto medio caucásico que se jura dueño absoluto de los Estados Unidos.
De allí un discurso pragmático que ve a los afroestadouninses como una amenaza en crecimiento, que determina que los migrantes quieres tener hijos en suelo estadounidenses para hacerse nacionales y decidir quien ejerce el poder.
Trump es percibido por esa masa caucásica como el hombre capaz de garantizar la continuidad de ese modelo. Por eso los republicanos dominaran las cámaras ​deñ cpngreso ​y en el 2020, Trump, si tiene tiempo, será reelegido.
Los afrolatinoestadounidenses deben montar sus estrategias y tácticas para transformar a EEUU.

lunes, 22 de octubre de 2018

La izquierda de Brasil y su peor campaña electoral


El resultado de la primera vuelta electoral en Brasil se debe a un trabajo de despolitización que viene haciendo la derecha desde que Lula ganó por segunda vez la presidencia en 2007.
Vale acotar que varios líderes suramericanos claudicaron ante la campaña contra la postulación sin ilimitada a la presidencia de la república que se hizo en Venezuela en el 2007. La intención de esa campaña, es la de evitar que se consoliden los proyectos anti neoliberales en la región. Es el método imperial de siempre: erradicar la fuente del contagio.
En la medida en la cual avanzaban los gobiernos de Lula, se iba produciendo un incremento en el acceso a los recursos de la ciudadanía más pobres, lo cual redundó en un aumento del extracto social medio, y por ende la reducción del tamaño de los extractos pobres. Como no hubo un trabajo de concienciación del origen del estado de bienestar –las políticas socio económicas de Lula, el PT y sus aliados—  pues los millones que ascendieron económicamente solo aspiraban a tener más, a ser como las “clases” altas y a diferenciarse de los que tenían menos. ¡Se aburguesaron! Por tanto, se perdió buena parte de la base del voto popular “menos pobres, menos votos”, “más riqueza, menos conciencia de clase”.
El aparato comunicacional, que nunca dejó de estar con las elites tradicionales del país, junto a factores ideologizantes como las iglesias cristianas protestantes se llenaron el vacío de formación de la población. Los factores de izquierda sucumbieron a la campaña que hicieron en Venezuela contra las reformas a la educación que tenía la consigna de "con mis hijos no te metas", a fin de que los contenidos patrióticos no se incorporaran a los programas de estudios. El gobierno de un país que salía aceleradamente de los graves problemas de deuda externa, de baja productividad, de credibilidad internacional, de la violencia urbana, obvió informar y narrar a la población que todo se debía a un Plan de Acción que estaba cumpliendo con sus objetivos y que por tanto había que darle continuidad y defenderlo de los enemigos de siempre, los que hundieron al Brasil en la miseria.
En menos de dos años, tras un golpe blando que las masas no protestaron, la derecha hizo retroceder a Brasil. Los brasileños entonces recordaron los logros de los gobiernos del PT y los relacionaron con Lula. Este ganaría sin mayores problemas porque es visto como el líder que ayudaría a salir de la crisis económica y volver al estado de bienestar de sus dos gobiernos. Pero la derecha se encargó de anularlo jurídicamente, tampoco hubo las grandes manifestaciones que se esperan de un país polarizado, con más de 100 millones de electores, de los cuales la mayoría se benefició de las políticas de las administraciones de Lula Da Silva.
Por el lado de la derecha y la ultraderecha, su hoy candidato venía siendo preparado desde que apareció Lula. La ultraderecha se apropió de las consignas sociales de la izquierda. Ofreció seguridad, le prometió a los sectores medios –a millones que salieron de la pobreza— y altos mantener su estatus, y acudió a las consignas "morales"  para acercase a los religiosos conservadores que a odian la sexo diversidad, la negritud, a la igualdad sexual, la libertad de culto, los sindicatos y movimientos sociales; uso de las redes sociales para bañarse de falsa irreverencia y posicionarse en el sector juvenil poco informado del pasado remoto, del pasado reciente y el ahora de su país.  
Mientras tanto, la izquierda, sin Lula candidato, hizo una campaña para eruditos. Se olvidó de términos populares y uso palabras que dicen mucho para sectores especializados y poco para las grandes mayorías que no han sido formadas. Poco vale decir que el candidato es ultraderechista, fascista, misógino, racista, homofóbico, xenófobo, si esos conceptos no son del dominio de las masas. Antes que hacerle daño, unificaron en torno a él a una derecha que estaba atomizada, que tenía varios candidatos.
Un muestra de la poca efectividad de la campaña de la izquierda en que las encuestas sectoriales muestran al candidato derechista que buena aceptación, hasta en esos sectores amenazados. Por ejemplo 42 % de las mujeres, 47 % de los afros (incluyendo 37 % de los que se auto reconocen como negros) apoyan al ultraderechista
La izquierda brasileña, liderada por el PT, dejo de de lado la regla de oro de la oposición en una campaña electoral: “asociar al candidato con la mala gestión de un gobierno”. En este caso, con Temer, un presidente de facto con menos de 3% de aceptación. Si bien aquel tenía su propio candidato en contienda, una vez que se produjo la polarización, la estrategia era la regla de oro y con ella una campaña contundente recordando al Brasil que creció con el PT, con Lula, con la izquierda; y sin descuidar los peligros inherentes a la ultraderecha, una campaña con un lenguaje sencillo, para el pueblo llano.
Esperemos que en estas escasas semanas que han pasado hacia la segunda ronda la estrategia haya sido más electoral, de tejer alianzas, de lo contrario tocara construir desde una oposición unificada, con capacidad de movilizar al gran pueblo brasileño, la necesaria y urgente conciencia de clases que necesita Brasil para retomar el camino perdido. Lo demás será consecuencia de esto.
@bolivarreinaldo

lunes, 1 de octubre de 2018

La escalada multilateral contra Venezuela, tipo Libia

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Las analogías con lo que pasó con Venezuela en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU sigue el mismo formato que el de febrero de 2011 con la Libia Socialista. Gran Bretaña, Francia, EEUU y México iniciaron la presión en Ginebra para expulsar a Libia por violación de los derechos humanos.
Para ese momento la Liga Árabe había decidido botar a Libia. Un grupo de derecha llevaba  a Gadafi a la Corte Penal Internacional. De este lado Venezuela, algo tarde, en 2017 inicio su retiro de la OEA, la cual, de manera anacrónica, en 2018, a instancia de EEUU pretendió "expulsar" a un país que ya se había retirado.
Saquemos cuenta. Meses atrás, una directiva ilegal de MERCOSUR acordó suspender a Venezuela. Más adelante, conociendo el liderazgo bolivariano en la UNASUR, decidieron implosionarla, al igual que lo intentan con el ALBA y lo harán con la CELAC, organismos en los cuales no tendrían los votos para enajenar al país de Bolívar y llevarlo al Consejo de Seguridad. De hecho, el GLima ha sido creado para esa baja misión, por eso el oxígeno que le dan. Ellos, hipócritamente, podrán oponerse a una intervención militar en América, pero aceptarían una "orden" de “intervención humanitaria” del Consejo de Seguridad, lo cual es la jugada que se cuece a través del CDH y que promueven abiertamente los presidentes acólitos en cada discurso que dan en la Asamblea General ONU.
Al examinar los actores, europeos que promovieron y votaron la resolución contra Venezuela, son básicamente el núcleo duro que lo hizo contra Libia en 2011. En aquel entonces, con un conflicto bélico construido y con falsas noticias como el bombardeo a la Plaza Verde.
Para Venezuela, usan como bandera un absurdo que choca en la cara de los europeos: la migración. Toda América, EEUU y Canadá está poblada de europeos y sus descendientes que huyeron de las guerras civiles y regionales y fueron acogidos con misericordia y generosidad.
La mediática occidental magnifica la emigración venezolana, pero no da cabida a la Operación Vuelta a la Patria que trae de regreso a personas que fueron explotadas en varios países suramericanos. No hace referencia a la continua migración colombiana, de la cual jamás se quejó Venezuela. Igual que de la que en los tiempos de la Operación Cóndor llegó de la parte más austral de América. Los emigrantes no desestabilizan. El mundo está lleno de múltiples nacionalidades huéspedes o residentes en uno y otro país.
Lo que desestabiliza son los bloqueos financieros y comerciales; el espionaje satelital, la imposición de modelos económicos a como dé lugar. Lo que desestabiliza son los golpes suaves, los magnicidios.
Y lo que causa todo esta puesta en escena de presidentes derechistas que olvidaron que son de América Latina (ya acabaron con el llamado GRULA en la ONU), es que los principios de soberanía, de que cada pueblo y gobierno administre y haga uso de sus propios recursos, son contrarios a la expansión capitalista, al derroche de energías en países no productores, pero mega consumidores.
La bandera de los desestabilizadores emigrantes podría detonar un nuevo enemigo para el capitalismo como lo fue el comunismo, luego el terrorismo, y ahora el "migracionismo". ¿Estarán conscientes los asiáticos, africanos y americanos que votaron a favor o se abstuvieron en el CDH ONU de la bomba de tiempo que pusieron sobre sus cabezas?

@bolivarreinaldo

lunes, 24 de septiembre de 2018

El multilateralismo agoniza




Una nueva Asamblea General de las Naciones Unidas comienza en Nueva York. No importa cuántas vayan. El formato no varía, unos veinte o treinta presidentes irán personalmente a pararse frente a la pared verde del presídium. De no estar los jefes, en una segunda fase hablarán sus cancilleres o sus embajadores. Unos con más público que otros, de acuerdo al país potencia o de moda.

No importa el tema de la sesión. Cada quien hará una memoria y cuenta de su gobierno. Se sumara a los buenos deseos, tipo “mises” por la paz del mundo, el cambio climático, el terrorismo. En cada capital la prensa titulará lo bien que estuvo su representante. El de EEUU leerá la cartilla y proferirá sus amenazas contra “el eje del mal”.

En los pasillos las delegaciones se perseguirán mutuamente en busca de algún apoyo para quedar en alguna comisión. Es el espacio temporal donde se hablan generalidades, no se decide sobre nada y se resuelve eufemísticamente sobre todo. Una ONU que está quedando para hacer efemérides “el día internacional de...”, “el quinquenio”, “el decenio”.

Ya paso a ningún plano aquello de la reforma de la ONU. Hasta el antagónico Club de los 5 del Consejo de Seguridad, se ha aburrido de vetos y no vetos a las malcriadeces de EEUU, que parece abiertamente estarles ganando la principal partida: El fin del Multilateralismo.

EEUU, con Trump, ha sacado de la agenda multilateral los temas políticos. Sus prácticas van de lo unilateral a lo bilateral. Si desea bombardear a Siria lo conversa con Londres, ni siquiera con la OTAN, cuyos miembros en conjunto, lucen cansados de ser los escuderos de EEUU.

Si Trump quiere implementar una estrategia con Corea del Norte, se reúne directamente con Kim Jong, sin pararle mucho a hoja de ruta alguna. Si quiere presionar a Venezuela no lo hará más a través de la OEA, ni con el malogrado grupo de Lima, enviará a su vicepresidente país a país, buscando el aliado perfecto.

Solo los militarmente grandes cuentan, aunque se atreve a sancionar comercialmente a China y Rusia, e irrita a Alemania. La nueva doctrina gringa está en ejecución frente a la vista del mundo. Mientras, sigue una “asamblea” de repetitivos discursos en lo que cada vez se parece más a la extrema unción del multilateralismo.

domingo, 9 de septiembre de 2018

La amenaza de los inmigrantes


La campaña electoral de Donald Trump tuvo su bandera en el perjuicio, de acuerdo a él, de la inmigración para EEUU. 
Desde 2007 EEUU atraviesa una grave crisis económica que ha llevado a los gobiernos de eses país a declararse dos veces en quiebra. En algunas oportunidades la administración pública ha debido cerrar por impagos a los empleados.
Trump convenció a buen número de grupos  caucásicos (o blancos) nacionales de que la culpa del desempleo nacional se debía a que los inmigrantes ocupaban los puestos de trabajo de los nacionales caucásicos.

Trump les dio a entender que todos los trabajos eran para ellos, no importaba el tipo. Todos. Les dijo en la campaña que trabajaran en cualquier oficio que los luego las cosas mejoraran para sus hijos. Trump atizó la xenofobia contra los inmigrantes, empezando por los mexicanos para quienes aceleró el muro fronterizo. Pero esto alcanza a asiáticos, en especial a los de origen árabe, a hindúes, latinoamericanos, caribeños, africanos. Trump endureció las leyes sobre los inmigrantes, al punto de convertirlos en una “amenaza contra los intereses de EEUU”.
Esa es la medula de lo que intenta hacer en Venezuela. Una matriz de opinión de la emigración masiva de venezolanos que causaran desestabilización en la subregión, en Europa y por supuesto en EEUU.
EEUU es un país de inmigrantes. Sus pueblos originarios fueron sometidos a exterminio y genocidio. Desde el siglo XVIII ese país es hechura de nacionalidades europeas, luego asiáticas. En el Siglo XX la migración latinoamericana llegó a esas tierras. Es como la búsqueda natural de los que vieron sus tierras expoliadas.

El trabajo de los inmigrantes sostiene la industria, el comercio, los servicios de EEUU. EL porcentaje de la población es hasta decisivo políticamente. Otro tanto pasa en Europa. Los inmigrantes, profesionales, con oficios, o laboriosos en cualquier país del mundo contribuyen a la construcción de naciones modernas.
Puede haber política de equilibrio en cada país, en atención a la soberanía nacional, la convivencia y la armonía, pero en ningún caso, la inmigración es una amenaza para los países receptores, como ha querido hacer ver Donald Trump.

La intervención militar contra Venezuela está en proceso

La intervención militar contra Venezuela está en proceso

James Mattis, ministro de defensa del imperio estadunidense ha realizado una intensa gira por varios de los países del Grupo de Lima, cuyos gobiernos son totalmente afines a la administración norteña, a nivel de sucursales. En esta oportunidad, se apersonó en Argentina, Chile, Brasil y Colombia. Los temas públicos: bases militares, seguridad cibernética, formación, financiamiento de operaciones, venta de armas (en nuestra opinión el principales tema comercialy por supuesto Venezuela.

Antes de esta gira a sus aliados y clientes, el gobierno de Trump ha preparado el camino con otros enviados como el Subsecretario de Defensa, el Jefe del Comando Sur y su equipo, que se han distribuido por todos esos países en la Fase Cero (“0”) del Plan de “Ayuda Humanitaria”.

En Perú, un Coronel del Comando Sur, explicó con detalles en que consiste dicho plan. Tiene 5 fases que se enumeran del cero al cinco (0 al 5). La “0” ya comenzó con las andanadas propagandísticas sobre la situación venezolana. La matriz utilizada es la “crisis humanitaria”. Eso se repite en las cadenas de televisión, radio, redes, prensa y conferencias. En este momento, en cualquier universidad de EEUU, de la Unión Europea y del Grupo de Lima, en las embajadas de esos países en el mundo, están repitiendo el mismo guión de la crisis humanitaria. Las mismas imágenes trucadas, las medias verdades.

 Si para Iraq usaron el eslogan de “armas de destrucción masiva”, para Libia el de “bombardeo a la población civil” y para Siria “posesión y uso de armas químicas”, para Venezuela es “crisis humanitaria”.

La fase 1 es la de coordinación de la “ayuda” con instituciones nacionales. El desconocimiento de las elecciones presidenciales por EEUU y prácticamente por el grupo de Lima, así como la creación de  un TSJ fantasma, auspiciar a la AN, y recibir protocolarmente a delincuentes políticos que huyen de la justicia, confirma la ejecución de esta fase. La fase 2 será la intervención disfrazada, con buques tipo hospitales, con movimientos militares en las fronteras terrestres en Colombia, Brasil y en las plataformas continentales fronterizas en el Caribe. Esta fase está en pleno proceso.

Mientras se busca una falsa legalidad de la OEA o algún grupo subregional fantasma que cumpla el papel de comparsa en la intervención para desarrollar las otras fases. En este momento la diplomacia venezolana debe estar en plena acción, en especial con los países del Sur, la siempre amiga África, Asia con China, Rusia y los países nuestroamericanos que defiende a América como zona de paz.

Es la hora de los pueblos organizados, que se alcen  las voces irreverentes en todos los continentes, en Europa, en EEUU, en Japón, en Canadá, en Israel. Las voces por la paz, por la solidaridad, contra las hegemonías y la barbarie. 

Alerta máxima Venezuela, a denunciar esta mortal injerencia externa

De la Sierra de Coro a Caracas: La ruta hacia el 5 de julio de 1811

El derech o a ser y seguir siendo una nación libre y soberana se forjó con las luchas de indígenas, afros y, posteriormente, de una diversid...