El
objetivo final de la gran industria
corporativa comunicacional residente en occidente es vaciar la mente de los
habitantes del mundo, de hacerlo hombres y mujeres direccionados hacia lo que
dicta esas grandes corporaciones.
Quien
crea que porque tiene miles de seguidores en las redes sociales como twitter,
Instagram o Facebook es un influenciador, está equivocado. Ni siquiera quienes
tienen hasta ochenta millones, como el caso de los archi famosos artistas lo
son.
Tres
corporaciones de EEUU y Alemania, la AT & T, New Corporation, Bertelsmann controlan hoy la
casi totalidad de los medios de comunicación e información de occidente. Para
2014, eran seis, para 2018, solo tres, las otras fueron absorbidas.
Estas
tres producen los contenidos musicales, cinematográficos, series de televisión,
app, prensa escrita, radio y redes sociales. Son las dueñas de unas 9000
emisoras de radio, 1500 televisoras, 1200 editoriales de libros, 1500 grandes
periódicos.
Son
ellos los que hacen y contratan a los grandes artistas: Hacen estudios de
mercados o analizan los perfiles en las redes sociales para imponer gustos
musicales, modas, idiomas, conductas, hasta llegar a un contenido único.
Es,
en el concepto del cubano Fernando Ortiz, las transculturización mundial. Lo
que advirtió Juan Germán Roscio Nieves en 1812, cuando el conglomerado llamado
iglesia había impuesto en gran parte de Nuestra América la cultura imperial
cristiana. Es el desplazamiento de la identidad nacional, la reducción de la
escala de valores.
En
China lo han comprendido, y lo combaten, es un gigante de 1500 millones de
habitantes, un mundo en sí mismo. Con sus propias industrias de producción de
contenidos y su híper desarrollo de internet con su expresión masiva en redes
chinas.
Cuando
alguien monta en cólera reclamando “me quitaron mi cuenta twitter”, es el
reconocimiento de la subordinación a Occidente. Los países del Sur no tienen
redes, por cada título de libro que publican, en Europa y EEUU salen unos 100.
Por eso en nuestras universidades antes que a nuestros pensadores, se lee a los
de Europa y EEUU, y hasta nuestros gobernantes los citan.
Es
la transculturización. Seguiremos en un próximo artículo.
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