El 05 de marzo
de 2013 falleció, para el dolor de decenas de millones de Venezuela y el mundo
entero, el líder fundamental de la Bolivariana Hugo Chávez Frías, víctima de un
cáncer probablemente inducido por sus enemigos.
Ante tal causa
sobrevenida, tal como establece la Constitución Nacional, el Poder Electoral (
poder autóctono, no una dirección u oficina subordinada), procedió a la
convocatoria de una elección presidencial para cubrir la “vacancia absoluta”,
dado que el período tenía apenas 55 días de haberse iniciado. Esta elección se
dio, tal como lo ordena la Carta Magna, en los siguientes 30 días consecutivos.
Treinta días fue
lo que considero el Constituyente suficiente para que el Poder Electoral con el
principio de colaboración de poderes, organice y efectué tan importante
elección. Esto es un mandato popular, pues en la última constitución de la IV
República (1961), la falta absoluta del presidente se resolvía por una elección
secreta que podía hacer el congreso en los siguientes treinta días de la
vacante. El 06 de marzo, la oposición
reclamaba elecciones en treinta días.
Las elecciones
del 13 de abril de 2013 se realizaron con la mayor transparencia. El candidato
perdedor pidió una auditoria de 100 %, algo insólito en estos procesos en el
mundo, donde apenas se audita el 5% y el Poder Electoral, que auditaba hasta el
50%, accedió, demostrándose que el ganador lo había hecho limpiamente. El
Sistema Electoral Venezolano está certificado como el mejor del mundo.
Lo oposición
venezolana desde 2003 ha pedido adelantos de elecciones. En 2004 prácticamente
forzó un Referéndum Revocatorio que ganó el Presidente Hugo Chávez. En 2017,
pedían un adelanto de elecciones. Entre sus consignas estaba el de “vamos a
contarnos”. El Primer cuatrimestre era el periodo para ello. Por tanto, ha
sorprendido nacional e internacionalmente que parte de los opositores decidiera
no participar aludiendo que no había tiempo. Pero la convocatoria se hizo a
principios de enero, por lo que se contó con 120 días para preparar los
comicios. No 30 sino 120. La excusa no
tiene asidero.
Solo los
resultados de un sufragio universal y directo garantizan el ejercicio pleno de
la democracia y la estabilidad institucional de la Republica. Hoy lo estamos
haciendo.
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