She Okitundu, un hombre sencillo, no puede disimular su orgullo por haber nacido en Katako-Kombe en el Sankuru, en el mismo lugar donde naciera a quien puede calificarse como el Liberador del Congo, Patricio Lumumba. Para asombro de los interlocutores que se encontraban en su coloquio en el Centro de Saberes Africanos Americanos y Caribeños (Caracas), Leonard afirma risueños “Yo soy hermano de Patrice”. Pero no hermano como nos decimos en Venezuela, sino “Hermano”.
Ya antes en ese sitio habíamos recibido a Ronald Lumumba, hijo del legendario héroe africano. Leonard, explica. “Lumumba era de la tribu Tetela, yo también. Ser de la misma tribu, de la misma etnia, es un vínculo tan fuerte como ser hijo de la misma madre, del mismo padre”.
Recordé que en una visita mía a Mali, un amigo me dijo, aquí primero somos wolof (la tribu, la familia), después somos africanos (porque el continente siempre ha estado gracias a los dioses naturales), y luego malíes (porque el país es una invención de los hombres).
En mayo de 2005, de los muchos honores que nos han dado los Pueblos del Sur, tuvimos el de haber negociado y firmado el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Democrática del Congo. Comenzábamos la vía olvidada del ABC de la diplomacia política: Reconocimiento de Estados, Establecimiento de Relaciones Diplomáticas, Marco Jurídico de la Cooperación, complementariedad. Se escribe en cinco líneas, pero en 55 años no se había realizado. Con la Revolución Bolivariana de Hugo Chávez, nos llevó 12 años.
Cada establecimiento de relaciones fue una larga ronda de conversa y en septiembre de 2017 la última con Sudán del Sur. Cada firma de un acuerdo puede llevar meses y años de reuniones, intercambio de cartas, emails. Apenas en 2006 Venezuela celebró la primera comisión mixta con un país subsahariano Con Venezuela: Gambia. Los acuerdos permiten estas comisiones para abordar temas en la cooperación multi multisectorial.
Muchos países del Sur subyugados por los del norte se dieron la espalda durante décadas. Con el 80% de los recursos humanos y de la humanidad, miraban sumisos a los viejos invasores y saqueadores que les vendaron los ojos para que no observaran entre sí. Años y años ha costado para que Venezuela se encuentre definitivamente con la Madre África. Pero vale la pena. Las instituciones paso a paso lo van comprendiendo. En este mundo del Siglo XXI la economía pasa obligatoriamente por África y lo mejor es que sea para beneficio mutuo. No para que se instale un neocolonialismo ni menos prácticas neoliberales.
A medida que Venezuela desarrollo su acercamiento con África en los últimos tres lustros floreció la amistad (a Leonard lo conocí en 2008, en un encuentro entre Josep Kabila y Hugo Chávez) y la solidaridad. Y África abrió sus brazos a sus hijos e hijas de Venezuela para acompañarnos en nuestras luchas, en nuestras aspiraciones multilaterales, en condenas contra el imperialismo. Comenzaron los procesos complementarios en minería, en petróleo, en agricultura. Angola, Sudáfrica, Argelia, Egipto. El marco jurídico de la cooperación, los intercambios, la II Cumbre África – Sur América, la solidaridad socio cultural, cada actividad nos hizo encontrar y pensar en el “Hay que ir más allá”. Que solo el Sur puede salvar el Sur, lo demás está agotado.
Toda África es un potencial que posiciona a varios de sus países como economías emergentes. Los acuerdos marcos y complementarios han sido el piso ideal para el desarrollo de una agenda que se ha convertido en espontánea. Una siembra que le ha llegado el tiempo de cosecha.
Caminad con sinceridad y confianza con África centro potencial de la economía mundial, cuna y futuro de la humanidad. Somos de la misma tribu.
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