martes, 18 de agosto de 2020

De George Floyd a la guerra total contra el sistema mundial imperante

 

Sepelio de George Floyd


De George Floyd a la guerra total contra el sistema mundial imperante

Cuatro jóvenes blancos y uno negro, ruedan por las calles de Bristol la pesada estatua de bronce del esclavista inglés Edward Colston, a la que poco antes habían derribado de su pedestal. 

Una multitud de personas, en su mayoría blanca, aplaude a rabiar cuando la descomunal escultura cae al lago, Con ella cae también el velo de una historia europea que premió al esclavismo por siglos. Colston es el emblema de una Inglaterra que en los siglos XVI, XVII y parte del XVIII apoyó con sus barcos el tráfico esclavista, y que llevó esclavizados de África para sustituir a los originarios muertos o desterrados del Caribe Insular. 

Colston es el símbolo de aquellos que invierten sus fortunas de sangre en limosnas como construcción de hospitales y templos. Imagen de una Gran Bretaña que se ha negado a reconocer el genocidio indígena y africano cometido en esos siglos, por lo que no acepta reparar el daño histórico causado. Todavía sus gobernantes contratan asesores que sostienen que las personas negras son “intelectualmente inferiores”.

Derribar estatuas es un poderoso símbolo de cambio. En 2004, la de Cristóbal Colón fue juzgada y arrastrada en Caracas para dar el mensaje de liberación del yugo colonial. Si “300 años de calma no bastan”, 500 son absolutamente insoportables. Sin embargo en Venezuela todavía quedan sitios públicos con nombres que retrotraen al sometimiento y genocidio que trajo consigo la colonia, verbigracia la principal autopista de Caracas, en cuyas postrimerías como reviviendo un río sangriento de memoria histórica, fue quemado por los herederos de la opresión, el negro Orlando Figuera.

Casi a la misma hora, de ese día 7 de junio de 2020, año primero del Coronavirus, en la ciudad de Ghent, Bélgica, la escultura del rey Leopoldo II, era pintada y quemada, por un grupo multiétnico de manifestantes  que se unía así a las protestas por el asesinato de George Floyd en EEUU. De esta forma, se adelantaban a la decisión de la alcaldía de Bruselas, solicitada por más de 30 mil ciudadanos, de retirar todas las estatuas de Leopoldo II de la llamada Capital de Europa. 

Leopoldo II fue el bárbaro rey belga que se apoderó de los territorios del Congo, y en unos 20 años exterminó a 10 millones de africanos, e hizo cortar la mano a un número igual, como sanción por no llevarles a sus esclavistas “caucho”. Fue también el promotor principal del cruento reparto europeo de África en la conferencia de Berlín (1884-5)

Los videos de la mega marcha en Washington muestran a decenas de miles de personas negras, blancas, asiáticas, latinas en gran unidad étnica, demandando justicia, libertad e igualdad. El negricidio contra George Floyd no solo levantó a la negritud, a la afrodescendencia, sino también a todos los “condenados de la tierra” (Fanon), a “los miserables” (Víctor Hugo). 

Floyd encendió la llama de una sociedad oprimida, marginada en un país donde la supremacía es ejercida desde su misma fundación optando por el genocidio como instrumento de expansión. Primero los pueblos originarios, luego los pueblos vecinos, y una vez abolida formalmente la esclavitud, y ante el peligro de un crecimiento “amenazante” de la población, el exterminio de la negritud.

A primera vista pareciera que el 13% de la población estadunidense, la descendiente de esclavizados africanos, se ha levantado para exigir el cese de la violencia y la restitución completa de sus derechos civiles, jurídicos, económicos y políticos, tal como lo han hecho en otra oportunidades, en especial en la guerra de secesión, cuando Lincoln apabullado por los hechos quería enviarlos a Liberia, porque no soportaba que fueran “tan iguales a los blancos”, o en los recientes años 1960, cuando miles cayeron abatidos por las armas del segregacionismo yanqui. Hoy en día, la lucha sigue teniendo las mismas razones. 

Los pasos para “incorporar a las minorías”, consisten en hacerlo desde la posición jerárquica, la del “si te nombro, y te creo un cargo existes; además te otorgo un día internacional, un decenio, ergo no soy racista”. La cuestión es más profunda, la igualdad, la equidad son integras, recíprocas, por múltiples vías y sin jefaturas hereditarias.

Las protestas del 19 de abril de 1992 en Los Ángeles, por la muerte del taxista negro Rodney King a manos de la policía, dejaron saldo de unas 100 personas muertas y 12 mil detenidos, todos afro; luego en 1996 la policía mató a sangre fría a Tyron Lewis de 18 años; en 2001, a Timothy Thomas, de 19 años, bajo el mismo método, y por agentes caucásicos. Hubo protestas afro pero la situación sigue siendo la misma. En 2009, con Obama en el poder, matan a Oscar Grant, de 22 años. En 2012, Trayvon Martin de 17; en 2014, Eric Garner, asfixiado por un policía y al mes siguiente, Michael Brown.

Los ocho años de un presidente negro en la Casa Blanca no dieron los resultados esperados por una buena parte de la población afro cuyos derechos humanos están siendo diezmados en EEUU. Algunos pasaron por altos puestos militares, políticos, económicos y diplomáticos, muchos obtuvieron mayor notoriedad en el mundo de la farándula y en los deportes, pero la escena al parecer empeoró y el escenario se perfilaba similar a los tiempos de la guerra de secesión. 

Así una sucesión de muertes impactantes que no han parado y que en los tiempos de Trump pasan por Breonna Taylor, entre otros, en la primera mitad de 2020 y nos traen hasta George Floyd, siendo constantes los excesos y abusos de las fuerzas del orden básicamente hacia la población negra aunados al encubrimiento, amparo y absolución de los culpables. Subrayable también el hecho de que estas muertes son ocasionadas con más frecuencia contra la población joven, en plena edad activa, creativa y reproductiva, es decir, asesinan materialmente el futuro del negro en Estados Unidos. Le asestan certeros golpes a la curva de crecimiento demográfico de los descendientes africanos, tal como exterminaron al 60 % de la población negra durante 300 años, una aterradora limpieza étnica, muy en sintonía con el miedo de los racistas a perder la mayoría poblacional en 2050. 

Sin el esclavismo, la población africana hoy, rondaría los 2000 millones de habitantes, y sin el genocidio, la nuestroamericana, los 800 millones. Ese genocidio también incluyó la desaparición de avanzadas culturas y tecnología que estaban en constante evolución, algunas iguales o superiores a las del resto del mundo. Los trescientos años de calma, fueron en realidad trescientos años de vacío y estancamiento tecnológico para las culturas áfrico – americanas,

¿Ahora bien, qué hace tanta gente caucásica y no negra en esas protestas? ¿Puede el 13 % de la población hacer temblar al gobierno corporativo de EEUU? Porque estemos claros, no se trata de quién sea presidente de la potencia del Norte.

Trump ha continuado la misión de detener el crecimiento de la población no caucásica, en un desesperado intento por evitar lo inevitable: en el 2050. Según proyecciones demográficas, la población blanca será minoritaria frente al conglomerado de los otros grupos étnicos que, de unirse ante la discriminación, desplazara del poder político a los tradicionales demócratas y republicanos. 

La campaña de este hombre de color naranja en 2015 consistió en conquistar a los blancos pobres, y hacerles sentir que los migrantes les están quitando sus puestos de trabajo. Que un blanco bien puede trabajar de camarero, vendedor, plomero y heredar a sus hijos un futuro mejor, en el que los negros ocuparían esos puestos laborales indeseados, mientras la tecnología se desarrolla y también desplaza a esta clase indeseable, en sintonía con la teoría del “horror económico” (Forrester), en donde por el rápido camino de la tecnología para el trabajo, cada vez harán falta menos “pobres en ascendencia” para cargos en el sector servicios, finanzas, agricultura. Se le aceptará solo en los cuerpos policiales y de seguridad, y de seguro con las condiciones de los años anteriores a 1960. 

La estrategia de colocar a los oprimidos del capital como “carne de cañón” en las guerras, también quedará de lado, por el desarrollo de tecnología militar. Como ejemplo, los drones y los aviones no tripulados; no están nada lejos los robocops para sustituir efectivos policiales. Los pobres cada vez son menos necesarios para hacerse rico. Pero, de manera insólita y causando desesperación en círculos hegemónicos, sigue creciendo su número en el Norte y esto se convierte en una amenaza política para conservar el poder, incluso porque también está sucediendo en los pobres países del Sur.

A primera vista, parecía una nueva ola de protestas negras, afroestadounidenses, apoyadas por algunas ciudades europeas en las cuales se han flexibilizado las cuarentenas –los manifestantes llevan en su gran mayoría tapaboca, lo cual indica su nivel de organización y conciencia-- Pero una ojeada por años de historia mundial nos da importantes indicios de que no todo es tan blanco y negro.

Las protestas contra el G7

El Grupo de los 7 (G7) es el club del país económica y militarmente más fuerte, peligroso y agresivo de Occidente (o del Norte, según se vea); lo conforman, según su PIB, Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá. Anualmente realizan una Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno en la cual dicta las pautas EEUU.

En los últimos años las rebeliones contra estas reuniones son cada vez más multitudinarias, por lo que cada gobernante del país que alberga el encuentro, debe hacer un despliegue de fuerzas policiales, militares y prohibiciones tipo toque de queda para intentar controlar el clamor anti neoliberal de las miles de personas de los movimientos sociales que de todas partes de Europa y Norteamérica van a decirle a los 7 mandatarios que ya basta de esta manera de gobernar al mundo. La presión popular es tan fuerte que las cumbres se realizan en los lugares más apartados y de difícil acceso.

La del 2019, se hizo en el lejano sitio costero de Biarritz (Francia). Hasta allá llegaron unas quince mil personas para protestar contra las políticas económicas y climáticas aplicadas por las principales naciones industriales del mundo. Los videos y fotos de las agencias noticiosas, muestran que los había de todo el espectro étnico del “del pequeño género humano” (Simón Bolívar), blancos, negros, indígenas, asiáticos, oceánicos, mezclados, mujeres y hombres y mucha gente joven. En esa ocasión una bien apertrechada policía lanzó sofisticadas granadas de dispersión sobre la multitud. El capitalismo podrá no gastar mucho en vacunas contra enfermedades físicas endémicas, pero no repara en invertir en costosos armamentos “solo mata pobres”.

En junio de 2018, en Quebec (Canadá), cientos de policías rodearon a la multitud de manifestantes que con la consigna “El G7 no nos representa” intentaban llegar al sitio donde se realizaría la 44° cumbre capitalista. Como siempre, los jefes de gobierno fueron parodiados con gigantescos títeres, un emblema propio de las protestas mundiales contra el G7 que indica que se trata de un ideal común, de una idea fuerza que recorre la humanidad.

En 2019, el alza del combustible y los impuestos en Francia fue el elemento detonante que puso en escena a los Chalecos Amarillos, un inmenso grupo de gente asalariada cuyo poder adquisitivo muchas veces no le alcanza para vivir en el país de Macron. Las protestas que comenzaron siendo de clase media, rápidamente se extendieron a la clase baja, a los más empobrecidos. 

La represión gubernamental rápidamente apareció para amedrentar y perseguir a los organizadores. Los Chalecos Amarillos, constituidos por todos los grupos étnicos cuyo principal vínculo es la creciente miseria y exclusión, se extendieron a países vecinos como Alemania, Italia, Bélgica y España. Las calles de Francia en 2018, incluyendo los Campos Elíseos, conocieron el calor del fuego real de la protestas de los miserables multicolores que pululan por doquier en un país que aún sigue vendiendo como imagen las luces de una vieja torre de hierro.

Ya en España entre 2011 y 2015 los Indignados y el Movimiento 15 M, habían sacudido los cimientos de un modelo neoliberal que deja en la calle a decenas de miles de españoles y migrantes, las coloridas imágenes fotográficas en la Plaza del Sol son testigos de la confluencia de nacionalidades que protagonizaron aquellas “sentadas”. 

En Nuestra América, jugando parte de la periferia de los centros de poder capitalista, se genera también resistencia al neoliberalismo. En 2019, la gran prensa no supo cómo titular el día en que los jóvenes en Santiago de Chile, se negaron a pagar el alza del pasaje del metro. El país se convulsionó cuando el pueblo puso en jaque a un modelo de concertación política que solo beneficia a los aduladores del capitalismo. En Ecuador, multitudes de obreros, indígenas y mestizos se alzaron contra un gobierno espejo del neoliberalismo.

Se registraron levantamientos populares en Costa Rica, Panamá, Republica Dominicana, Perú, Colombia, cada uno ocultado por las corporaciones mediáticas.

El miedo al coronavirus había puesto una pausa a todo esto, pero ya los manifestantes toman sus previsiones sanitarias –tapabocas mediante--, para no seguir dándole ventaja a un capitalismo que transformó el virus en un arma que contribuye a lograr su perverso objetivo de “aplanar la curva” de crecimiento demográfico de los innecesarios pobres negros, latinos y migrantes africanos y asiáticos.

¿Quién dirige estas revuelta? ¿Por qué no toman el poder?

Queda claro, que las protestas trascendieron las fronteras de EEUU y se replican principalmente en los países que lideran el modelo neoliberal. El denominador común es la pobreza, es una lucha de los oprimidos. Es una batalla sostenida que en oportunidades tiene detonantes focales que se hacen universales como los asesinatos de personas negras, de jóvenes, estudiantes, mujeres, indígenas, activistas de derechos humanos o de la naturaleza.

En Ecuador y Chile pudo pensarse que los gobiernos de turno caerían, pero no fue así. Algunas especulaciones sostienen que ha sido por falta de liderazgo. Razonamiento lógico dado que la historia siempre ha puesto al frente de las luchas a hombres, mujeres, entornos o partidos políticos, y hasta así lo recomiendan las tesis de izquierda. 

Una lectura diferente se desprende de estas ya estructurales luchas por el cambio, cual es la de no conformarse con una rotación de élites en el poder (M Weber), sino cambiar estructuralmente todo el modo de ejercer el poder y entregarlo a la comunidad, comuna, cumbe, colectividad. Cultivar ahora lideres o lideresas sin la completa comprensión de que el vivir bien no depende de una persona o un partido parece ser lo que subyace en todo esto. No “cambiar para que nada cambie”, sino cambiar desde la raíz a la última hoja, “en pensamiento, palabra, obra y omisión”.

Por ello, las rebeliones han evolucionado, ya no son sectorizadas, porque al final es fácil acallar a un sector, por las balas o por la compra de voluntades, y para ello el capitalismo tiene divisas y bienes de capital destinado a matar o comprar conciencia. Con su creatividad y con sus necesarias explosiones de ira popular se están convirtiendo en el instrumento de formación general para garantizar la unión de los pobres “el proletarios del mundo uníos” (Marx), el “con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar” (Martí), “el bienaventurados los pobres porque de ellos será el reino de la tierra” (Cristo), el “somos un pequeño género humano” (Bolívar), en suma el bien conocido “unidad en la diversidad, diversidad en la unidad” (Tantular).

Esta no es solo una guerra racial, está es la guerra de los que viven bajo opresión, cualquiera sea su color de piel, religión, sexo, diversidad, contra un estatus quo neocolonial y neoliberal que se disfraza y se amolda con discursos y migajas de comprensión. Es la guerra para erradicar los viejos patrones de dominación, para descolonializar, pero sobre todo para desneoliberalizar la humanidad.

Esta es la sostenida jornada mundial de la esperanza activa, no para poner en el poder a un grupo, es una jornada mundial del amor por la humanidad humana (A. Primera)  para ejercer entre todos y todos, el poder que da bienestar a todos y todas. Una larga marcha que avista la recta del desenlace, donde nadie se cansa.

Ejercer el poder público total, en cada espacio y tiempo. En los órganos legislativos, judiciales, ejecutivos; en los estados, departamentos, provincias; en las alcaldías, cabildos, comunas, cumbes y quilombos, universidades, escuelas, cuadras, veredas y familias. Y claro está, en los organismos multilaterales que solo son reflejo de lo que ha de cambiar para hacer posible un mundo en el cual se pueda respirar bienestar y paz.

A rodar todos y todas y hacer caer al abismo del no regreso a las pesadas estatuas mentales que no quieren dejar ver lo que el pueblo viene mirando hace años.


Marcus Garvey, el jamaiquino que puso a África en la escena mundial


 El héroe nacional de Jamaica

Marcus Garvey, reconocido panafricanista es  desde 1964, en su país de nacimiento, Jamaica (entonces colonia inglesa) como su héroe nacional. Nació  en Saint Ann's Bay ,17 de agosto de 1887, era el menor de once hermanos, nueve de los cuales murieron jóvenes o niños.

Tuvo la fortuna de ser hijo de un albañil, Malchus Garvey,  que tenía como hobby comprar y leer libros, por lo cual llegó a tener una de las bibliotecas más importantes de Jamaica, y de seguro, del Caribe Insular. Marcus hizo pleno uso de ese invaluable tesoro, en especial cuando tuvo que dejar la escuela, debido a la imposibilidad de sus padres de pagarla. Su madre fue Sarah Richards, mujer trabajadora y agricultura le enseñó el valor de la perseverancia y el trabajo duro. La carencia de la escuela normal, debió compensarla con la asistencia a la escuela religiosa, donde igual enseñaban a parir de la biblia .De adulto, aun confesándose cristiano, llegó a afirmar que no porque esté en la biblia debe ser verdad.

Con ese ímpetu familiar y lleno de ideas, entró, con solo doce años, a trabajar en la imprenta de un tío,  quien le enseñó el oficio, por lo que con tan solo 14 años se mudó a Kingston y trabajó en una importante imprenta. Marcus aprende allí como hacer su propio periódico y editar publicaciones en función de su causa por la negritud y el panafricanismo.  Se recuerdan de ella el periódico “Mundo Negro”, “Estrella Negra” y “Hombre Negro”. 

A los 20 años es elegido vicepresidente del sindicato de impresores de Kingston. En 1908, lo despiden por participar en la huelga de la Unión de Impresores, reclamando mejoras laborales. Ya de lleno en la política y en la defensa de los derechos civiles va a Costa Rica, donde crítica las acciones explotadoras de la poderosa United Fruit Company  y después por Panamá, donde editó un periódico antes de regresar a Jamaica en 1912. 

Se traslada a Londres de 1912 a 1914, para trabajar como obrero. Allí conoce al político liberal David Lloyd George. En estos tiempos, Marcus, en contacto con cientos de africanos en Londres, conoce más sobre las ocupaciones europeas en África y el Caribe, y se da lleno con el drama colonialista.

De vuelta a Jamaica, en agosto de 1914, fundó la Asociación Universal para la Mejora del Hombre Negro ( UNIA). En lo adelante, con tan solo 27 años, se convertirá en un adalid de la negritud y de la independencia africana en todo el mundo, dado que para Marcus Garvey donde hubiera un descendiente africano, allí estaba África. Se convertiría en el primer líder negro en poner a África en el centro del ser afrodescendientes, y el primero en hablar de una nación africana, tal como se habla hoy de la nación árabe.

En su peregrinar por las tierras de la diáspora africana –Garvey jamás pudo visitar a su adorada África--,  va en  1916 a Nueva York,  y lleva allí a la UNIA que se convierte en una poderosa organización socio política en Estados Unidos. Su discurso se centraba en el orgullo de ser afrodescendiente, negros y en la necesidad de volver a África.  Con esta idea fundó la Línea Black Star, para proporcionar el transporte a África, y el Corporación de Fábricas Negras para fomentar la independencia económica de los afrodescendientes.

En 1923, la justicia estadounidense, miope cuando se trata de los afros, lo condena injustamente a siete años de cárcel.  Tras dos años de apelaciones es hecho prisionero en 1925. Tras las protestas de unas 70 mil personas, es liberado y deportado a Jamaica. Desde principio del año 2000 los movimientos afro en EEUU exigen la declaratoria de inocencia por la injustica cometida en 1923, evidentemente para frenar su causa. En 2008, el presidente afro, Obama, se negó a conceder a petición. 

El pensamiento de Garvey, puede definirse como de “nacionalismo africano” o “nacionalismo negro”. En su propuesta de la vuelta a África o la creación de un gran Estado-Nación Africano, se encuentra la aspiración de relanzar, de recrear la cultura, la identidad de África y su legado universal.

Edmund David Cronon, biógrafo estadounidense de Garvey, escribió en 1955:

Garvey atrajo la atención principalmente porque expresó en poderosas frases los pensamientos secretos del mundo negro. Les dijo a sus oyentes lo que querían escuchar: que una piel negra no era una señal de vergüenza, sino un símbolo glorioso de la grandeza nacional. Prometió una nación negra en la patria africana que sería la maravilla del mundo moderno. Señaló los triunfos de los negros en el pasado y describió con brillantes sílabas las glorias del futuro. Cuando Garvey habló de la grandeza de la raza, los negros de todas partes pudieron olvidar por un momento la vergüenza de la discriminación y los horrores de los linchamientos.

Martin  Luther King, frente a la tumba del héroe jamaiquino, en 1965,  dijo:

"Marcus Garvey fue el primer hombre negro  en liderar y desarrollar un movimiento de masas. Fue el primer hombre a escala y nivel masivo en dar a millones de negros un sentido de dignidad y destino. Y hacer que el negro se sienta alguien”

El jamaiquino Bob Marley se inspiró en un discurso de Garvey para escribir la canción “Redemption Song”. En ella Marley expresa el legado y lucha Marcus Garvey, a favor de la nación negra del mundo; la letra  incluye frases de Garvey como  “emanciparse de la esclavitud mental”, y “sólo nosotros podemos liberar nuestras mentes”.

El primer presidente de Ghana, Kuame Nkrumah, escribe en su autobiografía que el pensamiento de Garvey fue una guía para los movimientos independentistas de África.

En la Jamaica ocupada por Reino Unido, después de la muerte de Garvey, se le intentó matar política y filosóficamente. Lo cual fue imposible por la huella dejada en su pueblo. El ratafarismo, de gran arraigo jamaiquino, reivindicó su figura caribeña y africanista. Su mausoleo es uno de los más reverenciados en Jamaica, que en 1964, lo declaró su héroe nacional.

Marcus Garvey murió con apenas 52 años, en Londres. Su historia ha sido ampliamente divulgada en el panafricanismo, y por sus propios detractores. Dejamos aquí algunas pinceladas de su pensamiento:

* Fue una de mis grandes metas en poder hacer que los Negros se amaran el uno al otro. Gracias a Dios que triunfé y tengo 11 millones de conocedores del verdadero arte del amor. La ambición de uno mismo y el autorgullo no es un defecto de ti mismo para odiar a tu propio hermano. Es el defecto de aquel que te enseño a odiar a tu madre quien te trajo al mundo, para que tú te hicieras parte de un grupo desorganizado. Es hora de dejar atrás ese viejo abrigo de odio y cultivarse a uno mismo a través del verdadero amor, la verdadera comunidad, autoambición, autoorgullo, autorrespeto, y cuando puedas cosechar todo eso el mundo a tu alrededor te respetara.

* El “Negro” amo bajo severos castigos. Amaba a su amo, le servía, cuidaba de su hogar a pesar de que en un futuro pensaba en esclavizarlo, No somos una raza de odiosos sino amantes de la causa humana».

* Para nosotros, la raza blanca tiene derecho a la posesión y ocupación pacífica de sus propios países y, de igual manera, las razas amarilla y negra tienen sus derechos. Solo mediante una consideración honesta y liberal de tales derechos puede el mundo ser bendecido con la paz que buscan los maestros y líderes cristianos”.

*Si Europa es para el hombre blanco, si Asia es para los hombres marrones y amarillos, entonces seguramente África es para el hombre negro. El gran hombre blanco ha peleado por la preservación de Europa, las grandes razas de hombres amarillos y marrones están peleando por la preservación de Asia, y 400 millones de negros deberán derramar, si se necesita, la última gota de su sangre para la redención de África y la emancipación de la raza en todas partes”

* Muéstrame una nación bien organizada, y te mostraré una gente y una nación respetada por el mundo.

* El reajuste político del mundo significa que aquellos quienes no estén lo suficientemente capaces, ni estén lo suficientemente preparados, estarán a la merced de las clases organizadas por otros cien o doscientos años.

* Nunca debes dejar de aprender. Los más grandes hombres y mujeres del mundo fueron personas que se educaron a sí mismas fuera de las universidades, con todo el conocimiento que la universidad da, y tú tienes la oportunidad de hacer lo mismo que los estudiantes de la universidad hacen: leer y estudiar.

*Vamos a emanciparnos de la esclavitud mental porque aunque puede que liberen el cuerpo, nadie más que nosotros puede liberar la mente.

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