Parte Mundial 2011
El año 2011 puede catalogarse como el más terrible de lo que va de siglo. Las guerras promovidas desde los centros de poder, EEUU y Europa, responden al modelo de superación de la crisis que sufriera occidente en la décadas de los 20 y 30: El conflicto bélico como propulsora de la industria militar y garante de materias primas y de energía para esos centros.
Así la II Gran Guerra Europea a la cual entró EEUU, fue su última opción para salir de la quiebra, que se convertiría en el principal vendedor de armamentos y al finalizar la guerra en principal proveedor de productos terminados y tecnológicos. La moderna Europa Occidental debe mucho al EEUU.
Europa cedió a regañadientes dar independencia a la sufrida y saqueada África, pero se quedó instalada con sus transnacionales. Europa nunca podrá sobrevivir sin los bienes de consumo que sustrae de África a bajo o ningún costo.
Los tratados de cooperación de la UE con las monarquías del Consejo de Cooperación del Golfo explican porque la Liga Árabe es usada como punta jurídica para legalizar intervenciones armadas a estados no amigos de Occidente en la región. Precisamente, aquellos que poseen grandes riquezas petroleras y son miembros de la OPEP. Es muy fácil predecir que países árabes petroleros están en la mira, de no ceder a las apetencias de los centros de poder.
La crisis capitalista está llevándose consigo a las instituciones multilaterales, transformándolas en mero órganos de trámites para legalizar el formato neocolonial.
En nuestra America los “pensadores” de la derecha agotan sus últimas energías a darle un soporte teórico a posibles intervenciones en países que han optado por deslindarse del sistema capitalista que ha llevado a la peor crisis a EEUU y Europa Occidental. Enorme tarea de resistencia tendrá la naciente CELAC, UNASUR y ALBA.
Los bombardeos a Libia, Costa de Marfil y ocupaciones de países como Irak y Afganistán, el terror psicólogico sobre el pueblo sirio, iraní, ugandés al amenazarlos con intervenciones “humanitarias” son una violación que no admite discusión, a los derechos humanos. Quien justifique tal proceder, es un cómplice de los crimines de lesa humanidad de los centros de poder.
Escudarse en análisis reduccionistas para pretender dictar clases de democracia y política exterior a los gobiernos vanguardistas es un consuelo inútil contra la frustración de ver que los viejos modelos de EEUU y Europa, idolatrados por la derecha, vulneran los principios de la coexistencia internacional para intentar dar oxígenos al capitalismo neoliberal que enfurece a sus propios habitantes. Indignados del mundo uníos.
Comentarios
Publicar un comentario