Si un africano quiere venir a Venezuela, por ejemplo un nigeriano, debe tomar un vuelo a Paris. Antes podía ir a Frankfurt (Alemania), pero la aerolínea de ese país se sumo al cruel bloqueo contra la Patria de Bolívar.
Hace unos cinco siglos los europeos trasladaban en “barcos negreros” a grupos enteros de África para esclavizarlos en América. Llegaban a Cuba, a EEUU a Suramérica. Maniatados, hambrientos y torturados. Los que sobrevían. Muchos se lanzaban a los brazos del oceano o simplemente morián asesinados por los despiadados esclavistas europeos.
Desde América Abyayala, no hay vuelos a África. Aunque parezca inverosímil para los que creen que en África hay solo pobreza, los vuelos que cruzan El Atlántico son africanos. Son aerolineas de Cabo Verde, Angola, Sudáfrica y Etiopía, países con una importante economía que vuelan a Brasil, Argentin y Cuba, en el caso de Angola. Contradictoriamente, Brasil, país que en tiempos de Lula se acercó a los países africanos de habla portuguesa, cesó sus vuelos.
En el caso de Venezuela - África, una de las banderan que enarbolamos desde 2005 fue la necesidad de vuelos mutuos. En ese sentido cursan propuestas con esos países citados, además de otros que poseen poderosas líneas aéreas como Argelia, Nogeria y Egipto. Vale recordar que en mayo de 2011 debió inaugurarse el vuelo Trípoli - Caracas, imposibilitado por él magnicidio contra Gafafi y Libia. Nuestra Revolución trabaja en ello, en romper el yugo aereo de Europa, muestra de ello es el vuelo semanal a Turquía y que hubo a Siria antes de la aversión a ese país.
Europa con su primacía aerea obliga al Sur a pagarle peaje. A comprarle visas de tránsito y esperar a ver si ellos creen apto a los habitantes de nuestros pueblos a pisar sus aeropuertos y montarse en sus aviones.
El prestigioso Grupo “All state made cultural group” de Nigeria, intento desde el 23 de noviembre venir a Venezuela para participar en el V Festival Cultural con los Pueblos de África. Con pasajes comprados por su país y con visas para Caracas. Pero la línea francesa decidió que no. Y nada se pudo hacer, salvo recibir los maltratos que después de 500 años sigue propinando el imperio a nuestros pueblos.
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