domingo, 25 de agosto de 2019

La tierra siempre vivirá, la humanidad no


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Hace unos 66 millones de años el impacto de un asteroide en la Península de Yucatán, seguido de las erupciones volcánicas masivas acabó con la vida, en especial con los fascinantes dinosaurios que reinaban en la masa terrestre.
Bosques, desaparecidos,  iceberg derretidos, maremotos. La ciencia ha demostrado, por los estudios de los fósiles que Fósiles hallados en la Antártida confirman que la desaparición de especies fue repentina, masiva y alcanzó a todos los rincones del planeta. Setenta por ciento de las especies marinas se extinguieron. Si hubiere habido vida humana, también hubiera desaparecido.
El planeta fue devastado, pero la Pachamama, no murió. Ella es el principio de la vida. Los grandes mamíferos serían los herederos de los dinosaurios en una tierra que se rehabilitó, con nueva flora, mares, ríos, paisajes. Especies marinas evolucionaron a  anfibios o mamíferos, o a aves. La tierra tiene sus formas para continuar sus ciclos. Aunque aquella  recuperación tomo 350 mil años para ser lo que vemos hoy, a excepción claro está, del paisaje urbano.
La gran catástrofe llegó a todo el orbe. Nada que ver con las películas o ficciones que reservan un lugar esplendido donde la muerte no llegará; el día después con gente con esperanzas luego del cataclismo nuclear, o momentos sobre una mega nave que las lleva a otro planeta. Así no será la realidad.
El ser humano es hoy el principal enemigo --no de la tierra, que salvo cuando le llegue la hora estelar, como a todos los planetas, y eso será en unos 25 millones de años, desaparecerá-- sino de sí mismo.
Los grandes cambios negativos sobre el clima los está cometiendo el ser humano, lo cual genera huracanes, maremotos, derretimiento de los polos, aumento de las zonas desérticas, por tanto causa la muerte de los seres vivos, incluyendo hombres y mujeres.
Habrá quien al arder el Amazonas solo sentirá lastima al ver llorando a los animales por  sus crías, ajeno a que ese destino de desolación y muerte amenaza por igual la vida humana. El ser humano se dirige a su propia autodestrucción pensando que el mal es para la tierra. Se equivoca. El Planeta seguirá su rumbo por millones de años y la humanidad podría sufrir el destino de los dinosaurios.

miércoles, 14 de agosto de 2019

Primarias en Argentina: Una lectura necesaria



Además del fervor popular, la unidad es indispensable para ganar


El mundo entero habla de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), en Argentina. Son vistas, con toda razón, como una derrota aplastante contra el derechista y empresario Maurice Macri.

Por supuesto, se atribuye a una reacción popular contra el neoliberalismo que está sumiendo nuevamente a Argentina en el horror económico vivido a finales de los noventa (Siglo XX) con Fernando de la Rua y que se prorrogó hasta 2003. Fue el momento de la asunción popular de Néstor Kirchner quien puso en orden las cuentas nacionales, reestructurando la deuda, implementando políticas sociales en beneficios del pueblo.

A Kirchner le sucedería Cristina Fernández por dos períodos presidenciales. Se daba por descontado que en el 2015, el candidato del llamado kirchnerismo –una tendencia dentro del peronismo—ganaría sin dificultades las presidenciales con Daniel Scioli, en primera vuelta. Pero no fue así. Ganaron la primera vuelta y sucumbieron sorprendentemente en la segunda,

¿Qué pasó? Si los gobiernos de Néstor y Cristina habían sido buenos para el pueblo, parecía que Cristina, tras la desaparición física de Kirchner, se tomaría un descanso hasta el 2019. Un solo dato ilustra el éxito económico del gobierno de Cristina Fernández, durante sus dos períodos el PBI creció de 329 mil millones a 548 mil millones de dólares en 2014
El domingo 09 de agosto de 2015, fue muy distinto al domingo 11 de agosto de 2018. En este las plataformas políticas no definieron sus candidaturas presidenciales dado que alcanzaron el consenso necesario, por lo que la contienda se transformó en una gran encuesta.

En 2015, el peronismo, al cual pertenecen Alberto Fernández, Cristina, Daniel Scioli y Sergio Massa tuvo tan grandes desavenencias que ni siquiera se enfrentaron en el PASO.
En las primarias de 2015, el peronismo gubernamental con Scioli obtuvo 38,09% de los votos, Macri 30,36%, mientras que los llamados “peronistas opositores –Massa y José Manuel de la Sota-- sumó el 20,57%. Así en las elecciones de Octubre de 2015, el peronismo fue dividido, con la esperanza del kirchnerismo peronista de superar por 10 puntos a la oposición de derecha.

No se dio el prónostico. Sergio Massa conservó su porcentaje en la primera vuelta. Scioli sacó 37, 08, y Macri subió a 34, 15 %, para pasar una segunda vuelta, en la cual el mundo racional esperaba que el peronismo opositor definiera a favor del candidato del kirchnerismo peronista. Pero la división continuó. Evidentemente las heridas peronistas fueron irreconciliables. La unidad se desvaneció. La derecha organizó su maquinaria y cabalgó sobre las diferencias peronistas y un Macri que empezó su historia con 30 % en primaria, obtuvo un prestado 51,34 % de la votación.

La elección de Macri no fue un voto castigo al gobierno Cristina, fue un castigo a la dirigencia peronista por relegar el camino del pueblo por sus luchas internas.
En las elecciones parlamentarias de 2017, la crisis de división del peronismo continuaba. La frase de Massa “Ni Macri ni Cristina, ¡Argentina!”, dibujaba ese panorama. Los votos de Cristina para senadora, aunque electa, también hacían ver que el peronismo seguía siendo castigado. Por otro lado, el macrismo, envalentonado, buscaba formulas judiciales para destruir el liderazgo de Cristina y quebrarla moralmente.

En 2017, Cristina Fernández anunció que si su candidatura en el 2019 impedía la unidad, no se presentaría. Ese año, de las parlamentarias, la dirigencia respondió con adversidades al llamado de la líder peronista.

En el 2018, en medio de un país devastado por las políticas neoliberales de Macri y su mal gobierno, de una Argentina oficial aislada de las grandes causas continentales y con un gobierno al servicio de la desintegración y de las apetencias de EEUU, el peronismo comenzó a rencontrarse con la realidad de un pueblo que reclamaba entereza y buena política. La experiencia social y política de Cristina Fernández, la llevó a una gran lucha por la reunificación. Movimiento como la conformación la fórmula presidencial, con ella como vice, significaron el acercamiento de la dirigencia y la vía hacia el consenso.

El 12 de junio, un twitter de Alberto Fernández, “Hace tiempo que una gran parte de nuestra sociedad espera que nos unamos para salir adelante”, da muestra de que el peronismo se había reencontrado con el histórico mandato popular. Con los acuerdos políticos electorales de estos casos, se anunciaba también la convergencia con el ex candidato que llegó de tercero en 2015, Sergio Massa.

La maquinaria peronista, en sus variadas tendencias, funda el Frente de Todos, con la debida explicación de Fernández de que es “inclusivo para todos y todas”. La primera gran victoria es la del PASO del 11 de agosto de 2019. Llega en el momento en el cual el neoliberalismo de Macri, que regresa a su original treinta y algo por ciento, ha colapsado a la Argentina.

Viene ahora la guerra sucia. Para burlarse de un pueblo, no reparan en torpedear el voto popular para que continúe la debacle económica y dejar de nuevo en bancarrota al país. Serán dos meses de tensión. Dos meses en los cuales el neoliberalismo salvaje buscara tomar venganza. Para ello utilizará de todas las artimañas de la que es capaz esta gente por detener la voluntad popular. Los argentinos, las argentinas deben redoblar sus esfuerzos y fortalecer aún más la unidad.

Este período político de 2014 a 2019 en Argentina es una lección que debe ser analizada hondamente, para aprender de sus errores y seguir superándolo. El ejercicio del poder popular requiere de generosidad y desprendimiento hacia el pueblo; y de templanza y coraje para afrontar las dificultades y ataques injerencistas.

sábado, 10 de agosto de 2019

La ruta de Bolton y el no retorno en Venezuela

Bolton en nombre de Trump ha dado instrucciones precisas a los gobiernos reunidos en Lima, conformantes de un frente antidemocrático contra Venezuela. Varios de estos gobiernos en crisis de pronóstico reservados.
Se reúnen precisamente en Perú donde el anfitrión fundador de ese grupo fue juzgado por lo mismo que sus anteriores colegas: por atentar y vejar al noble pueblo peruano.
Les repitió la cartilla. Coloca a Venezuela en el llamado eje del mal. Cita a Corea del Norte, gobierno al que en realidad temen; a Irán, revolución que se ha crecido tecnológicamente, y temen, a Cuba, proyecto de coherencia popular  y creativa, y temen.
Es un manipulador de la historia. Afirma que en las últimas décadas no había recurrido a un bloqueo como el que hacen contra Venezuela, y que estos dan resultados. Se refiere a Panamá en 1989. Miente, en Panamá un ex agente de la CIA que llevaron a la presidencia de ese país para que permitiera el narcotráfico desde Colombia y mantuviera el canal tranquilo y gringo, se les alzo, y para sacarlo asesinaron a unas cinco mil personas.
Pone de ejemplo a la caída de la Revolución  Sandinista como acción de un bloqueo económico. Miente.  En Nicaragua apenas triunfa la Revolución Sandinista, el gobierno corporativo de EEUU organiza una contra revolución armada que mantiene a ese país en una guerra armada desde 1980 a 1990.
La administración yanqui desvía dineros para financiar a la oposición armada. En 1986 estallaría el escándalo irangate, que puso al descubierto la operación paramilitar de EEUU para derrocar por sangre a la Revolución.
Desde 1987, sin bajar la intensidad armada, apretaron las agresiones económicas contra el país de Sandino. Como lo ha explicado el Presidente Ortega, para 1989, el mismo año del bombardeo a Panamá, el sandinismo acepta adelantar las elecciones presidenciales a fin de detener el baño de sangre nacional. Unas elecciones en la que la oposición de derecha apoyada por EEUU y ante un país arruinado por la guerra y el bloqueo, sucumbe, sumiéndose en 16 años de más hambre y retroceso hasta que el Sandinismo regresa en 2006.
Bolton marca así una ruta yanqui para una Venezuela cuya mayoría ha decidido un camino del no retorno en su independencia y soberanía. A Venezuela, también le temen.


De la Sierra de Coro a Caracas: La ruta hacia el 5 de julio de 1811

El derech o a ser y seguir siendo una nación libre y soberana se forjó con las luchas de indígenas, afros y, posteriormente, de una diversid...