lunes, 20 de mayo de 2019

¿Y después de la invasión a la embajada de Venezuela en EEUU?



No se harán esperar las voces de condena contra el gobierno de Trump por el asalto a la Sede de la Embajada de Venezuela en Washington.
La presencia del Reverendo Jesse Jackson,  connotado defensor de los derechos humanos y reconocido líder del Partido Demócrata, frente al edificio sede la embajada, portando alimentos y agua para los activistas estadounidense, que con permiso del gobierno venezolano, resguardaban la legalidad internacional, lanza un mensaje y advertencia moral al concierto internacional de los estados naciones: EEUU está llevando al mundo a una situación de anarquía.

Así mismo, el afamado pensador estadounidense Jean Petras, ha sido lapidario al referirse al asedio a la embajada: “Tres chiflados están dirigiendo la política exterior de Trump”, haciendo alusión a Pence, Pompeo y Abraams.

Sería redundar citar las pisoteadas Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, y la de Consulares (1961 y 1963). Ya en marzo pasado, el gobierno de Trump permitió la violación del edificio sede del consulado venezolano en Nueva York. Lo que ahora está en juego es la coexistencia y el respeto mutuo entre los gobiernos del  mundo. 

Los recintos diplomáticos, desde el Siglo XVI se han ido tornando en territorios sagrados, inviolables aún por encima de los templos religiosos. En plena guerra son verdaderos reductos de paz y protección que hasta las más terribles tiranías han respetado. El gobierno venezolano, ejerce un fiel respeto a la institución a los recintos diplomáticos. En la actual situación nacional, varios oposicionistas, aún con sentencia por delitos comunes firme han entrado como huéspedes a residencias de países acreditados en Caracas, los gobiernos emisores puedan dar fe del cumplimiento de Viena por Venezuela. Las autoridades venezolanas igual han asegurado que los locales diplomáticos de EEUU en Venezuela, gozan de todas las garantías de inviolabilidad.

Hasta la toma de la embajada gringa en Teherán en 1979, con todo y los justos reclamos de sus dirigencia, no fue bien vista por el resto del mundo. Pero en el caso venezolano, EEUU atenta y golpea al multilateralismo y sus expresiones jurídicas, ni siquiera se cuidaron las autoridades gringas de afectar a sus propios connacionales –custodios de la embajada-- agredidos por extranjeros 

Puede un gobierno como el de Trump, en manos de chiflados, reconocer a un gobierno ficticio; pero eso no le da derecho a invadir recintos diplomáticos. La embajada venezolana en Washington es reconocida como tal por más de 120 estados naciones que mantienen relaciones con el gobierno legitimo y constitucional del Presidente Nicolás Maduro. La invasión al edificio diplomático menoscaba la propia coexistencia internacional.

Bien pudo Trump regalarles unas oficinas a sus amigos autoproclamados, en lugar de permitir que agredieran a sus connacionales estadounidenses. Pero está demostrado que prefiere seguir provocando y robando los bienes y capitales del pueblo venezolano. Total, si es capaz de invadir militarmente a un país entero, poco le cuesta desalojar un local diplomático.

lunes, 13 de mayo de 2019

El Gobierno que viene


El Presidente de la República, Nicolás Maduro, ha convocado a los distintos niveles de organización, partidos, consejos comunales, movimientos sociales a hacer propuesta para la rectificación y cambio.

Es un gesto que viniendo del primer mandatario, se convierte en un mensaje de que hay asuntos que no están funcionando bien. A pesar  de la guerra oposicionista contra la gobernabilidad y el bloqueo económico gringo que día a día se endurece más, hay elementos que deben rectificarse.

El Presidente Hugo Chávez en 2008 lanzó las “3 R”, revisión, rectificación y reimpulso, en un momento económico muy frágil para el mundo y Venezuela. En 2013 el Presidente Maduro pidió de nuevo aplicar las 3 R de 2008 y las que en Chávez llamó en 2010 como las nuevas 3 R: Reunificación, Repolarización y Repolitización. Ahora el llamado es una combinación de ambas estrategias en un momento de crisis económica y de ataques internacionales jamás antes vistos.

Venezuela tiene un Plan de la Patria 2019 – 2025 que recibió aportes de variados sectores y viene del Plan de la Patria 2012 – 2018, que dejó listo el Presidente Chávez.

En 1899, Cipriano Castro, quien hizo frente a la invasión europea contra Venezuela, llegó al poder tras una Revolución. Cuando Castro avanzaba sobre Caracas, varios altos funcionarios del gobierno de Ignacio Andrade, en lugar de enfrentarlo lo recibieron y pretendieron unírsele para formar gobierno. Castro conocía de la calamitosa situación por la que atravesaba el país y el entreguismo de los últimos gobiernos a las potencias europeas.

Ante eso, Castro lanza su proclama “Nuevos Hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos”. Un mensaje para aquellos funcionarios acomodaticios que querían continuar como si nada en sus cargos, con la misma burocracia de siempre y con sus ideales individuales desviados de los objetivos de la Patria.

Venezuela tiene los ideales bolivarianos muy claros, pero sigue sin desmotarse un estado apegado a los viejos procedimientos del poder y contaminado de prácticas corruptas. En cuantos a los hombres y mujeres que deben detentar el servicio popular, el Presidente Maduro ha de saber que en 20 años de Revolución se formaron patriotas de todas las edades, con “moral y luces”, con los que se puede armar y renovar cuando sea necesario un equipo capaz de implementar el Plan de la Patria.
@bolivarreinaldo

martes, 30 de abril de 2019

Operación libertad, origen y fines


A propósito del intento de golpe de estado en Venezuela



En la nueva geopolítica mundial, EEUU no renuncia a imponer su forma de ver “la libertad”. Ahora todas sus operaciones unilaterales llevan el mote de “libertad”. “Libertad” es un sustantivo muy ambiguo para los gobiernos de EEUU al que terminan interpretando como “libertad para acabar con todo aquello que impida el cumplimiento de nuestros objetivos”. Estas operaciones son para controlar la toma de decisiones (el poder) de un país. No importa el costo, pues prevé las llamadas “reconstrucciones” que se hacen con los mismos recursos del país destruido, utilizando empresas de los países “operarios”, y que pueden durar decenas de años. Lo que no podrán reponer son las vidas tanto de un bando político como de otro.

Por ejemplo, la Operación Libertad Duradera,  que aniquiló a Afganistán en 2001; o la Operación Libertad para Iraq”, que devastó a esa nación en 2003.

Afganistán recibió ataques museísticos desde por aviones F-14 Tomcat, F-18 Hornet, F-15 Eagle, Tornados británicos,  como así por submarinos nucleares de los EEUU, ubicados en el Golfo Pérsico, desde donde se disparaban misiles cruceros BGM-109 Tomahawk, de largo alcance y con ojivas antibúnquer, la milenaria ciudad de Kabul y sus alrededores fueron literalmente desaparecidos por el poder de fuego de esa alianza libertaria que ha ocasionado cerca de 200 mil muertes de civiles en Afganistán.

Iraq recibiría la saña libertaria de 225 000 soldados, 800 tanques M1 Abrams, 600 vehículos de combate de infantería M2/M3 Bradley, 100 helicópteros AH-64 Apache, 200 helicópteros AH-1 SuperCobra, 100 helicópteros de transporte CH-47 ChinookUH-60 Black Hawk y CH-53 Sea Stallion, 50-60 F-14 Tomcat, 90 F-15 Eagle, 75 F-16 Fighting Falcon, 180-220 McDonnell Douglas F/A-18 Hornet, 50 A-10, 36 bombarderos B-1BB-52 y B-2, 60 Harrier AV-8B y 4 grupos de combate marítimos que incluían a los portaaviones Constellation, Harry S. Truman, A. Lincoln y T. Roosevelt que se encargarían de arrasar con la milenaria Bagdad, Basora y las grandes ciudades de aquel país árabe. Más de 1.200.000 de iraquíes murieron en esta operación libertad.

Como la palabra “libertad” embelesa a sectores de la derecha, porque les permite obrar sin control, violar las leyes, la constitución y sin embargo presentarse como pacíficos demócratas ante el mundo, está es usada en África, con el mismo nombre: Operación Libertad Duradera - Cuerno de África (OEF-HOA)  con la excusa de combatir un terrorismo que el propio EEUU financia; en  la misma África, la  Operación Libertad Duradera - Trans Sahara que opera desde Europa. Ambas con todo el poder de fuego e inteligencia de la CIA para controlar militarmente al continente y evitar la migración a Europa. Las muertes son notables, los desplazados y refugiados internos se cuentan por millones al igual que la migración forzada.

Estas operaciones cuestan miles de millones de dólares y euros, que nadie entiende porque no se usan para paliar los grandes problemas socios económicos de los pueblos y países del Sur donde se aplican.

En Venezuela, la derecha ha denominado sus planes contra el gobierno nacional,  con ese mismo conector oposición – gobierno EEUU: “Operación Libertad”. Una simple deducción con lo que significan para Afganistán e Irak nos indica los crueles objetivos que buscan alcanzar en Venezuela.

Paisano y paisana, compatriota o connacional, como mejor quieras ser llamado o llamada, por haber nacido y crecer en estas gloriosas tierras. Todo lo que hemos citado aquí, puedes verificarlo usando el buscador de internet de tu preferencia.  La “operación libertad” es una metodología de intervención estadounidense, parte de un manual, que incluye la destrucción y la muerte y que no distinguen a quien aniquilan.

También te invito a consultar tu libro preferido sobre la historia heroica de Venezuela, la que va de 19 de abril de 1810 al 24 de junio de 1821. Este pequeño pueblo, con hambre, sin comodidades algunas, bajo la guía del Libertador Simón Bolívar, derrotó al poderoso reino español que había desplazado sus grandes naves y mejores soldados para acabar con el sueño libertad verdadera, la que no acepta que ninguna potencia someta a otra, la que se basa en la soberanía nacional.

Vamos a decidir el destino de nuestra Venezuela entre nosotros, sus hijos e hijas.  Que el que quiera ser testigo de cómo lo hacemos que nos acompañe, respetándonos, siguiendo las reglas acordadas en el derecho internacional,





viernes, 26 de abril de 2019

Venezuela hacia una negociación inevitable. Escenarios



El Presidente de los Estados Unidos de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que su gobierno está dispuesto a acoger las negociaciones de paz para Venezuela. La primera ha sido cuando en Uruguay se creó el Mecanismo de Montevideo en el cual junto a Uruguay, Bolivia y los gobiernos del Caribe, expusieron una hoja de ruta para una Negociación de la partes en Venezuela.

La propuesta del Mecanismo de Montevideo, con la participación de México que de esa forma se retiraba de la parcialidad del llamado “Grupo de Lima”, está acorde con los Mecanismos de Solución Pacífica de Controversias que establece el Capítulo VI de la Carta de la ONU. Así mismo se ajusta al Capítulo VIII de la misma Carta, que da prioridad a los grupos regionales en la búsqueda de soluciones para la paz y la seguridad internacionales de sus regiones. Todo ello para llegar al extremo de la aplicación de las sanciones multilaterales de carácter jurídico, económico y militar del Capítulo VII de la mencionada Carta.

El Mecanismo de Montevideo, podría en estos momentos asumir para Venezuela y la subregión un papel tan importante como el Grupo de Contadora en 1983 en los conflictos de Nicaragua, Guatemala, El Salvador y Honduras. La primera tarea de aquel grupo, liderado por México, fue la de lograr que toda la región reconociera la autodeterminación, soberanía e integridad de los países mencionados, aún con la oposición férrea de EEUU. El grupo actuó sin esperar la aceptación de todas las partes involucradas, al considerar que lo primero era lograr que los países del mundo, particularmente de América, reconocieran los principios del Derecho Internacional.

Ninguno de los gobiernos del Grupo Contadora era de izquierda, o centro izquierda, creían en el respeto a los principios del derecho internacional y estaban convencidos del  papel de América Latina y el Caribe de garantizar la soberanía y autodeterminación de los pueblos del continente. Miguel de la Madrid (México), Belisario Betancur (Colombia), Ricardo de la Espriela (Panamá), Luis Herrera Campins (Venezuela), dirigían en 1983, año de la fundación de Contadora, sus respectivos países. El Grupo Contadora presentó a la ONU una propuesta que contenía tal declaración de principios internacionales.

Haciendo analogía con el papel de Contadora en aquella crisis de dimensiones subregionales, y con lamentables expresiones de violencia y guerra civil –lo cual no sucede en Venezuela--, en la situación venezolana es necesario que el Mecanismo de Montevideo haga comprender a los Estados que, insólitamente, han abandonado los principios de la Carta de ONU, deben respetar sin exigencias, ni presiones ilegales la soberanía y la autodeterminación del pueblo de Venezuela.  Este es el paso previo a una negociación.
Una vez alcanzado este estatus, lo cual significa reconocer que las partes deben ser estrictamente venezolanas, vendría entonces la elaboración de una agenda que ha de seguir la tesis de una negociación colaborativa, por objetivos --la más deseable--, o de compromiso, dado el desarrollo de las circunstancias, siempre a la luz de los intereses de la Patria.

Los escenarios de negociación para Venezuela

Como en los casos de Nicaragua, Irán, Rusia, Cuba y Zimbabue, el gobierno de EEUU ha tomado medidas unilaterales contra Venezuela haciendo caso omiso a la Carta de la ONU, la cual no autoriza las acciones hostiles de un Estado sobre otro salvo en defensa propia.  EEUU no reta a la ONU, la menoscaba en su esencia multilateral, en su condición de garante de la paz y la seguridad internacionales. Las administraciones estadounidenses, en especial la de Trump, están en una confrontación abierta contra el multilateralismo. EEUU no acata ningún instrumento multilateral que pueda afectar sus intereses presentes o futuros, por ello no ha firmado el Estatuto de Roma (Corte Penal Internacional), Protocolo de Kioto (ambiente) y se retiró de la UNESCO. EEUU ha retrotraído su relación con el mundo al siglo XIX

Ahora bien, sabe  EEUU que la situación nacional en Venezuela, políticamente está clara.  Por ejemplo, no ha habido sacudones sociales por la asfixia económica a la población. Los ataques contra el sistema eléctrico no ocasionaron la violencia que se hubo en ciudades como Nueva York, Chicago y Los Ángeles cuando en sus grandes apagones. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) da constantes pruebas de su apego y defensa de los altos ideales patrióticos. En suma, se desvanece el escenario de un golpe de estado con operadores internos.

El plan de un presidente ficticio fracasó el primer mes, porque no hay en el mundo gobierno sin control de la población, de las instituciones, de la emisión de documentos. Por más “reconocimientos” sin fundamentos jurídicos de la derecha internacional con gobiernos de América y Europa, bien conocen en esas latitudes que aquella entelequia carece de legitimidad y legitimidad. En Venezuela hasta los seguidores del autoproclamado saben quién gobierna al país y de la procedencia electoral que da legalidad al presidente constitucional Nicolás Maduro.

Ante estas premisas, EEUU que no renuncia a su papel de actor principal en la crisis de Venezuela, de ductor del mundo, acentúa la asfixia económica hacia este país. Pocas veces los bloqueos económicos unilaterales funcionan, porque en una “comunidad internacional” de unas 200 países, siempre habrá gobernantes que no caigan en la presión estadunidense de culpar a un gobierno bloqueado financieramente de su propia crisis.

Cuando los gobiernos de EEUU aplican medidas unilaterales -prohibidas por la ONU- lo hacen convencidos de que aún detentan la hegemonía mundial, obviando el desarrollo de poderes nacionales que han surgido o consolidado en Asia y Europa, como los casos China, Rusia, India, Turquía, Irán que no le son tan afines, y que en lo energético, económico y militar infunden respeto, conformando polos de poder distintos al norteño.

EEUU puede jugarse una aventura militar, lo cual para un estado armamentista siempre será una opción. Para ello necesita el respaldo económico de sus socios europeos, de algún país asiático y otro oceánico.  Las guerras contra Afganistán, Iraq y Libia fueron patrocinadas en un buen porcentaje por Europa Occidental,  varios países del Golfo Pérsico, Japón y Australia.

Tal vez, el dinero que están sustrayendo de las cuentas oficiales de Venezuela en el exterior, de CITGO, no les sea suficiente para atacar a un país que tiene equipamiento militar ruso de última generación, en especial aéreo, campo donde EEUU gusta iniciar sus “operaciones de libertad”; porque por tierra sería una osadía, puesto que el pueblo estadounidense no quiere ver urnas cubiertas con su bandera nacional. De eso se cuidó mucho Obama. Por ello desarrollaron los aviones no tripulados y misiles inteligentes, los mismos que las baterías anti aéreas sirias derribaron con facilidad usando tecnología rusa, muy conocida en la FANB.

En la nueva geopolítica mundial, EEUU no renuncia a imponer su forma de ver “la libertad”. Ahora todas sus operaciones unilaterales llevan el mote de “libertad”.  Por ejemplo, la Operación Libertad Duradera,  que aniquiló a Afganistán en 2001; la Operación Libertad para Iraq”, que devastó a Iraq en 2003. “Libertad” es un sustantivo muy ambiguo para los gobiernos de EEUU al que terminan interpretando como “libertad para acabar con todo aquello que impida el cumplimiento de nuestros objetivos”. En Venezuela, la ultraderecha ha denominado sus acciones desestabilizadoras con ese mismo conector oposición – gobierno EEUU: “Operación Libertad”. Una simple analogía con Afganistán e Irak nos da sus características. Nada es casual en  política internacional.

Quien inicia una guerra espera triunfar para llegar con la mayor fortaleza a una negociación final. A las negociaciones se va fortalecido, debilitado o en equilibrio. A EEUU le gustaría que sus operadores negociasen con un gobierno debilitado, como lo hizo el sandinismo a la mesa en 1989, luego de la acción de paramilitares “contras” y de un criminal bloqueo económico. No quiere repetir una experiencia como la de Cuba, que lejos de debilitarse se fortaleció interna y diplomáticamente, al punto de que Obama, en 2016, se abstuvo en la votación contra el embargo cubano. Menos quiere recibir una nueva humillación como la que le acaba de dar Corea del Norte. Al gobierno de EEUU le resultaría más beneficioso, como es obvio, dejar de inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela. A Trump le convendría que sus asesores estudien la Teoría del Método Racional de Toma de Decisiones.

Cuando las fuerzas revolucionarias venezolanas  detienen los intentos de golpes contra el gobierno constitucional, este se fortalece y la oposición golpista se debilita.
El bloqueo económico aupado por la oposición venezolana, es su principal fortaleza, pues crea una perturbación material y emocional en la población, donde sectores de la oposición, sienten la necesidad creciente de cambiar el gobierno por cualquier método, incluida una “operación libertad”.

Para continuar oxigenando su estrategia  al gobierno ficticio, EEUU continúa una ofensiva diplomática que busca ampliar la matriz contra la legitimidad del gobierno constitucional de Venezuela. Desechada ya las banderas de la migración y  de la “ayuda humanitaria”, que quedó sin asidero por la disposición de organismos como la Cruz Roja y la Media Luna Roja de prestar asistencia técnica humanitaria, se escoge el falso estandarte de “Venezuela amenaza para la paz y seguridad regionales”, para adaptarse a los objetivos de la ONU. La escalada internacional estadounidense  quiere debilitar a la Revolución Bolivariana y llevarla a una negociación en debilidad, a una capitulación.

Antecedentes recientes de diálogo y negociación en Venezuela

En la Venezuela de esta V República, luego del golpe de estado de abril de 2002 y el petrolero de diciembre de 2002, el gobierno del Presidente Hugo Chávez convocó al liderazgo opositor, nucleado en la “Coordinadora Democrática”, a una mesa de diálogo que terminó siendo una mesa de negociación. En ella, como buen oficiante, estuvo el Secretario General de la OEA, César Gaviria, quien mantuvo una actitud muy cercana a la parte opositora. La negociación estuvo acompañada por un grupo de países amigos, entre los que figuraban  Portugal, México, Brasil, Chile, España y EEUU.

En aquellas tormentosas negociaciones se concertaron la realización de un referendo revocatorio, siempre que se recogieran las firmas válidas. Aunque se comprobó que la oposición llevó firmas planas y falsas, el Presidente Chávez prácticamente aceptó el reto a través de lo que llamó “La Batalla de Santa Inés”, recordando “el reto entre el Florentino y el Diablo” –el bien y el mal--, ganado por el primero. Aquellas negociaciones abordaron también la composición del CNE que debió ser designado  por el Tribunal Supremo de Justicia, ante el desacuerdo que había en la Asamblea Nacional, donde ningún sector tenía la mayoría de dos tercios.

Esa negociación, caracterizada por posiciones casi inamovibles, no estuvieron exceptas de las presiones opositoras. Primero el paro insurreccional que afectó al cien por ciento la producción petrolera, con riesgo de voladura de buques, simultáneamente con la toma de la Plaza Altamira por un grupo de oficiales desertores de la FANB. Sin embargo, pese a desacuerdos en la oposición la mayoría de sus partidos, aceptaron la representatividad de los que fueron a las mesas. Para 2016 no fue igual, los sectores opositores se desarticularon y dieron al traste con la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

A finales de 2007, el Presidente Hugo Chávez otorgó una amnistía de amplio espectro que favoreció a los golpistas de 2002-2003 en la búsqueda de una conciliación nacional, quitando a la oposición la matriz de opinión de que había de “los presos políticos”. No obstante, los golpistas absueltos volverían a las actividades ilegales y desestabilizadoras, y a todo el que era detenido por delinquir o por escaparse de la justicia, lo llamaban “preso político”, una nueva forma de impunidad que posicionaron en varios gobiernos de derecha, aliados políticos de la oposición venezolana.

En 2017, se instaló nuevamente una mesa para diálogo en República Dominicana. En tales conversaciones, que comenzaron en Venezuela en 2016, con el acompañamiento de algunos ex presidentes como José Luis Zapatero y Martín Torrijos, el enviado especial del Estado Vaticano, así como de UNASUR, mecanismo que tenía un importante peso, y que luego sería disminuido a fin de sacarlo del papel eminente que le correspondería en el caso Venezuela como lo establece el Capítulo VIII de la ONU, y que ahora debería tomar el Mecanismo de Montevideo, liderado por el Gobierno de México, siguiendo las pautas que en su momento tuvo el Grupo Contadora.

El diálogo en Santo Domingo, tuvo como anfitrión al gobierno dominicano, presidido por Danilo Medina, y la facilitación de los actores de 2016. No obstante, dichos “diálogos”, como se comprobaría luego, fueron una negociación “evitativa”, dado que la contraparte de la oposición no tenía la auctoritas para firmar acuerdos, pues respondía a los mandatos del gobierno de EEUU, y el anfitrión no fue imparcial, como quedó demostrado en su posición tomada al lado del llamado Grupo de Lima.

En la versión final del acuerdo no firmado de Santo Domingo estaba una cláusula sobre el papel las elecciones presidenciales para mayo de 2018, a las cuales acudieron candidatos opositores que fueron excluidos por la MUD de las mesas de negociación. Como colofón,  en el transcurso de las conversaciones, varios delincuentes políticos, recibieron beneficios procesales tales como libertad condicional o casa por cárcel. Algunos huyeron del país para continuar la conspiración internacional.  

El gobierno de EEUU, que desde el Decreto Obama (2015) contra Venezuela, viene escalando en la conflictividad, escogió al operador más ultraderechista del oposicionismo venezolano (Voluntad Popular), e intervino directamente para desaparecer, literalmente, de la escena política a los otros liderazgos opositores que desde 2004, luego del referendo, copaban la escena. Los pocos disidentes que hoy quedan, no representan peso alguno en la toma de decisiones oposicionistas.

La mesa en República Dominicana dejó como lección la infructuosidad de negociar con contrapartes sin liderazgo, tutelada por intereses externos (EEUU). De allí que para allanar el camino, el Mecanismo de Montevideo debe persuadir  a la ONU, y con ella a toda América Latina y el Caribe, que tiene que respetarse la autodeterminación de Venezuela para negociar entre partes exclusivamente nacionales. Insistimos en que esa es una gestión que pueden hacer a motus propio, siguiendo el método del Grupo Contadora.
La situación venezolana amerita, luego de aclarado el camino en la pre negociación, un compromiso de los negociadores de obrar con agilidad, rapidez y sentido táctico, ante la evidencia de la falta de colaboración de los sectores adversos a la Revolución Bolivariana, ambas partes deben comprometerse a unas conversaciones que arrojen resultados lo más pronto posible. Aquí la facilitación o mediación será esencial, tanto en la elaboración de los puntos a negociar como del desarrollo de las conversaciones.

La negociación es inevitable para ambas partes

Aunque parezca lejana, la negociación será inevitable hasta para los que la niegan. Europa cada vez se verá más enredada en la interpretación jurídica de la situación de hecho en Venezuela. La posición europea con el caso de sus empresas en Cuba, indica que puertas adentro, en varios gobiernos de ese continente, las luces del conocimiento y el análisis ya llegan a los decisores y dejan ver la silueta de un EEUU que quiere volver a ser el poder hegemónico mundial, lo cual no conviene a una Europa que apenas empieza a salir de serias dificultades regionales.

No pasará como en Libia donde una intelectualidad de izquierda perezosa para investigar aceptó la versión de CNN de un Gadafi tirano; o la alternativa occidental de que para salvar a Iraq había que matar a Hussein, o, como pidieron ciertos trasnochados jeques árabes, el asesinato de Bashar al Asad en Siria, como lo hicieron con Arafat en Palestina. Una izquierda o políticos de centro que nada aprendieron de los magnicidios contra los líderes socialistas africanos. Esto no va a pasar en Venezuela, aunque ya lo intentaron en agosto de 2018.

Negociar es la vía más saludable, si se va a ella con claridad, principios, objetivos primordiales y con fuerza. Esa intelectualidad sea europea o estadounidense que ya no es solo  la de los publicitados escritores, noveles o políticos estrellas, sino también la de los movimientos sociales, alternativos y voces orgánicas, está tomando cartas en el asunto Venezuela, mostrando lo que las grandes cadenas de tres letras archivan o editan.
Negociar fortalecidos es una potencial vía para la Revolución Bolivariana, por lo que debe continuar concienciando al Pueblo sobre los pasos que da, los peligros que se ciernen, nuestra historia heroica; con negociadores en una conjunción de experiencia, formación,  y energía, e incorporando activamente al Pueblo. 

Todo el aparato comunicacional, partidista, comunal, patriótico debe volcarse a explicar, informar, escuchar, orientar a toda la población por igual. Que cada venezolano y venezolana internalice que lo fundamental es ser patriota, nacionalista, que podemos superar nuestras diferencias internamente, lo cual no significa que seamos ideológicamente iguales, sino que siendo diferentes podemos vivir juntos bajo las reglas de la convivencia humana y de un contrato social establecido en la Constitución, las leyes, las costumbres, bajo las reglas de nuestra democracia participativa y protagónica.

Todo el aparato productivo del Estado, desde el pequeño agricultor al empresario, debe ser apoyado y activado. La gran fortaleza de países como Siria, además del apoyo diplomático y de la alianza con Rusia, Irán y China fue lo que pudo mantener, aún en guerra, a buena parte de sus agricultores produciendo sus cultivos tradicionales. Hacer lo que mejor se sabe hacer y donde mejor se puede hacer, es la consigna de una agricultura exitosa, a la cual se suma semillas, abono y agua.

Mantener el pueblo activo, en la producción endógena, y movilizado en la defensa de su soberanía. Los gobiernos progresistas que pierden la calle, pierden el poder político. La oposición venezolana está muy lejos de ganar la calle porque sus métodos violentos y su complicidad con la asfixia económica están al desnudo. La Revolución Bolivariana en ningún momento ha abandonado el escenario popular. Por ello, el gobierno de Trump tomó directamente el testigo, el protagonismo injerencista. Los venezolanos deben hacer valer su autodeterminación.  

Las partes o actores de la negociación

Conocer a la contraparte es nodal para sentarse a negociar con ella. Saber que la conflictividad no bajará durante el desarrollo de las mesas; estar seguro de que el lugar para negociar debe ser un Estado-Nación que garantice la neutralidad y el apego al capítulo VI de la Carta de la ONU.

Una negociación que no pierda de vista todo lo que se quiere lograr, lo que puede en un momento esperar, pero sobre todo que no renuncie a los principios que  dieron y dan sustancia a la Revolución; de lo contrario sería acomodaticia. En ese sentido, estudiar a fondo los posibles objetivos de la oposición, algunos en apariencia evidentes, pero que ocultan sus verdaderas intenciones.

La fortaleza opositora del bloqueo económico y financiero que orquesta EEUU de manera ilegítima, unilateral, afecta a todos los sectores de Venezuela: Bolivarianos, opositores y no militantes. Sabe que mientras éste se acentué obliga al gobierno a buscar soluciones de emergencia y afecta el desarrollo normal del Plan de Gobierno. La mayor debilidad de la Revolución Bolivariana, es también económica, acentuada por el bloqueo estadounidense, la caída de la producción petrolera y el no tener un aparato productivo que garantice la abundancia de bienes de consumo, en especial en agricultura y cría. El factor monetario, es parte de la presión económica, mas no sería determinante si hubiera una importante oferta nacional de productos básicos. 

Para una negociación óptima, Venezuela y los garantes de las conversaciones, sea como grupo de contacto, facilitadores o mediadores, deben exigir a los actores internacionales el apego a la Carta de la ONU. El Mecanismo de Montevideo tiene que hacerlo –porque grupos como el de Lima son una circunstancia política, como lo fue Peña Nieto, sus acciones circunstanciales no son política de Estado–, porque es un deber de los gobernantes regionales luchar para que Nuestra América no sea recolonizada por imperio alguno.

López Obrador, el Mecanismo de Montevideo, el NOAL, el Secretario General de la ONU, el ALBA deben llamar a todos los gobiernos de América Latina y del Caribe a poner por encima de cualquier ideología política la soberanía nacional, el derecho de cada Estado-Nación a resolver sus problemas políticos internamente; deben exhortar a la ONU a exigir de EEUU y de Europa Occidental el respeto a estos principios y a cesar en la aplicación de sanciones unilaterales. La Asamblea General de la ONU, dado que el caso Venezuela fue colado por EEUU hasta el Consejo de Seguridad, tiene que pronunciarse sobre el deber de sus miembros a no injerir en los asuntos internos de Venezuela y a respetar los métodos de solución pacifica de controversia.

Por último, las venezolanas y venezolanos desde hace años han elegido una forma pacífica de convivir o coexistir, signada por la Constitución de 1999, cuyos preámbulo y tres primeros artículos establecen el ideal de Estado-Nación y Pueblo que queremos. Recomendamos su concienzuda lectura, memorización e interpretación a cada persona nacida o que habite esta Patria, a los habitantes de los pueblos del mundo, en especial a aquellos con injerencia en las conversaciones relacionadas con Venezuela. Pueden comenzar con el Artículo 1, que resume todo lo que es el interés supremo de la Patria:

Artículo 1. La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador. Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional.



martes, 26 de febrero de 2019


Al Grupo o Cartel de Lima, Contestación  para la consolidación de la Revolución Bolivariana en Venezuela
A los Gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú miembros del Grupo o Cartel de Lima obcecados en destruir la vida institucional, económica y social de la República Bolivariana de Venezuela.
1.    Condenamos las acciones deliberadas del régimen paramilitar y narcoterrorista de Iván Duque, de su tutor ultraderechista y racista Donald Trump obstinados en robar los recursos naturales de Venezuela sin importar el sufrimiento de la población ni los insistentes llamados de los pueblos del mundo, a que dejaran la farsa de la ayuda humanitaria y producir el 23 de febrero falsos positivos que produjeron violencia en territorio colombiano.
 2. Le reiteramos la valentía y el  coraje del pueblo venezolano en su lucha por su autodeterminación y soberanía, y  nos solidarizamos con los pueblos mal gobernados por el Grupo o Cartel de Lima que los han abandonado a su suerte por seguir órdenes del norte.
3. Denunciamos ante los pueblos del mundo que los gobiernos del Grupo de Lima sumisos a EEUU violan intencionalmente el derecho internacional, promueven la xenofobia contra los venezolanos y pretenden imponernos un gobierno de facto.
4. Expresamos agradecimiento a la mayoría de los pueblos (incluyendo aquellos mal gobernados por ustedes) y gobiernos del mundo (la mayoría) que han denunciado la falsa de la ayuda intervencionista humanitaria como método para invadir a Venezuela, y condenamos la violencia promovida y amparada por el gobierno colombiano contra los cuerpos de seguridad venezolanos el día 23 de febrero de 2019.
5. Solicitamos a la Corte Penal Internacional que tome en consideración la continuidad agresión criminal del gobierno de EEUU contra países como Libia, Irak, Siria, Afganistán  y de la violación de los acuerdos de paz en Colombia por el gobierno uribista de Duque que constituyen un crimen de lesa humanidad.
6. Pedimos al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas designar un experto independiente o de una comisión de investigación sobre la obsesión estadounidense y del Grupo o Cartel de Lima, en seguimiento a la profunda preocupación por “las graves violaciones de los derechos humanos en esos territorios donde asesina a dirigentes sindicales, indígenas y campesinos.
7. Manifestamos el carácter irreversible de la Revolución Bolivariana y de continuidad de sus autoridades constitucionales y legitimas encabezadas por el Presidente Nicolás Maduro como lo reconocen la mayoría de las Naciones Y pueblos del Mundo.
8. Expresamos nuestra satisfacción ante el número mayoritario de Estados que han respetado el derecho internacional y el gobierno legítimo y  constitucional de Nicolás Maduro Moros, electo por el voto popular.  En ese sentido, solicitamos las gestiones de los gobiernos respetuosos  a nivel internacional para dar a conocer los esfuerzos y las acciones que realiza el Gobierno Bolivariano de Venezuela para evitar la injerencia extranjera.
9. Resolvemos mantener permanente coordinación con los representantes de los gobiernos y los pueblos dignos del mundo, y con organizaciones internacionales que se rigen por los principios del derecho internacional
10. Exigimos a los gobiernos del Grupo o  Cartel de Lima respetar a los diplomáticos oficiales y legítimos de Venezuela en sus respetivos países y evitar acciones como las que cometieron en Costa Rica.
11. Aplaudimos a todos los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana por su gallarda defensa de la soberanía y los derechos del pueblo venezolano contra los intentos continuados del golpe de estado.
12. Reconocemos la integridad de los miembros del Poder Judicial y el Sistema de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela y aplaudimos los dictámenes contra los intentos de violación de la constitucionalidad cometidos por la Asamblea Nacional en desacato.
13. Hacemos un llamamiento a los gobiernos que ilegalmente han reconocido el golpe de estado en Venezuela que respeten la soberanía venezolana y permitan que este pueblo resuelva sus propios problemas.
14. Solicitamos el inmediato cese del bloqueo económico criminal que mantiene el gobierno de EEUU contra Venezuela y la devolución de los miles de millones de dólares y bienes que mantiene incautado para retrasar el progreso de Venezuela.
15. Reafirmamos el derecho de todos los venezolanos a vivir en democracia y libertad, y por consiguiente, reiteramos el llamado al Grupo o Cartel de Lima y sus jefes a respetar la autodeterminación y soberanía de la República Bolivariana de Venezuela y  a su Presidente Constitucional electo libremente el 20 de mayo de 2018, en elecciones adelantadas por petición de la oposición y observada por casi 200 observadores independientes.
16. Reiteramos nuestra convicción de que la democracia en Venezuela es patrimonio de los venezolanos y no aceptamos presiones ni políticas, ni militares, ni de la anti diplomacia de los de Lima.
17. Acordamos estar alertas contra los gobiernos entreguistas del Grupo o Cartel de Lima y exhortarnos a los pueblos del mundo a no permitir que continúe la mascarada de la ayuda intervencionista humanitaria para invadir  a Venezuela e imponer un gobierno totalitario y títere como ha pasado a lo largo de las invasiones estadounidenses en el mundo

Caracas, 25 de febrero de 2019.

sábado, 23 de febrero de 2019

EEUU: todo el manual contra Venezuela


Abiertamente, sin ambigüedades, el gobierno de Trump ensaya todos los métodos de golpe de estado contra Venezuela y prueba otros, como el actual de un “autoproclamado” que en su ejercicio ficticio ejerce el poder totalitario al creerse jefe de un “ejecutivo” y “legislativo”, de manera simultánea. Vale decir, que su farsa es tal, que el primer vicepresidente la AN en desacato aún no asume la presidencia del ilegal organismo. Pero el autoproclamado no quiere renunciar a su inmunidad parlamentaria, por la cantidad de delitos de lesa patria que comete a diario.
El estrangulamiento económico, fue aplicado en el Chile de Allende. Nixon ordenó “hacer gritar a la economía chilena”. Como no era suficiente, compraron a los militares cercanos al poder, y se delegó en la CIA el soporte. Ya sabemos el resto, Pinochet, su constitución eterna y uno de sus pupilos, Piñera, dos veces presidentes.
Contra Cuba,  un férreo bloqueo y embargo económico legalizado por demócratas y republicanos estadounidenses. Sin que hayan  renunciado a la intervención militar como la de Bahía de Cochinos, en la cual hubo hasta un “autoproclamado presidente”.
En Nicaragua, agregaron estrangulamiento económico y luego “el armar a la oposición”. Este ingrediente devino en unas elecciones hechas a la medida de la contra nicaragüense. El resultado quince años de penurias y retrocesos sociales.
En Honduras, Paraguay, el golpe fue parlamentario, aprovechando que las fuerzas progresistas no se habían consolidado.  En los casos de Haití, a Arístides, simplemente lo secuestraron, causaron una crisis socio político. Allí está Haití, paupérrimo.
En Iraq, Afganistán, Libia las mentiras mediáticas antecedieron las devastadoras invasiones. Con el desdichado apoyo de países y organismos árabes regionales que reconocieron gobiernos ilegítimos en Libia y Siria.
Todos esos  métodos se conjugan en Venezuela, con chantajes económicos y terrorismo psicológico para quebrar el nacionalismo  cívico  militar.
Venezuela es el centro del interés internacional. Destruir su Revolución es dar una lección de sangre a los pueblos que optan por la verdadera libertad e independencia. Hoy es la hora de los Pueblos, sobrevivir y ganar es abrir las grandes alamedas a la Paz Mundial. La  única opción es triunfar.

@bolivarreinaldo

sábado, 9 de febrero de 2019

Fraude europeo en la Conferencia de Uruguay sobre Venezuela

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Ignoraron los mecanismos internacionales de solución pacífica de controversia

La directora de política exterior de la Unión Europea, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Portugal, España, Suecia, Reino Unido, Costa Rica, Ecuador, y Uruguay han cometido un fraude contra la buena fe de los venezolanos y otros países de la región como México, Bolivia y el Caribe.

De entrada, el llamado grupo de contacto fue contaminado por países con una posición tomada contra el gobierno constitucional de Nicolás Maduro; que además atacan al país como Reino Unido (que se ha robado 1200 millones de dólares en oro de Venezuela), Francia, Alemania y Portugal que han dado respaldo al golpe de estado continuado; España que cual monarquía dio un ultimátum, y países del interventor grupo de Lima o sus afines como Costa Rica y Ecuador. Pero Rusia, país euroasiático no fue invitado, que pudo dar equilibrio al grupo de contacto. Han echado por la borda cualquier principio de solución pacífica de controversia, como los contenidos en la Carta de Naciones Unidas. 

Un grupo de contacto debe tener como principal fin el hacer una propuesta de diálogo o negociación para partes en conflictos. Pero estos once países se comportaron prácticamente como si del Consejo de Seguridad de la ONU se tratara al hacer un diagnóstico que responde al relato que ha impuesto la administración de EEUU sobre el gobierno venezolano como el de la crisis humanitaria, elecciones libres y desconocimiento de las elecciones adelantadas –en acuerdo incumplido por un sector oposicionistas-- del 20 de mayo de 2018, en la que participó otro importante sector de la oposición que está siendo desconocido por el oposicionismo. 

Estos once países, la mayoría europeos, sumados al bloqueo económico, pretenden dar órdenes para coordinar con un multilateral ayuda humanitaria –no solicitada, porque no hay ni conmoción por guerra ni por catástrofe natural—, a un país al cual le impiden comprar libremente medicamentos, alimentos e insumos en el exterior; le ordenan “elecciones libres” desconociendo que se han realizado comicios en los cuales la oposición ha ganado referendo, asamblea nacional, consejo legislativos, gobernaciones y alcaldías con el mismo organismo electoral validado como el mejor del mundo.

Los 11, cual voceros de Trump y del oposicionismo venezolano, se saltaron la misión esencial de un grupo de contacto, cual es hacer que las partes se sienten frente a una propuesta para alcanzar la paz, la estabilidad, la convivencia, dentro de los principios del derecho internacional. 

No está demás que los 11, que de seguro tienen sus expertos en derecho internacional, recuerden que:

En los mecanismos de solución pacífica de controversias, la negociación tiene diferencias fundamentales con el dialogo. En el diálogo las partes aún tienen elementos de cercanía por lo que aún pueden sentarse a conversar, solos o con acompañamiento especializado de testigos o facilitadores de buena fe, interesados en alcanzar la solución más constructiva en beneficio de la colectividad. Puede haber acompañantes que de antemano estén con una de las partes, en este caso, para cumplir un rol de testigo, de equilibrio, no obstante son fundamentales los que no están identificados abiertamente; su características es la credibilidad y la auctoritas reconocida. En el dialogo las partes elaboran una agenda común, con la ayuda de los facilitadores.

Cuando se llega a la negociación, las partes se han alegado por posiciones que parecen irreconciliables. Situaciones que pueden devenir en conflictos armados, intervenciones foráneas por aliados de una de las partes, por lo general la opositora, interesado en un cambio de gobierno.

La negociación, deviene de la vocación pacifista de actores mundiales, dado que no siempre las partes quieren hacerlo, en la creencia de que son victoriosos y “No hay nada que negociar”. Casos recientes como el sirio, la oposición, tornada en violenta y apoyada por occidente, advertía que debía salir el presidente. No obstante, se logró sentar a parte de ella en la mesa de negociaciones. El presidente convocó elecciones que no fueron reconocidas. En Siria las negociaciones fracasaron y se profundizó una guerra del ejército nacional contra mercenarios y terroristas que ha causado miles de fallecidos y millones de migrantes y refugiados.

En el caso colombiano, ha habido rondas de negociaciones gobierno – guerrilla, las cuales tienen una beligerancia de facto. En los gobiernos de Uribe la negociación no fue posible, debido a que la guerrilla fue catalogada como terrorista, frenando toda negociación. Con Santos, y por propuestas de gobiernos amigos, como el de Venezuela y Cuba, se concretó con la FARC, pero con el nuevo gobierno se paralizaron con el ELN.

Hay dos maneras de negociar. Una, por posiciones, donde cada parte lleva puntos irreductibles, confiada en su fuerza; la otra, por objetivos, como los de alcanzar la paz, la estabilidad y respetar los principios del derecho internacional. Esta es la más conveniente.

En el diálogo, hay facilitadores o acompañantes, con papel de testigo; pueden subir a buenos oficiantes, donde crean condiciones para el encuentro y la formulación de condiciones viables; en la negociación, hay mediadores, con un papel más activo, con formulación de propuestas de solución. Por ello, la claridad de los objetivos comunes es fundamental, y para formularlos debe invertirse tiempo y buena voluntad.

El gobierno del Presidente Constitucional Nicolás Maduro, ha dado la bienvenida a la posibilidad de sentarse a negociar. La otra parte, respaldad por EEUU que usa el bloqueo económico para forzar una decisión contraria a los principios de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, de entrada fija una posición de no ir a la negociación.  A propósito de esta situación, la actividad del gobierno estadounidense, lleva a plantearse que tal vez hace falta un grupo de contacto que promueva un diálogo entre EEUU y Venezuela. 

Si el análisis racional se impone, la oposición sabe que negociar es un peldaño más que el diálogo que ella misma interrumpió en Dominicana por buscar atajos como la violencia y el magnicidio.

Todo grupo de contacto ha de saber que lo primero para crear un ambiente para una futura negociación es exigir a los medios internacionales que deben mostrar la verdad sobre Venezuela, todas las imágenes y sonidos, todos los actores. Un grupo de contacto debe exigir equilibrio, porque la imparcialidad es imposible, a los medios internacionales.

Un grupo de contacto debe ser claro y determinante de no acepar y rechazar amenazas de intervención internacional como la militar, o las humanitarias, ni bloqueos económicos unilaterales. Sobre la mesa deben estar los asuntos comunes, las aspiraciones comunes, los objetivos comunes. En ese sentido, los sectores de oposición, después de llegar a una posición común –el gobierno bolivariano debe insistir que todos los grupos de oposición estén allí, para no negociar por separado-- debe ponerse de acuerdo de cuál es su propuesta de país, porque sacar un presidente por la fuerza no es plan de país, es objetivo militar. Venezuela se compone de muchas dimensiones como Estado Nación y se fundamenta en la soberanía popular. La negociación debe ser asumida con el objetivo común del ser compatriotas con diferencias pero en función de la paz activa, el progreso del país, el respeto a la democracia protagónica y participativa. 

En suma, son los venezolanos, su liderazgo, los que deben sentarse en la mesa de negociación con propuestas para llegar a acuerdos, el grupo de contacto tiene que facilitar esto y luego designar un grupo mediador que de acuerdo con ese mecanismo de solución de diferencias participe en la formulación de propuestas, pero jamás pretendiendo usurpar el principio de la autodeterminación de nuestro pueblo o fungir de un ficticio Consejo de Seguridad.

México y los países del Caribe se guiaron por los principios de la Carta de ONU. Lo que hicieron los once, principalmente europeos, en Montevideo está diametralmente opuesto a eso.  México y Uruguay deben exigir que todo gobierno en el grupo de contacto debe asumir los enunciados aquí expuestos: El gobierno de Venezuela debe subrayar reiteradamente la exigencia a que cualquier voluntad de acompañar o mediar debe atenerse a lo establecido en la carta de la ONU y los tratados internacionales que los contemplan.

De la Sierra de Coro a Caracas: La ruta hacia el 5 de julio de 1811

El derech o a ser y seguir siendo una nación libre y soberana se forjó con las luchas de indígenas, afros y, posteriormente, de una diversid...