Etiopía, el país de la espiritualidad perfecta y donde un año dura 13 meses





Etiopía se rige por el calendario juliano, impuesto para el imperio romano por Julio César, 45 años antes de la aparición de Jesús de Nazareth. El calendario juliano guio el tiempo de los territorios ocupado por Roma en Europa, Asia y África, y luego fue impuesto en América por los españoles. En 1582 el calendario juliano fue sustituido por el Calendario Gregoriano, por disposición del Papa Gregorio XIII. Pero la iglesia cristiana ortodoxa de Etiopía no hizo el cambio y continuó utilizando el almanaque juliano.

Para el calendario juliano Jesucristo nació siete años y ocho meses antes de lo que decretó el papá católico Gregorio XIII. Por esta razón, cuando los países que se rigen por la fecha gregoriana estén recibiendo el 1o de enero de 2024, no sucederá lo mismo en Etiopía, que en septiembre pasado celebró el año 2017. Por tanto, el calendario etíope no es católico, ni cristiano, es de la antigua roma. El año etíope tiene 12 meses de 30 días y un mes de 4 ó 5 días (este {ultimo si es bisiesto), en este caso, la iglesia ortodoxa, para simplificar las cosas, decidió que todos los meses, salvo el 13, tuvieran 30 días, dado que los meses julianos pueden ser de 23, 28,29, 30 y 31. El año nuevo etíope se celebró el 11-12 de septiembre pasado.

En la comunidad Oromo, se ofrecen flores amarillas y pasto recién cortado en agua para agradecer a Dios. Se obsequian regalos entre las comunidades y se hacen canciones tradicionales, El día de Año Nuevo se denomina Enkutatash que significa “regalo de joyas”.

En Etiopía nació un dios

"Miren a África cuando un rey negro sea coronado, porque el día de la liberación está cerca", profetizó el líder panafricanista jamaiquino  Marcus Garvey,  considerado por los campesinos como un nuevo San Juan Bautista, invitando a los afrodescendientes a volver a la "madre África".

Sucedió que en 1930, Ras Tafari Makonnen, descendiente del rey Salomón, fue coronado emperador de Etiopía con el nombre de Haile Selassie, vistiendo los colores verde, amarillo y rojo, de la profecía y en su escudo un león divino, por lo que en Jamaica la gente del pueblo supo que se trataba del dios esperado. Así, del nombre de pila del emperador (Ras Tafari), surgió la original religión del rastafarismo, cuyos creyentes peregrinan a su tiempo a Addis Abeba.

El no menos legendario Bob Marley, fue determinante en la difusión del mensaje de los rasta, citando en sus canciones el discurso del Haile Selassie en la ONU: "Hasta que la filosofía que sostiene que una raza es superior y otra inferior sea finalmente y permanentemente desacreditada y abandonada... hasta ese día, el continente africano no conocerá la paz", En ello se inspiró Marley que cantó su simbólica canción war, en el mejor álbum musical del siglo XX "Exodus"

"El sueño de una paz duradera

Ciudadanía mundial

Regla de moralidad internacional

Permanezca como una ilusión fugaz perseguida

Pero nunca alcanzada

En todas partes habrá guerra

Guerra

En la ciudad etíope de Shashamene, 225 kilómetros al sur de Adís Abeba,  vive una importante comunidad de rastafari. En la entrada de Addis Abeba, una regia escultura de Bob Marley recibe a propios y extraños, para recordar el símbolo. Por más que el propio emperador viajó a Jamaica y  negó su inmortalidad, los rasta siguen apegándose a la profesa, que lo presenta como el León de Judá.

En Etiopia se encuentra el Arca de la Alianza

 Los judíos y los cristianos creen fervientemente en los  dos tablas con los Diez Mandamientos que fueron recogidos en los libros bíblicos Éxodo y Deuteronomio. Estas tablas eran custodiadas por el pueblo de dios durante todo su peregrinar por el desierto hasta llegar a la tierra prometida. Su búsqueda ha sido incesante, por ser la transcripción directa de un mensaje de Yahvé a su pueblo: Dos de esos mandamientos "No matarás" y "No robarás", sería suficiente para evitar las guerras genocidas y el saqueo de los países más débiles. 

Los cristianos ortodoxos de Etiopía aseguran que en  iglesia Nuestra Señora María de Sion de Aksum, ellos resguardan la preciada Arca de Alianza. Esta  reliquia llegó a Etiopía en el año 950 a.C, gracias a la reina de Saba. La tradición sostiene que ella viajó desde a Jerusalén para visitar al rey Salomón y averiguar más sobre su famosa sabiduría.

En Etiopía conviven cristianos y musulmanes

En las regiones de Etiopía se habitan numerosos musulmanes y cristianos. Por mucho tiempo,  se posicionó que estas dos religiones continuaban repudiándose como herencia cruel de las cruzadas (1095-1492). Pero en en esas tierras ancestrales cristianos y musulmanes conviven y celebran en conjunto sus fiestas, las cuales están incorporadas al calendario de feriados nacionales. En enero  se celebra la Genna o Navidad Ortodoxa. Los etíopes ayunan todo un día previo al día de Navidad.  En Febrero, la Fiesta del Sacrificio o Eid ul Adha,  una celebración musulmana que recuerda el momento en que Abraham, según el libro del Génesis, decide sacrificar a su hijo  ante dios, quien conmovido le indica que en lugar de un ser humano sacrifique un cordero. 

Es así que en Etiopía, cuna de la humanidad la paz es una búsqueda continua de todos, sin distinguir la religión que profesan.

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