JG Roscio Nieves por Alejandro Da Costa |
Discurso de Orden de Reinaldo
Bolívar con Motivo de la Elevación de la memoria histórica de Juan Germán
Roscio Nieves al Panteón Nacional
En vano las armas destruirán a los tiranos, si no establecemos un orden
político capaz de reparar los estragos de la revolución. El sistema militar es
el de la fuerza, y la fuerza no es gobierno: así necesitamos de nuestros
próceres, que escapados en tablas de naufragio de la revolución, nos conduzcan
por entre escollos a un puerto de salvación. Usted y nuestros amigos Roscio y
Castillo harían un fraude a la república, si no le tributasen sus virtudes y
sus talentos.
Simón Bolívar (1816, carta a José Cortes de Madariaga)
Señor Presidente Nicolás Maduro Moros
El 2 de marzo de 1811, una multitud de caraqueños y caraqueñas
ovacionó a los integrantes de la Junta Suprema de Venezuela que ese día cedió
sus competencias al primer Congreso de la Nación. Los cronistas dan fe que de
los más aplaudidos, mientras entraban al recinto estaba el diputado por
Calabozo, Juan Germán Roscio Nieves.
A ese “hombre recio, llanero de frente amplia y mirada aguda”, muy
lejos de la popularizada figura de
un anciano magistrado con peluca blanca, lo encontramos en 1797 en Valencia, en
un airado juicio enfrentando a la Corona Española que pedía la cabeza de Inés
María Páez, una descendiente de
africanos quien en misa osó
arrodillarse en una alfombra, privilegio reservado a las mantuanas.
Casi 200 años antes que Martin Luther King defendiera a Rosa Parks por haber
tomado asiento en un puesto reservado para blancos, en un autobús de Alabama, Estados Unidos, Roscio Nieves defendía exitosamente,
aquí, a la aguerrida Inés
María, convirtiéndose así en el Precursor
de la defensa de los derechos civiles y de las mujeres en Nuestra
América.
Su más fuerte argumento, también usado en el
juicio que le entabló el Colegio de Abogados de Caracas, en venganza por atreverse
a apoyar a una “zamba” y por ser hijo de una indígena fue: “Todos
los hombres y mujeres nacen libres a imagen y semejanza de Dios. Sin colores de
piel, sin mayor diferencia que los talentos”.
El atrevimiento del jurista llanero, que
reforzaría la ideología libertaria e igualitaria de los que luchaban contra el
imperio europeo, era tal, que con la mayor sutileza insultó a los miembros
del cabildo y a los abogados mantuanos dejando en el aire frases como ésta:
Pero verdaderamente solo la ignorancia de las leyes de
la naturaleza y la atrevida ciencia de los escolásticos pudieron pretender
excluir de la especie humana a los negros.
En enero de
1811, siendo Secretario de Gobierno, al enterarse de que en Calabozo se repetía
la escena de Valencia, esta vez contra un caballero, emite un decreto por el
cual se autoriza el uso de alfombras en las iglesias a todos los hombres y
mujeres por igual.
Es el Roscio Nieves que conjuga en sí mismo el
ideario de la igualdad total entre los grupos étnicos, favoreciendo la
incorporación de los pueblos originarios y afro. Sostenía que para el servicio público sólo debe
evaluarse en los seres humanos, la “virtud, el honor y el mérito”. Hasta la sangre de un campesino es
tan valiosa como la de los reyes, afirmaba desafiante.
El
18 de abril de 1811, una reunión
de 23 venezolanos confirma que al día siguiente será la fecha en la cual las provincias de Venezuela asumirán su propia
conducción. Frente a la asamblea popular estaba Roscio Nieves, que da los
detalles del golpe y de sus consecuencias. Conformarán una Junta Suprema de Caracas que buscará que se sumen las otras nueve provincias originarias
de Venezuela.
El 19 de abril de 1810, todo sale según lo
planeado. El propio Roscio, que había actuado como diputado del pueblo, redacta
el Acta del Glorioso día. Aquellos hombres fueron llamados por Francisco de
Miranda “Señores y Padres de la Patria”.
En la Junta Suprema, Roscio Nieves ejerce de Secretario de Relaciones Exteriores, de
Marina y Guerra, de Fomento, y de Gobierno.
De su puño y letra salen las instrucciones
para los diplomáticos enviados a Londres, Washington, al Caribe
y a las propias provincias de Venezuela.
A Bolívar, López Méndez y Bello les instruye:
Solicitarán del Gobierno de Su Majestad Británica que se nos facilite la
pronta adquisición de armas en los términos que parezcan más favorables:
pedirán que se proteja nuestro comercio, y que sea respetado nuestro Gobierno
por los representantes de SMB en las Indias Occidentales; promoverán cuanto
puedan nuestros intereses, nuestra paz y nuestra felicidad.
Comprende la importancia de las comunicaciones,
de la divulgación de noticias, ideas, doctrinas. De inmediato pone al servicio de la causa patriótica la Gazeta de
Caracas, antes realista.
Propagandista y difusor de la ideología
libertaria y consciente
de los ataques del imperio, en carta a un editor inglés le solicita:
En uso de la oferta generosa que Usted ha querido
añadir a sus servicios, espera la Junta Suprema que Usted concurrirá a divulgar
con su interesante periódico las providencias, actos y demás papeles con este
fin, y el de contrarrestar las insidiosas sugestiones de los enemigos de
América.
Proyecta crear una gran Biblioteca Pública para Caracas. Cuando le informan que no hay dineros para comprar libros,
ofrece los suyos que son más de mil, entre ellos los de los grandes pensadores
prohibidos por España. A su pupilo
Andrés Bello, enviado a Gran Bretaña, le pide traer a Venezuela libros
útiles para la enseñanza, y le recomienda leer todo lo que llegue a sus manos. “Ilústrese
más para que ilustre a su pueblo”, le aconseja al que se convertiría en el
gran humanista americano.
Ante la inminencia de la llegada de Francisco de Miranda para contribuir
al recorrido independentista,
ordena a todos los cabildos de Venezuela, destruir cualquier documento del
gobierno realista que criminalizara
al Precursor, de esa
forma el Patriota Miranda quedaba legalmente protegido de la saña imperial.
El dinamismo de la Junta Suprema es
arrollador. En las instrucciones a los diplomáticos les indicaba informar que
pronto habría elecciones para escoger diputados al Congreso, un paso fundamental para la
constitución de los poderes de la futura república.
En manos de Roscio queda la elaboración del
Primer Reglamento Electoral de Nuestra América.
En una
proclama al pueblo expresa:
Venezolanos, el suelo que habitáis no ha visto desde
su descubrimiento una ocurrencia más memorable ni de más trascendencia; ella va
a fijar la suerte de la generación actual, y acaso envuelve en su seno el
destino de muchas edades.
Redacta, también, el reglamento interno, para dar inicio a aquella maquinaria
patriótica que declarará formalmente el 5 de julio de 1811 la Independencia de
Venezuela.
En esa oportunidad Miranda y Roscio dieron
memorables motivaciones que entusiasmaron a aquellos nobeles legisladores. Dijo Roscio: “Que
nuestras obras justifiquen la rectitud de nuestros procedimientos y lejos de
nosotros los temores”.
Roscio y Francisco Isnardi, se encargan de la
redacción del documento fundacional. Otra vez, la pluma del llanero, tejiendo
la institucionalidad y la historia de América.
Su próxima misión sería la redacción de la carta
magna. Lo hacen en un ambiente de gran entusiasmo en las siete provincias firmantes,
y diseñando la estrategia para sumar a las tres restantes.
En diciembre de 1811, ya la Patria tiene una constitución.
Este documento trascendental además de la influencia
jurídica de las revoluciones francesa y estadounidense, contiene ideas
expresadas por Roscio sobre los derechos civiles, la esclavitud, los indígenas
y la doctrina del alcance de la mayor
felicidad, que será retomada por Simón Bolívar en el Congreso de Angostura, en el
cual el jurista también fue diputado y presidente.
El Artículo 191 de la primera constitución
reza: El mejor de todos los Gobiernos será el que fuere más propicio para
producir la mayor suma de bien y de felicidad.
El Congreso y el Triunvirato ante la
arremetida realista y la crisis producida por el terremoto de marzo de 1812 nombran
a Francisco de Miranda Generalísimo y Dictador de la Nación. Va a ser el
entonces triunviro Roscio Nieves, en su turno como Presidente de la República,
quien cabalga a Maracay para imponer al ilustre prócer de la encomienda.
También le tocará, tres meses después, reunirse con el generalísimo para
escuchar los motivos de la capitulación. Ambos héroes estaban estrechamente
unidos en la causa por la libertad.
Violando la capitulación, Monteverde, jefe de los realistas,
hace prisioneros a los principales dirigentes de la independencia. Roscio.
Madariaga, Ayala, Catillo y otros cuatro son capturados como trofeos de guerra
y enviados a España como “los ocho monstruos, los causantes de todos los males”.
Antes son exhibidos semi desnudos en la plaza Capuchinos de Caracas. Encadenados atravesaron a
empujones el Guaraira Repano, y tras 70 días en las mazmorras de La Guaira,
embarcados cual esclavizados a Cádiz y de allí a Ceuta, en tierras africanas.
Tras dos años de penosa prisión, escapan
espectacularmente. Recapturado en Gibraltar, Roscio gana un habeas
Corpus contra la Corona Inglesa y se embarca junto con cuatro de sus
colegas a Jamaica, a donde lleva su libro liberador de conciencias: El Triunfo de
la Libertad sobre el despotismo-
En el prólogo escribe su bitácora de vida: “unamos nuestras fuerzas para el
restablecimiento de la alta dignidad de nuestros semejantes oprimidos”,
Incansable adalid de la emancipación, en 1817,
viaja a Estados Unidos y participa activamente en la fundación de la República
de La Florida. En Filadelfia edita su famoso libro, que es todo un manual
contra la transculturización de la jerarquía católica.
En 1818 se suma a las filas de Bolívar en
Angostura, quien le da grandes responsabilidades, tales como la hacienda
pública, la Vicepresidencia de Venezuela, y de Colombia la Grande. No deja su papel
de comunicador. Destaca como cofundador, director y articulista del Correo del
Orinoco.
Predica con la palabra y el ejemplo. Ante la
flojera y burocratismo de algunos empleados les exhorta:
Es necesario que los funcionarios del gobierno
naciente sean los primeros que con su palabra y con las obras, enseñen la
fraternidad; que sufran cuanto sea posible para alcanzar este beneficio y que,
menospreciando pequeñeces, se fije su consideración en lo más importante y
necesario.
Al Libertador le escribe, en 1819, sobre la
importancia de reforzar la ideología e identidad nacional, debido a que aún hay
quienes por ignorancia o avaricia están conspirando o son cómplices del enemigo
imperialista.
En Venezuela, intereses mezquinos ya instalados
en 1820, intentan desprestigiarlo haciendo ver que solo era un “opinador de oficio”. Cartea
nuevamente al Libertador ofreciendo tomar las armas si con ello hacía mayor
bien a la Patria. Bolívar lo reconforta y le recuerda como en 1816 en Jamaica, que su gran contribución a la
América era la consolidación de la arquitectura política de la república.
Bolívar, quien lo tiene en la mayor estima, le manda una carta nada menos que
con el General Antonio José de Sucre, en ella le contesta lo siguiente
Usted, es preciso que
se mantenga inexorable en su gobierno, porque la miel se la comen hasta las
moscas y el mayor vicio de un gobierno es el de la debilidad.
En esa carta, el Libertador concluye con una
frase en la que muestra su gran fraternidad con el llanero
Adiós mi querido amigo,
cuente Usted, con su afectísimo que lo ama de corazón.
A finales de 1820, con la misión de seguir
consolidando a Colombia va a Cúcuta designado como Presidente del Congreso
Constituyente de la República.
Se despide de Angostura reafirmando sus ideas
de siempre, desde que en 1797 apareció en la escena pública defendiendo a Inés
María Páez. Proclama ante
los guayaneses:
Venezolanos: me haréis la justicia de creer que
aborrezco y detesto el despotismo, y que por la emancipación y libertad de
nuestro país ejecutaré más de lo que puedo.”
Su pensamiento, una de las raíces de nuestra
independencia, sigue vigente en la lucha que
nuestra Patria mantiene contra las ilegales sanciones y el criminal bloqueo
económico. En dos oportunidades ejerció la secretaria de hacienda y finanzas
bajo la siguiente premisa
La prosperidad de un pueblo no consiste en la cantidad
de oro que posee, sino en el número de talentos y de brazos que emplea con
utilidad, a esto atendrá para calificarse de grande y poderoso.
En
enero de 1821, se encuentra en
la Villa del Rosario de Cúcuta, infatigable junto a su esposa la patriota Dolores
Cuevas y su pequeña hija María del Carmen. Despachaba como Vicepresidente de la
República, e iniciaba los preliminares del Congreso Fundacional.
Creía
superada la enfermedad que lo golpeó a principios del año anterior pero de pronto sus fuerzas
flaquearon.
En
ese momento, cuando Venezuela, Quito y Cundinamarca sellarían el más grande
proyecto unionista concebido por Simón Bolívar, Roscio sentía cumplida su
labor.
Las palabras
finales en su obra El Triunfo de la
Libertad sobre el despotismo, son propicias
para este momento en el que a los 200 años de su inmortalidad, gana el juicio
al olvido al que su patriótica carrera fue injustamente sometida. Allí escribió:
Ahora, Señor (diré yo), dejarás ir a tu siervo en paz,
porque mis ojos han visto la libertad saludable de mi país, y de todos mis
semejantes. Estos son, Señor, los votos de mi corazón, y los que os tributo por
la emancipación y felicidad de todos los oprimidos.
Señor
Presidente Nicolás Maduro e ilustres
autoridades de la República, así como el pueblo de Caracas vitoreó al célebre
Roscio Nieves el 2 de marzo de 1811 a su entrada al Congreso, por su
obra en el 19 de abril y en la Junta Suprema, hoy Venezuela y Nuestra América
aplauden la entrada del
Primer Prócer y Pensador Civil de la República al más Alto Altar de la Patria.
Gracias
por este día de Gloria para la recordación de tan notable
Prócer, orgullo del gentilicio guariqueño y americano
Viva la Memoria
Inmortal de Juan Germán Roscio
Nieves
¡Viva Venezuela! ¡Viva
la Patria grande!
Muchísimas Gracias
Reinaldo
Bolívar
10
de marzo de 2021
Año
Bicentenario de la Batalla de Carabobo, del Congreso de Cúcuta y de la inmortalidad
de Juan Germán Roscio
Nieves.
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