La productividad de un país influye decididamente en varios aspectos de
la vida ciudadana.
Por el lado de la macroeconomía, el excedente económico es destinado al
intercambio con otros países, lo cual se transforma o entrada de nuevos bienes
o en entrada de divisas. Vale decir, en influye en el equilibrio de la balanza
de pagos.
Por el lado del consumo interino, la productividad, en especial, la
agrícola y agroindustrial, se traduce en soberanía alimentaría.
La política económica de una nación debe centrarse principalmente en
producir lo necesario para el consumo de la cesta básica y tener un excedente
para la exportación que permita comprar aquellos bienes para el consumo humano
que no produce nacionalmente.
En Venezuela, los rubros maíz, arroz, plátanos, queso, leguminosas
(caraotas, frijoles, lentejas, arbejas, quinchonchos, entre otras) y carnes
rojas, constituyen parte esencial de la dieta de los nacionales. Varios de
estos productos, bien sea por el aumento del poder adquisitivo o por
contracción de la oferta, deben ser importado.
En algunos países del mundo, la procura de garantizar los principales
alimentos ha sido la guía más pragmática para las políticas agropecuarias.
Tanto para los pequeños productores, hasta para los grandes. El gobierno ha de orientar
lo que Venezuela debe producir, y tomar en cuenta el potencial de la producción
artesanal. La vuelta al conuco, a la
granja, al patio productivo tiene un poder inimaginable en este sentido.
Ejemplo los hubo en Venezuela y los hay en el mundo.
La industrialization del Conuco en Venezuela es un acto de Patriotismo y un Modelo de Desarrollo Rural Comunal pero las autoridades no lo ven como Motor de transformación Agroindustrial. ! Vamos Pues ! diría el Comandante Supremo !
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