Señores
Obispos
Diego Rafael Padrón, José Luis Azuaje, Mario Moronta, Víctor Basabe, Jorge Urosa S,
Baltazar Porras.
Reciban nuestros mayores respetos al nivel del
que Ustedes dispensan a pueblo católico de Venezuela.
He leído la carta del 8 de julio de 2017 que
dirigen al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro
Moros. Me anima como a ustedes, el ofrecer luces, en este caso a vosotros, a
propósito de la preocupación común por los familiares de las víctimas, los más
pobres y afligidos.
Soy un lector de los diversos documentos sociales
de la Iglesia. Me impactan particularmente
los producidos por las Conferencias Latinoamericanas de Obispos en Medellín, Puebla,
y Santo Domingo. El de Puebla 1979 es
esclarecedor. Tanto que el Papá Juan Pablo II dijo “Dios quiera que en breve tiempo
todas las comunidades eclesiales estén informadas y penetradas del espíritu de
Puebla y de las directrices de esta histórica Conferencia”.
El llamado a la verdad
En el discurso inaugural de Puebla, Juan Pablo II
llamó a los pastores de la Iglesia a practicar la verdad a ser maestros de ella:
“No de una verdad humana y racional, sino de la
verdad que viene de Dios; que trae consigo el principio de la auténtica
liberación del hombre: «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres»”
Vosotros afirman que caminan con el pueblo, el
pobre, el afligido. En esta tarea de conocer la verdad, no la que dicen los
medios de comunicación trasnacionales, sino la que está en la calle, de seguro
vuestras eminencias podrán notar en que lugares se producen las situaciones de
protestas violentas y cuantas personas encapuchadas participan.
Por ejemplo, en Caracas se concentra principalmente
en el llamado “Distribuidor Altamira”, Municipio Chacao, zona mayormente
habitada por personas de clase media, media alta y alta. En Chacao fueron
atacadas instalaciones jurídicas, ejecutivas, escolares y bancarias. Lamentablemente,
allí se han producido varías víctimas mortales. En otras ciudades pasa algo
similar, la violencia esta focalizada. En la mayor parte de Venezuela esto no
ocurre. Solo sucede en menos del 1 % de
país, pero los medios y redes se encargan de internacionalizarlo y manipular
las mentes de personas que no tienen toda la información.
No se han registrado acontecimientos como esos en
la zona de la misma autopista ubicada en el oeste de Caracas donde viven
mayoritariamente personas de bajos recursos.
Ustedes saben que muchas de las víctimas de este año perdieron su vida a causa de actos propiciados por líderes negativos de la llamada MUD. Ojala escucharan al Comité de Victimas. Pero, cada dos días muere alguien, y los medios, de manera irresponsable, lo contabilizan de inmediato como “victimas” del gobierno, cuando en realidad la violencia es financiada y planificada desde grupos opositores. ¿Saben ustedes que hay cientos de jóvenes guardias y policías nacionales heridos por los ataques incendiarios de los violentos? Sus eminencias conocen cuál es el poder de las trasnacionales de la comunicación, sino citemos a Puebla 1979
“Debemos denunciar el control de estos
Medios de Comunicación Social y la manipulación ideológica que ejercen los
poderes políticos y económicos que se empeñan en mantener el «statu quo» (…).
La explotación de las pasiones, los sentimientos, la violencia y el sexo (…).
Igual violación se presenta con la indiscriminación de los mensajes,
repetitivos o subliminales…”
Leamos
lo que dice de los periodistas deshonestos:
“Los periodistas no siempre se muestran
objetivos y honestos en la transmisión de noticias, de manera que son ellos
mismos los que a veces manipulan la información, callando, alterando o
inventando el contenido de la misma, con gran desorientación para la opinión
pública”
Puebla advirtió sobre el poder de las
transnacionales controladas por las potencias occidentales:
“Es particularmente grave el manejo de
la información que sobre nuestros países o con destino a los mismos, hacen
empresas e intereses transnacionales”.
Ellos producen falsas noticias o noticias a medias que
replican en países confabulados para acabar con un gobierno legítimo y para
invisibilizar o provocar el aniquilamiento a la gente de menores recursos y a
quienes piensan políticamente distinto. ¿Han ido alguna vez vuestras eminencias
al Barrio Niño Jesús de Petare o al Barrio Gramoven en Caracas? ¿A la zona
rural de Apure?
No es aceptable que una minoría usando su
poder económico, y sus complicidades internacionales menosprecie a las grandes
mayorías de las zonas populares que han demostrado mayor respeto por el otro.
Lo dice Puebla:
“Profesamos, pues, que todo hombre y toda mujer,
por más insignificantes que parezcan, tienen en sí una nobleza inviolable que
ellos mismos y los demás deben respetar y hacer respetar sin condiciones”.
Esa nobleza significa poder circular
libremente por cualquier calle, o avenida, de ir al trabajo, a la escuela, al
hospital. No es concebible que a diario
se programen escenarios de violencias a la usanza de otros países. Vuestras
eminencias conocen que pasó en Chile 1973 o recientemente las barricadas en
Ucrania ahora implementadas en focos de Venezuela para trancar la libre
circulación; para impedir que los alimentos y bienes de primera necesidad lleguen
a las familias. Y en casos, para linchar a personas de ideas distintas o de
origen afro.
La Opción preferencial por los pobres
Vosotros que afirman acompañar al pueblo
pobre y sufrido, en atención a la verdad, tristemente son testigos silenciosos de las
misiones sociales bolivarianas han distribuido la renta petrolera: en cientos
de miles de viviendas; dotación de escuelas y de estudiantes, salud primaria,
deporte, pensiones, aumentos del sueldo mínimo, atención a personas en
condición de calle, servicios públicos subsidiados. Esta Revolución, como lo
han reconocido organismos como la FAO, ONU, CEPAL, UNESCO es una opción para
superar la pobreza en línea con Puebla:
” Queremos tomar conciencia de lo que
la Iglesia Latinoamericana ha hecho o a dejado de hacer por los pobres después
de Medellín, como punto de partida para la búsqueda de pistas opcionales
eficaces en nuestra acción evangelizadora, en el presente y en el futuro de
América Latina”
La Revolución Bolivariana quiere superar el
axioma denunciado en Puebla de “Ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada
vez más pobres”, debido a aquellos anteponen el capital al trabajo, lo
económico a lo social.
Respetables Obispos, en Venezuela los pobres fueron
confinados a los cerros sin servicios, a zonas fantasmales. El objetivo de esta
Revolución es que todas y todos puedan acceder a iguales oportunidades y
beneficios. Nada se ha quitado a nadie. En esta Revolución se ha distribuido
los grandes ingresos para reducir paulatinamente la pobreza.
La Constituyente
Bien conocemos de la altísima formación y
cultura política de los sacerdotes. Hay personas especialistas que han
intentado negar que es legítimo que el Presidente de la República pueda
convocar a la Constituyente e insisten. Desconocen adrede el significado de la
Palabra “iniciativa”. “Del latín initiātus, iniciativa es aquello que
da principio a algo.
Se trata del primer paso de un proyecto o del punto de partida de alguna
acción”. Hubiese sido prudente que vosotros dieran luces a la oposición para
que se midiera en esas importantes elecciones; o ustedes desde el inicio aceptaran
escuchar a la Comisión Constituyente. Como
bien dice Puebla 1979
“Por eso, ningún partido político por más inspirado
que esté en la doctrina de la Iglesia, puede arrogarse la representación de
todos los fieles, ya que su programa concreto no podrá tener nunca valor absoluto
para todos. La política partidista es al
campo propio de los laicos”
Las posiciones que la CEV viene tomando
durante los gobiernos Bolivarianos, y esta reciente donde llaman a no realizar
la constituyente (que es Constitucional) y dar permiso para que en las
instalaciones católicas se puede realizar un “plebiscito” ilegal que recuerda a
las peores dictaduras, indican a las claras que está apoyando abiertamente a
una tendencia política.. O dicho al contrario, la CEV se está arrogando la
representación de todos los fieles católicos, y en un país donde más del 90 %
es católico mal puede la CEV opinar en nombre de todos.
Respetables
Obispos
Cada uno de ustedes, tiene su tendencia y
preferencia. Por lo general, las Conferencias de Obispos se proclamaron anti
comunistas. La propia Puebla lo hizo, pero sus postulados poco difieren de la
justicia que esperamos los hombres y mujeres que siendo cristianos militamos en
la izquierda. La tuvo a favor de los pobres Monseñor Arnulfo Romero quien se
enfrentó a una dictadura que amparaba a esos “ricos cada vez más ricos”. La
tuvieron contra el pueblo los obispos que apoyaron el derrocamiento sangriento
del socialista Salvador Allende. Tememos a una iglesia que pueda parecerse a
experiencias funestas en Europa y América donde hubo sacerdotes que bendijeron
a los opresores del pueblo, como vimos a uno bendecir a unos violentos que se
aprestaban a causar terror en Altamira.
Es notorio que en Venezuela, una minoría de
ultra derecha que optó por la violencia psicológica y física quiere imponer sus
intenciones a todo un país. Como en la Nicaragua de los ochenta cuando con
guerra económica y violenta chantajearon a un pueblo para que desistiera de continuar
el camino sandinista y se decidiera por la paz hambreadora del gran capital.
Cuando Ustedes expresan que la falta de
alimentos se acabará si el Presidente Maduro no acepta sus “luces”, es
inevitable relacionarlos con esos que hacen barricadas y gritan que no cesarán
“Hasta que caiga Maduro”. Cuando ustedes dicen que se cumpla la “Hoja de Ruta
del Diálogo” pero no llaman a la oposición a hacerla se están anotando al lado
de ella. Con sus posiciones ustedes se ponen de lado de potencias como EEUU que
ingiriere en nuestra soberanía con un condenable Decreto Ejecutivo, con
sanciones unilaterales y bloqueo de la venta de alimentos a Venezuela. Olvidan
que en Puebla 70, los obispos condenaron las injerencias externas contra los
países de Nuestra América.
Los católicos queremos una iglesia que retome
su Opción Preferencial por los Pobres, que vuelva a denunciar las desmedidas
prácticas del capital contra los empobrecidos, que llame a la derecha a no
quemar el transporte ni las edificaciones de servicio público, que denuncie la perversión
y distorsión de los medios trasnacionales de comunicación, que asuma predicar
por la reconciliación de los fieles sin importar su condición política, que dialogue
e invite, sin soberbia, a dialogar.
Necesitamos una iglesia que haga una
permanente campaña para realzar los altos valores morales expresados en el
evangelio. Que opte, por los empobrecidos que en Venezuela son geográficamente
ubicables.
Monseñores, con mucho respeto les digo a
Ustedes que han citado e interpretado al Papa Francisco de acuerdo a vuestra
actual parcialidad política. Bien sabemos que él está llamando al “diálogo”
entre venezolanos, no inculpando.
Concluyo
con una valiente frase del Papa Francisco, dicha en ocasión de la crisis de la
Iglesia con los sacerdotes y obispos pederastas: "La verdad es la verdad y no debemos esconderla"
Les pido, en nombre de Jesús, que ofreció
libertad a cambio de la sinceridad: Digan la verdad sobre Venezuela, no repitan
la propaganda falaz de las trasnacionales de la comunicación, respeten a este
pueblo católico. Vuelvan al espíritu de pueblo
Con el mayor de los respetos
Reinaldo Bolívar
Ex Alumno Salesiano
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