domingo, 17 de noviembre de 2013

Una guerra económica o psicológica

La guerra económica es una guerra psicológica contra la población con la finalidad de provocar tal descontento que lleve a uno de dos resultados. Uno que en la próxima elección el elector aplique un voto castigo contra quien cree causante de su angustia por la escasez o el alto costo.
Otro, que la gente, desate su furia contra el gobierno a través de hechos, que pudieran ser el castigo a los comerciantes, apropiándose de las mercancías, elemento que pudiera devenir en sucesos violentos y perdidas de vida.
En ambos, los jefes de la guerra económica, la derecha fascista, juegan con la propia vida de los seres humanos.
En el caso venezolano, los planes de la derecha se han encontrado con murallas creadas por la Revolución Bolivariana. La Primera de ella, el alto poder adquisitivo de la clase trabajadora, respaldada por las previsiones tomadas por el gobierno para mantener abastecidos las redes de mercados populares de productos de primera necesidad. Por tanto, quebró operación al estilo de Chile o Nicaragua, de rendir por hambre.
El descarado sobreprecio en bienes electrodomésticos, textiles y construcción apostaba a crear un malestar generalizado y una matriz de opinión de que debido a las políticas monetarias todo se ha encarecido y está escaso.
La ofensiva revolucionaria, ha demostrado fehacientemente que el control de cambio para preservar las reservas funciona, pero la buena fe del Estado en los empresarios fue aprovechada por estos para saquear los sueldos y salarios de la población. Ahora el Gobierno y el Pueblo ponen orden y justicia.

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