Como bien dice la lideresa María León, la Revolución Rusa ha sido el acontecimiento luminoso más importante del siglo XX. Desde ella el socialismo se ha irradiado a Asia, África y América. Vayan estas líneas iniciales, a propósito del Seminario Permanente Vigencia y Construcción del Socialismo en el Siglo XXI, iniciado en el Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños que sesionará todos los 7 de cada mes, hasta noviembre de 2017, cuando se cumpla 100 años de la más preclara de las revoluciones:
Geográficamente las principales referencias del socialismo como modelo político se remontan a la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, nacida el 7 de noviembre de 1917 y desintegrada en 1990. Luego, en la República de Cuba, con la proclamación, en 1961, de la revolución socialista. Y por supuesto, el modelo de izquierda chino.
El socialismo, organizado como partido político ha alcanzado la jefatura de gobierno en países de Europa como España y Francia, pero allí solo se han limitado a administrar el estado pero sin introducir cambios en el sistema.
En el caso chino, se presenta un agudo debate sobre la esencia ideológico de un modelo que demuestra grandes éxitos económicos y tecnológicos, y que ha desplazado a las grandes economías de Japón y Alemania. En China, lo que si es de todo cierto es que priva un enorme nacionalismo y un desarrollo económico planificado por un gobierno central, una característica particular de los sistemas socialistas. Otro elemento es la distribución del ingreso que se evidencia en las políticas públicas que se basan en un estado de bienestar mínimo de la población urbana y rural a través del acceso a los servicios básicos, educación, vivienda y salud.
El socialismo no es un sistema distinto a la democracia, sino una expresión de ella. El socialismo, por aplicación, es necesariamente democrático, puesto que su práctica consiste en la distribución entre la población de las riquezas, la producción y la administración colectiva de éstas, a fin de alcanzar el desarrollo y una sociedad igualitaria. Así pues, el socialismo es opuesto al capitalismo, en el que el sistema democrático es administrado por representantes; la distribución y administración de las riquezas parte de la competitividad y de los que tienen ventajas sobre la propiedad.
El socialismo es mostrado por el aparato propagandístico del capitalismo, su rival político, como una expresión totalitaria y autoritaria. Son muchos los países del mundo, entre los cuales están los europeos, donde los partidos socialistas han alcanzado una notable posición de poder en la escena política. Así, durante los años ochenta del siglo XX, era común hablar o leer sobre el “Socialismo Europeo”. Sin embargo, insistimos, este no insidio en los sistemas de gobiernos.
El socialismo ha sido la principal opción de los pueblos en la búsqueda de la soberanía y la auto determinación.
A partir de esta introducción, provocadora los y las invitamos a este revisión del socialismo. Para ver experiencias, para evaluar fracasos y triunfos.
Concuerdo con María León, quien al releer a John Reed (10 días que estremecieron al mundo), prefiriendo comparar nuestra Revolución hoy atacada, con la Rusa de 1917, porque aquella triunfo, y la nuestra también lo hará.
Lennin |
Por si en algo contribuye a la reflexión, una resolución, con abundante resumen histórico, del Comité Central del Partido Comunista Portugués sobre el centenario de la Revolución de Octubre:
ResponderEliminarhttps://quevuelvalaurss.wordpress.com/2016/10/28/recomendable-lectura-resolucion-del-comite-central-del-partido-comunista-portugues-sobre-la-conmemoracion-del-centenario-de-la-revolucion-de-octubre-traduccion/
Saludos desde España.