sábado, 14 de diciembre de 2013

Discurso de Nelson Mandela en Cuba, 26 de julio de 1991

Primer secretario del Partido Comunista, Presidente del Consejo de Estado y del Gobierno de Cuba, Presidente de la República Socialista de Cuba, Comandante en Jefe Fidel Castro Internacionalistas cubanos que tanto han hecho por la liberación de nuestro continente;

Pueblo cubano; camaradas y amigos:
Para mí es un gran placer y un honor encontrarme hoy aquí, especialmente en un día tan importante en la historia revolucionaria del pueblo cubano. Hoy Cuba conmemora el trigésimo octavo aniversario del asalto al cuartel Moncada. Sin el Moncada, la expedición del Granma, la lucha en la Sierra Maestra y la extraordinaria victoria del 1ro de Enero de 1959 nunca habrían tenido lugar.

Hoy esta es la Cuba revolucionaria, la Cuba internacionalista, el país que tanto ha hecho por los pueblos de África.

Hace mucho tiempo que queríamos visitar su país y expresarles nuestros sentimientos acerca de la Revolución Cubana, y el papel desempeñado por Cuba en África, en el África austral y en el mundo.

El pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África. Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la independencia, la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo por los principios y el desinterés que la caracterizan.

Desde sus días iníciales, la Revolución Cubana ha sido una fuente de inspiración para todos los pueblos amantes de la libertad.

Admiramos los sacrificios del pueblo cubano por mantener su independencia y soberanía ante la pérfida campaña imperialista orquestada para destruir los impresionantes logros alcanzados por la Revolución Cubana.

Nosotros también queremos ser dueños de nuestro propio destino. Estamos decididos a lograr que el pueblo de Sudáfrica forje su futuro y que continúe ejerciendo sus derechos democráticos a plenitud después de la liberación del apartheid. No queremos que la participación popular cese cuando el apartheid haya desaparecido. Queremos que el momento mismo de la liberación abra el camino a una democracia cada vez mayor.

Admiramos los logros de la Revolución Cubana en la esfera de la asistencia social. Apreciamos cómo se ha transformado de un país al que se le había impuesto el atraso a uno de cultura universal. Reconocemos los avances en los campos de la salud, la educación y la ciencia.

Es mucho lo que podemos aprender de su experiencia. De modo particular nos conmueve la afirmación del vínculo histórico con el continente africano y sus pueblos. Su invariable compromiso con la erradicación sistemática del racismo no tiene paralelo.

Pero la lección más importante que ustedes pueden ofrecemos es que no importa cuáles sean las adversidades, no importa cuáles sean las dificultades contra las que haya que luchar, ¡no puede haber jamás claudicación!

¡Es un caso de libertad o muerte!

Yo sé que su país atraviesa actualmente muchas dificultades, pero tenemos confianza en que el indoblegable pueblo cubano las vencerá en la misma forma en que ha ayudado a otros pueblos a vencer las que afrontaban.

Sabemos que el espíritu revolucionario de hoy se inició hace mucho, y que ese espíritu se fue nutriendo del esfuerzo de los primeros combatientes por la libertad de Cuba y de hecho por la libertad de todos aquellos que sufren bajo el dominio imperialista.

Nosotros también hallamos inspiración en la vida y ejemplo de José Martí, quien no es solo un héroe cubano y latinoamericano sino una figura justamente venerada por todos los que luchan por la libertad.

También honramos al gran Che Guevara, cuyas hazañas revolucionarias —incluso en nuestro continente— fueron de tal magnitud que ningún encargado de censura en la prisión nos las pudo ocultar. La vida del Che es una inspiración para todo ser humano que ame la libertad. Siempre honraremos su memoria.

África tiene una gran deuda con Cuba

Hemos venido aquí con gran humildad. Hemos venido aquí con gran emoción. Hemos venido aquí conscientes de la gran deuda que hay con el pueblo de Cuba. ¿Qué otro país puede mostrar una historia de mayor desinterés que la que ha exhibido Cuba en sus relaciones con África?

¿Cuántos países del mundo se benefician de la obra de los trabajadores de la salud y los educadores cubanos?

¿Cuántos de ellos se encuentran en África?

¿Dónde está el país que haya solicitado la ayuda de Cuba y que le haya sido negada?

¿Cuántos países amenazados por el imperialismo o que luchan por su liberación nacional han podido contar con el apoyo de Cuba?

Yo me encontraba en prisión cuando por primera vez me enteré de la ayuda masiva que las fuerzas internacionalistas cubanas le estaban dando al pueblo de Angola —en una escala tal que nos era difícil creerlo— cuando los angolanos se vieron atacados en forma combinada por las tropas sudafricanas, el FNLA financiado por la CIA, los mercenarios y las fuerzas de la UNITA y de Zaire en 1975.

Nosotros en África estamos acostumbrados a ser víctimas de otros países que quieren desgajar nuestro territorio o subvertir nuestra soberanía. En la historia de África no existe otro caso de un pueblo que se haya alzado en defensa de uno de nosotros.

Sabemos también que esta fue una acción popular en Cuba. Sabemos que aquellos que lucharon y murieron en Angola fueron solo una pequeña parte de los que se ofrecieron como voluntarios. Para el pueblo cubano, el internacionalismo no es simplemente una palabra, sino algo que hemos visto puesto en práctica en beneficio de grandes sectores de la humanidad.

Sabemos que las fuerzas cubanas estaban dispuestas a retirarse poco después de repeler la invasión de 1975, pero las continuas agresiones de Pretoria hicieron que esto fuera imposible.

La presencia de ustedes y el refuerzo enviado para la batalla de Cuito Cuanavale tienen una importancia verdaderamente histórica.

¡La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para toda África!

¡Esa contundente derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale dio la posibilidad a Angola de disfrutar de la paz y consolidar su propia soberanía!

¡La derrota del ejército racista le permitió al pueblo combatiente de Namibia alcanzar finalmente su independencia!

¡La decisiva derrota de las fuerzas agresoras del apartheid destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco!

¡La derrota del ejército del apartheid sirvió de inspiración al pueblo combatiente de Sudáfrica!

¡Sin la derrota infligida en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones no hubieran sido legalizadas!

¡La derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale hizo posible que hoy yo pueda estar aquí con ustedes!

¡Cuito Cuanavale marca un hito en la historia de la lucha por la liberación del África austral!

¡Cuito Cuanavale marca el viraje en la lucha para librar al continente y a nuestro país del azote del apartheid!

Visión del ANC de la situación en Sudáfrica

El apartheid no es algo que haya comenzado ayer. Los orígenes de la dominación racista blanca se remontan tres siglos y medio, al momento en que los primeros colonos blancos iniciaron el proceso de división y posterior conquista de los Khoi, los San y otros pueblos africanos: los habitantes originarios de nuestro país.

El proceso de conquista, desde su comienzo, engendró una serie de guerras de resistencia, las que a su vez generaron nuestra guerra de liberación nacional. Luchando con grandes desventajas, los pueblos africanos trataron de defender sus tierras. Pero la base material y la resultante fuerza militar de los agresores coloniales llevaron a los divididos reinos y jefes tribales a la derrota.

Esta tradición de resistencia aún pervive y sirve de inspiración a nuestra lucha actual. Nosotros honramos la figura del gran profeta y guerrero Makana, que murió tratando de escapar de la prisión de la Isla Robben en 1819; de Hintsa, Sekhukhune, Dingane, Moshoeshoe, Bambatha y otros héroes de la resistencia ante la conquista colonial.

Fue con estos antecedentes de captura de territorios y conquistas que se creó la Unión Sudafricana en 1910. Para apariencias externas, Sudáfrica se convirtió en un estado independiente, pero en realidad los conquistadores británicos entregaron el poder a los blancos que se habían establecido en el país. Así la nueva Unión Sudafricana pudo formalizar la opresión racial y la explotación económica de los negros.

Después de creada la Unión, la adopción de la Ley de Territorios —encaminada a legalizar las apropiaciones del siglo XIX— aceleró el proceso que conduciría a la constitución del Congreso Nacional Africano el 8 de junio de 1912.

No voy a recontarles la historia del ANC. Baste decir que los 80 años de nuestra existencia han sido testigos de la evolución del ANC desde sus inicios, cuando procuraba unir a los pueblos africanos, hasta convertirse en la fuerza principal en la lucha de las masas oprimidas por acabar con el racismo y fundar un estado no racial, no sexista y democrático.

Su militancia se ha transformado de un pequeño grupo inicial de profesionales y jefes, etcétera, a una verdadera organización de masas populares.

Sus objetivos han evolucionado de la simple búsqueda de mejoras para la población africana, a buscar en cambio la transformación fundamental de toda Sudáfrica en un estado democrático para todos.

Los métodos para lograr sus objetivos de mayor alcance han adquirido a través de los años un mayor carácter de masas, lo que se refleja en la creciente participación popular dentro del ANC y en las campañas encabezadas por el ANC.

En ocasiones, algunos señalan que los propósitos iniciales del ANC y su composición original eran los de una organización reformista. La verdad es que desde su nacimiento el ANC era portador de profundas implicaciones revolucionarias. La formación del ANC fue el primer paso hacia la creación de una nueva nación sudafricana. Con el tiempo ese concepto se desarrolló hasta encontrar una clara expresión hace 36 años en la declaración de la Carta de la Libertad, donde se expresa que «Sudáfrica pertenece a todos los que en ella viven, tanto negros como blancos». Esta constituyó un rechazo inequívoco al estado racista que existía y la afirmación de la única alternativa que nos resulta aceptable, una donde el racismo y sus estructuras sean finalmente liquidados.

Es bien sabido que la respuesta del estado a nuestras legítimas demandas democráticas fue, entre otras, la de acusar a nuestra dirigencia de traición y realizar a comienzos de los años 60 masacres indiscriminadas. Estos hechos y la proscripción de nuestra organización nos dejó sin otro camino que el de hacer lo que ha hecho cualquier pueblo que se respete a sí mismo —incluido el cubano—, es decir, levantarnos en armas para reconquistar nuestro país de manos de los racistas.

Debo decir que cuando quisimos alzamos en armas nos acercamos a numerosos gobiernos occidentales en busca de ayuda y solo obtuvimos audiencia con ministros de muy bajo rango. Cuando visitamos Cuba fuimos recibidos por los más altos funcionarios, quienes de inmediato nos ofrecieron todo lo que queríamos y necesitábamos. Esa fue nuestra primera experiencia con el internacionalismo de Cuba.

Aunque nos alzamos en armas, no fue esa la opción de nuestra preferencia. Fue el régimen del apartheid el que nos obligó a tomar las armas. Nuestra opción preferida siempre ha sido la de encontrar una solución pacífica al conflicto del apartheid.

La lucha combinada de nuestro pueblo dentro del país, así como la creciente batalla internacional contra el apartheid durante la década del 80 abrieron la posibilidad de una solución negociada a dicho conflicto. La decisiva derrota infligida en Cuito Cuanavale alteró la correlación de fuerzas en la región y redujo considerablemente la capacidad del régimen de Pretoria de desestabilizar a sus vecinos. Este hecho, conjuntamente con la lucha de nuestro pueblo dentro del país, fue crucial para hacer entender a Pretoria que tenía que sentarse a la mesa de negociaciones.

El ANC obligó al régimen a negociar

Fue el ANC el que inició el actual proceso de paz que esperamos conduzca a una transferencia negociada del poder al pueblo.

No hemos iniciado este proceso con objetivos distintos de los que buscábamos obtener mediante la lucha armada. Nuestras metas continúan siendo las de alcanzar las demandas contenidas en la Carta de la Libertad y no nos vamos a conformar con menos.

Ningún proceso de negociación puede tener éxito hasta que el régimen del apartheid comprenda que no habrá paz a menos que haya libertad y que no vamos a ceder en una sola de nuestras justas demandas. Deben comprender que no aceptaremos ningún proyecto constitucional que pretenda mantener los privilegios de los blancos.

Tenemos motivos para pensar que aún no hemos logrado que el gobierno entienda esta posición y les advertimos que si no escuchan tendremos que usar nuestra fuerza para convencerlos.

Esa fuerza es la fuerza del pueblo y en última instancia sabemos que las masas no solo exigirán sino que ganarán sus plenos derechos en una Sudáfrica no racista, no sexista y democrática.

Pero nosotros no buscamos solamente una meta en particular, proponemos una vía específica para lograr esa meta, una vía que supone la participación del pueblo en todo momento. No queremos un proceso que conduzca a un acuerdo ajeno al pueblo y donde su papel sea meramente el de aplaudir.

El gobierno resiste esto a toda costa porque la cuestión de cómo se hace una constitución y cómo se llevan a cabo las negociaciones está íntimamente vinculada a si el resultado es o no es democrático.

El actual gobierno quiere permanecer en el poder durante todo el proceso de transición. Nuestra opinión es que eso es inaceptable. Los propósitos del gobierno en las negociaciones son claros. No podemos permitirle que utilice sus poderes como gobierno para favorecer su propia causa y la de sus aliados ni que utilice esos mismos poderes para debilitar al ANC.

Y esto es exactamente lo que están haciendo. Legalizaron al ANC, pero tenemos que trabajar en condiciones muy diferentes a las de otras organizaciones. No disfrutamos de la misma libertad de organizaciones como el Inkatha y otras organizaciones aliadas al régimen del apartheid. Nuestros miembros se ven hostigados y son incluso asesinados. A menudo se nos impide efectuar reuniones y manifestaciones.

Creemos que el proceso de transición debe ser controlado por un gobierno capaz y que tenga además la voluntad de crear y mantener las condiciones propicias para la libre actividad política. Un gobierno que actúe con vistas a asegurar que la transición sea para crear una verdadera democracia y nada menos.

El actual gobierno se ha mostrado bastante renuente o incapaz de crear un clima propicio para las negociaciones. Se retracta de los acuerdos tomados para la liberación de los prisioneros políticos y para permitir el regreso de los exiliados. Recientemente ha permitido que se dé una situación en la que un verdadero reino de terror y violencia se desata contra las comunidades africanas y contra el ANC como organización.

En esa ola de violencia han sido asesinadas 10 mil personas desde 1984, 2 mil de ellas solo en lo que va del año.
Siempre hemos dicho que este gobierno que se vanagloria de sus fuerzas policiales profesionales es perfectamente capaz de poner fin a la violencia y juzgar a los culpables. Pero no solo no muestra ninguna voluntad de hacerlo sino que ahora tenemos pruebas irrefutables —que han sido publicadas en la prensa independiente— de su complicidad con la violencia.

La violencia se ha utilizado en un intento sistemático de fortalecer a Inkatha como un aliado potencial del Partido Nacional. Ahora contamos con pruebas que evidencian la entrega de fondos por el gobierno a Inkatha, dinero que proviene de los contribuyentes.

Todo esto indica la necesidad de crear un gobierno interino de unidad nacional que presida la transición. Necesitamos un gobierno que goce de la confianza de amplios sectores populares para que gobierne durante ese delicado período, para asegurar que los contrarrevolucionarios no puedan alterar el proceso y garantizar que la elaboración de la constitución se lleve adelante en un clima libre de represión, intimidación y miedo.

Creemos que la constitución misma debe ser elaborada en la forma más democrática posible. En nuestra opinión la mejor forma de lograrlo es a través de la elección de representantes a una asamblea constituyente con mandato para elaborar un proyecto de constitución. Hay organizaciones que retan al ANC cuando afirma ser la organización más representativa del país. Si no es cierto, que demuestren su apoyo popular en las urnas electorales.

Para asegurar que las masas populares queden incluidas en este proceso estamos distribuyendo y discutiendo nuestras propias propuestas constitucionales y un proyecto de carta de derechos. Queremos que estas sean discutidas en todas las estructuras de nuestra alianza, es decir, el ANC, el Partido Comunista Sudafricano y el Congreso de Sindicatos Sudafricanos, así como por el pueblo en general. De ese modo cuando el pueblo vote por el ANC para que lo represente en una asamblea constituyente, sabrá no solo lo que el ANC defiende en líneas generales, sino qué tipo de constitución queremos. Naturalmente estas propuestas constitucionales están sujetas a revisión sobre la base de consultas con nuestros miembros, con el resto de la alianza y con el pueblo en general. Queremos lograr una constitución que reciba amplio apoyo, lealtad y respeto. Eso solo puede lograrse si vamos realmente a las masas populares.

A fin de impedir estas justas demandas, se han hecho varios intentos para minar y desestabilizar al ANC. La violencia es el más grave de esos intentos, pero hay otros métodos más insidiosos. En la actualidad, tanto en la prensa como entre nuestros adversarios políticos y muchos gobiernos occidentales, existe una obsesión con nuestra alianza al Partido Comunista Sudafricano.

La prensa constantemente publica especulaciones sobre el número de comunistas que integran nuestro ejecutiva nacional y aducen que estamos siendo dirigidos por el Partido Comunista.

El ANC no es un partido comunista sino un amplio movimiento de liberación que entre sus miembros incluye a comunistas y a otros que no lo son. Cualquier persona que sea miembro leal del ANC, y que acepte la disciplina y los principios de la organización, tiene el derecho de pertenecer a sus filas.

Nuestra relación con el Partido Comunista Sudafricano como organización se basa en el respeto mutuo. Nos unimos con el Partido Comunista Sudafricano en torno a aquellos objetivos que nos son comunes, pero respetamos la independencia de cada uno y su identidad individual. No ha habido intento alguno por parte del Partido Comunista Sudafricano de subvertir al ANC. Por el contrario, derivamos fuerza de esa alianza.

No tenemos la más mínima intención de hacerles caso a aquellos que nos sugieren y aconsejan que rompamos esa alianza. ¿Quiénes son los que ofrecen estos consejos no solicitados? Provienen mayormente de los que nunca nos han dado ayuda alguna. Ninguno de esos consejeros ha hecho jamás los sacrificios que han hecho los comunistas por nuestra lucha. Esa alianza nos ha fortalecido y la haremos aún más estrecha.

Nos encontramos en una fase de nuestra lucha en la que ya se avizora la victoria. Pero tenemos que asegurar que esa victoria no nos sea arrebatada. Tenemos que asegurar que el régimen racista sienta el máximo de presión hasta el final para que comprenda que tiene que ceder, que el camino hacia la paz, la libertad y la democracia es irresistible.

Por eso deben mantenerse las sanciones. No es este el momento de premiar al régimen del apartheid. ¿Por qué habría de premiársele por derogar leyes reconocidas como un delito internacional? El apartheid aún existe. Hay que obligar al régimen a que lo elimine. Y solo cuando ese proceso sea irreversible podremos comenzar a pensar en disminuir las presiones.

Estamos hondamente preocupados por la actitud que la administración Bush ha adoptado con respecto a este asunto. Ese fue uno de los pocos gobiernos que estuvo en contacto habitual con nosotros para examinar la cuestión de las sanciones y le hicimos ver claramente que eliminar las sanciones sería prematuro. Sin embargo esa administración, sin siquiera consultarnos, sencillamente nos informó que las sanciones norteamericanas iban a ser anuladas. Consideramos que eso es totalmente inaceptable.

Es en este contexto que valoramos muy, muy hondamente nuestra amistad con Cuba. Cuando usted, compañero Fidel, dijo ayer que nuestra causa es la causa de ustedes, yo sé que ese sentimiento surge del fondo de su corazón y que es el sentimiento de todo el pueblo de Cuba revolucionaria.

Estamos unidos porque nuestras organizaciones, el Partido Comunista de Cuba y el ANC, luchan en defensa de las masas oprimidas, para que aquellos que crean las riquezas obtengan sus frutos. Su gran apóstol José Martí dijo: «Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar».

Nosotros en el ANC siempre estaremos del lado de los pobres y sin derechos. No solamente estaremos junto a ellos. Vamos a asegurarnos de que más temprano que tarde los pobres y sin derechos rijan la tierra en que nacieron y que —como expresa la Carta de la Libertad— sea el pueblo el que gobierne. Y cuando ese momento llegue, habrá llegado no solamente por nuestros propios esfuerzos, sino también gracias a la solidaridad, al apoyo y al estímulo del gran pueblo cubano.

Debo concluir mis palabras refiriéndome a un hecho del cual todos ustedes son testigos. El Comandante Fidel Castro me impuso a mí la orden más alta que este país puede conceder. Me siento indigno de esta condecoración porque pienso que no la merezco.

Es un premio que debe otorgársele a aquellos que ya han logrado la independencia de su pueblo. Pero es fuente de inspiración y de renovada fuerza el ver que esta condecoración se confiere al pueblo de Sudáfrica como reconocimiento de que está erguido y lucha por su libertad.

Esperamos sinceramente que en los días venideros seamos dignos de la confianza en nosotros que se ve expresada en esta condecoración.
¡Viva la Revolución Cubana!
¡Viva el compañero Fidel Castro!

Nelsón Mandela

domingo, 8 de diciembre de 2013

Mandela derrotó al imperialismo



Mandela visita a Fidel en 1991
Para conocer la inmensidad de la figura de Mandela es imprescindible conocer la tragedia humana que significó para la Republica de Sudáfrica y el África en general, el régimen del Apartheid.
Apartheid, es un término africaan y neerlandés que significa algo como vida separadas. En el caso de Sudáfrica, consistió en apartar en todos los ordenes, comenzando por el jurídico, a las etnias del país, separándolas en europeos y no europeos, o el lenguaje utilizado en ese momento, en blancos y negros. A la gente africana (la bantú) por imposición imperial se le vetó el disfrute de su propia tierra.
No debe haber lugar a la duda o a la ambiguedad, el apartheid fue un sistema de gobierno utilizado por el imperio inglés en los territorios africanos ocupados, y en el caso de Sudáfrica legalizado e impuesto a sangre y fuego. Nada nuevo en las formas imperiales que utilizaron el genocidio como metodo de apropiación de territorios. Igual lo hicieron en America, en el Caribe, y procedieron de forma similar en la India.
En Sudáfrica fue una división abiertamente desigual. Los europeos y sus descendientes ejercían el control absoluto del aparato del estado. Se apropiaron de la casi totalidad de las tierras, desplazaron a la gran parte de la población a lugares similares a campos de concentración. Se quedaron con todos los privilegios, sumiendo a la población bantú  en las penurias de la pobreza y la humillación.
Así para circular en cualquier lugar, la población bantú, la mayoritaria, la originaria, tenía que tener un grueso cuaderno, tipo pasaporte donde se registraba cada uno se sus pasos. Las zonas prohibidas abundaban. Los blancos europeos tenían zonas exclusivas; las entradas a servicios públicos estaban divididas, si una persona bantú trabajaba para un blanco, este debía solicitar permiso y pagar un impuesto. Ni siquiera se podían bañar en la misma playa. Los peores trabajos, eran para la gente bantú, a la que también se le sometía a exámenes médicos denigrantes para poder acceder a esos empleos. El apartheid se implementó oficialmente desde 1948, con un marco jurídico impresionante de más de 100 leyes, que prohibían desde los matrimonios mixtos hasta la coexistencia en las mismas urbanizaciones. Por supuesto, los derechos políticos se reservaron estrictamente a los blancos. En cuanto a la escuela, ninguna persona bantú tenía derecho a cursar estudios universitarios. Los europeos y su descendencia que hablaban el africaan (una lengua que simplifica el holandés), pretendieron que la mayoría sudafricana, aprendiera por la fuerza este idioma, para que abandonara su cultura, su unidad como nación. Para consolidar el imperial apartheid mataron a miles de personas negras y afrodecendientes, incluyendo niñas y niños. Así actuaba la segregación etnica, a finales del SIglo XX. No es algo abstracto, sin padre ni madre, el apartheid fue hijo del imperio europeo, en cualesquiera de sus operadores. Para el caso sudafricano, del inglés. 
Aviso en el período del apartheid
 Contra todo este estado de injusticia, llamado legalmente apartheid, practica imperial europea para exterminar a la nación africana, se erigió Nelson Mándela. Él estaba muy claro de que lo significaba aquella opresión imperial, como lo expresó en su visita a Cuba:
"El apartheid no es algo que haya comenzado ayer. Los orígenes de la dominación racista blanca se remontan tres siglos y medio, al momento en que los primeros colonos blancos iniciaron el proceso de división y posterior conquista de los Khoi, los San y otros pueblos africanos: los habitantes originarios de nuestro país.
El proceso de conquista, desde su comienzo, engendró una serie de guerras de resistencia, las que a su vez generaron nuestra guerra de liberación nacional. Luchando con grandes desventajas, los pueblos africanos trataron de defender sus tierras".
No fueron 27 años en un claustro religioso. Fueron años de lucha de una trinchera obligada. Su actividad política le dio cohesión al partido Congreso Nacional Africano, en la convicción de que al tomar el poder político sería necesario un partido con capacidad y equipos formados para la mejor conducción de la Patria Refundada. Mandela, escogio como  modus operandi  la desobediencia civil que implementa desde 1952. En ella se inspirarían para en convocar el Congreso del Pueblo de 1955 y que este adoptará  la "Carta de la Libertad"  programa principal en la causa contra el apartheid.
Este plan era de clara tendencia izquierdista y nacionalista. Su principal idea fuerza era que "el pueblo se gobierne". Reclamaba la tierra para todas las personas, reducción de la jornada laboral, salario justo, educación gratuita y obligatoria. La dirigencia del CNA se inscribía, y con ella Mandela, en el movimiento panafricanita, socialista y del Sur que contaba entre otros con Krugma (Ghana), Toure (Guinea), Nasser (Egipto), Keita (Mali), Cabral (Cabo Verde y Guinea Bissau), Neto (Angola), Machell y Modlane (Mozambique), Mugabe (ZImbawe), Kouda (Zambia), Kama (Bostwana) Neyere (Tanzania). Vale decir, la ideología y accionar de los antiperialista o anti apartheistas sudafricanos era solida y de trascendencia internacional. El apoyo de los gobiernos de esos lideres sería vital para el movimiento de liberación sudafricano, en especial el de los países limitrofes que daría cobizgo a miles de exiliador y perseguidos a muerte del regimen imperial sudafricano.
Sisulu, Mandela y Tambo pilares el CNA
Mándela fue catalogado junto a sus camaradas" de terrorista, a pesar de seguir las enseñanzas de Ghandi. Ello debido a que el CNA decidió optar por prácticas  armadas para defender sus principios libertarios. Después de varios arrestos es condenado a prisión perpetua en 1963. No obstante, desde allí, hará conocer internacionalmente los crímenes del régimen segregacionista de Sudáfrica, y mantendrá cohesionado al Partido Congreso Nacional Africano, que en algunos momentos parecía dividirse.
La actividad de Mándela desde la cárcel, sin precedentes en la historia política mundial, es un factor nodal en la abolición del apartheid. Mandela era inspiración y oxigeno para los miles que luchaban y entregaban sus vidas en las calles del país, con sus cantos de firmeza espiritual y sus impresionantes marchas y congregaciones.
 En 1990, tras 27 años sale en libertad física. puesto que sus ideales siempre estuvieron en la calle, en las batallas populares. El gobierno no puede más con presión nacional e internacional, que se expresa a través de un bloqueo económico. Hasta los gobiernos europeos no tienen más remedio que sumarse, para intentar lavar la cara del holocauto africano que habían provocado.
 De 1990 a 1993,a la par de buscar las condiciones de paz e idoneidad para una democracia multietnica en su país, Mandela realiza simbólica visitas a varios países del mundo. El Primero en América va a ser la Cuba Revolucionaria, para encontrarse, como el mismo lo expresará, con sus camaradas y amigos, dejando bien sentado de que pasta estaba hecho. El 17 de julio de 1991, dijo en suelo cubano:
"El pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África. Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la independencia, la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo por los principios y el desinterés que la caracterizan".
En ese mismo discurso, Mandela dará la justa dimensión al triunfo de Cuba en Cuito Carnavale:
"¡La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para toda África!"

 En 1994, el gran hombre y el CNA ganan las elecciones. Se convierte en un adalid de la paz y la justicia africana. Ya en el poder, como primer presidente democraticamente electo, además de ser el primer bantú pueblo en serlo, impulsa una verdadera revolución que termina por derrumbar el muro de leyes segregacionistas y promocionar una verdadera constitución nacional que exprese el crisol sudafricano. Allí, además de una bandera que sintetiza la diversidad que habita la nación, la Constitución que hoy podemo denominar "Mandeliana", fija que su misión principal es:
"Remediar las injusticias del pasado y establecer una sociedad basada en valores democráticos, la justicia social y los derechos humanos fundamentales",
Sólo después de la victoria sobre los enemigos, sobre los verdugos de su gente es que vendrá la estrategia del perdón, no antes, porque hubiera sido claudicar, si después para mostrar la grandeza del gentilicio africano y la capacidad de construir el propio destino del país.

La vida heroica del revolucionario africano Nelson Mándela, se resume, en las palabras que pronunció en 1964, luego de ser condenado a cadena perpetua, un principio que guiara su existencia:

    "He luchado contra la dominación de los blancos y contra la dominación de los negros. He deseado una democracia ideal y una sociedad libre en que todas las personas vivan en armonía y con iguales oportunidades. Es un ideal con el cual quiero vivir y lograr. Pero si fuese necesario, también sería un ideal por el cual estoy dispuesto a morir".
Ahora Sudáfrica, sin la segregación étnica, sin intervención imperialista, crece para todos, y es uno de los países más próspero del mundo.
Nelsón Mandela, Padre de Sudáfrica, vivió y luchó hasta el final guiado por esos grandes ideales, en nada compatible con el imperialismo ni el capitalismo.

martes, 3 de diciembre de 2013

La fase superior de la Revolución



El líder supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, sustentado en el legado de Simón Bolívar, sentó e inició la construcción de las bases de la verdadera soberanía nacional.
Con su hija predilecta, la Constitución Bolivariana, abrió e ilumino los caminos para una Patria con independencia política, económica y cultural. Todo está prevista en ese magistral documento guía. De allí nacen los planes de desarrollo del país, como lo fueron el 2000 – 2007; 2007 -2013, que con el nombre de Simón Bolívar incidieron para conformar el país potencia tan predicado por Hugo Chávez; y ahora el Programa de la Patria que señala el rumbo del gobierno socialista que preside Nicolás Maduro Moro, hombre formado directamente por el gran ideólogo bolivariano que ha sido Chávez Frías.
Cuando Chávez en octubre anunció un golpe de timón, se refería a llevar al país hacia una Fase Superior de la Revolución. Es dejar que lo malo que se niega a morir muera y que lo bueno que está saliendo del vientre de la Patria, nazca, de luz.
La fase superior es extirpar los tumores malignos del país como la corrupción, los vicios inmorales como la especulación, la usura, el timo, el burocratismo, el clientelismo.
Es relanzar los grandes valores de la organización como el estado comunal, la economía productiva en beneficio de la totalidad de la población; las alianzas internacionales a favor de la pluripolaridad. Las practicas sanas para rehabilitar el ambiente, el patrimonio histórico, los valores familiriares, vecinales y colectivos. La Patria Buena, pues.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Una guerra económica o psicológica

La guerra económica es una guerra psicológica contra la población con la finalidad de provocar tal descontento que lleve a uno de dos resultados. Uno que en la próxima elección el elector aplique un voto castigo contra quien cree causante de su angustia por la escasez o el alto costo.
Otro, que la gente, desate su furia contra el gobierno a través de hechos, que pudieran ser el castigo a los comerciantes, apropiándose de las mercancías, elemento que pudiera devenir en sucesos violentos y perdidas de vida.
En ambos, los jefes de la guerra económica, la derecha fascista, juegan con la propia vida de los seres humanos.
En el caso venezolano, los planes de la derecha se han encontrado con murallas creadas por la Revolución Bolivariana. La Primera de ella, el alto poder adquisitivo de la clase trabajadora, respaldada por las previsiones tomadas por el gobierno para mantener abastecidos las redes de mercados populares de productos de primera necesidad. Por tanto, quebró operación al estilo de Chile o Nicaragua, de rendir por hambre.
El descarado sobreprecio en bienes electrodomésticos, textiles y construcción apostaba a crear un malestar generalizado y una matriz de opinión de que debido a las políticas monetarias todo se ha encarecido y está escaso.
La ofensiva revolucionaria, ha demostrado fehacientemente que el control de cambio para preservar las reservas funciona, pero la buena fe del Estado en los empresarios fue aprovechada por estos para saquear los sueldos y salarios de la población. Ahora el Gobierno y el Pueblo ponen orden y justicia.

domingo, 20 de octubre de 2013

Caída y regreso de una Revolución


Luego de superar la más cruel violencia política, el sandinismo fue derrotado electoralmente en 1989. Una Revolución que consiguió dar bienestar en educación y salud al pueblo, no pudo hallar la fórmula para sostener sus avances.
Fue genial en crear un nuevo marco legal, pero incapaz de darle al estado una fuerza económica que apalancara el proceso. La economía siguió estando en manos de la burguesía y las importaciones no dejaron de ser la primera fuente de origen de los bienes.
La agricultura no dio el salto esperado. La mitad de la población permaneció en las ciudades abultando el sector servicios junto con una adormecida burocracia gubernamental y una clase media temerosa a ser desplazada.
La Revolución expropio y nacionalizó, pero no arrojó los vicios de la corrupción, el clientelismo y las malas gestiones.
Por aquí se coló el enemigo. La falta de claridad ideológica obligó al liderazgo, cuando empezaron a escasear los productos a distribuir los bienes esenciales por cadenas privadas al no disponer de suficiente personal honesto. Por otra parte, los revolucionarios no habían llegado a acuerdos en cuanto a que sectores de la productividad activar. Lo cual es sencillo, si se opta por la cesta básica. El otro gran debate fue el de que subsidiar, siendo la respuesta la misma, incluyendo salud y educación y por último ¿Qué política cambiaria adoptar?

La principal causa de la caída sandinista
En unas palabras del Comandante Daniel Ortega quien presidió por vez primera a Nicaragua de 1979 a 1990 está la principal razón del ataque contra su gobierno, que es el primer argumento de agresión contra toda forma de gobierno distinta a las clasificadas por EEUU y Europa:
Nosotros somos un país pequeño, no somos una potencia militar, somos una potencia moral, hemos sido un ejemplo, hemos sido inspiración para la lucha de los pueblos en América Latina y en el mundo.”
Por esa causa bañaron de sangre a la Revolución Negra de Haití, muy temprano en la primera mitad del siglo XIX.

Que pasó luego de 1989
El ataque económico y las acciones de desestabilización a baja intensidad no cesaron. Junto a ello una intensa campaña internacional para aislar al gobierno de Nicaragua, que solo con el apoyo cubano, dado que la Unión Soviética entraba en su fase terminal.
En las elecciones de 1989, la primera oferta electoral de la oposición nucleada en torno a una sola candidatura fue la de revertir los problemas económicos y respetar la obra de gobierno. No obstante, la situación económica del país no mejoró con el gobierno de derecha y los alcances sociales en educación y salud se detuvieron y agravaron.
El sandinismo continuó en la vida política desde 1990 a 2006, lapso en el cual se revisa y obtiene varias elecciones municipales y legislativas.
En 2007, con Daniel Ortega, gana las elecciones presidenciales, a pesar de una intensa campaña sucia del oposicionismo, en sus primeras acciones de gobierno se decreta de nuevo la gratuidad de la educación y acceso a servicios médicos. Se toman medidas para asegurar el aumento de la productividad y la inserción favorable de Nicaragua en la economía internacional.
En América encontró un ambiente favorable por las revoluciones en Sur América y la aparición del ALBA. Ortega fue reelecto en 2011.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Embajadores de Venezuela en África rechazan agresión contra Siria

VII ENCUENTRO DE JEFES DE MISION EN EL CONTINENTE AFRICANO
Nosotros, Jefes de Misión de la Republica Bolivariana de Venezuela en África, reunidos en la ciudad de Túnez, (Cartago), rechazamos categóricamente las amenazas e intenciones genocidas del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, conjuntamente con sus aliados que se han ensañado contra el pueblo Sirio y su gobierno democrático, garante de la soberanía e independencia de su aguerrida población.
Como misioneros de la paz, inspirados en el pensamiento e ideario de nuestro Libertador Simón Bolívar, quien acertadamente señaló: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar el mundo de miserias y hambre en nombre de la libertad”.
Animados por el compromiso histórico y el pensamiento solidario de nuestro Comandante Supremo, Hugo Chávez, en defensa de los principios que rigen los derechos humanos y por la constante lucha por la paz del valiente e irreductible del pueblo Sirio.
Nos sumamos al clamor mundial que exige el derecho a la vida y a la felicidad del pueblo Sirio y apoyamos decididamente las acciones de los países defensores de los derechos humanos.
Declaramos nuestro profundo rechazo a cualquier tipo de agresión, así como las acusaciones infundadas sobre el uso de “armas químicas” que se pretenda ejercer sobre el histórico pueblo Sirio.    

Túnez,  03 de Septiembre de 2013

sábado, 27 de julio de 2013

¿Cómo decirlo, Presidente Chávez?

¿Cómo decirlo, Presidente?

Reinaldo Bolívar

Hemos estado haciendo las cosas de siempre que tú bien conoces, No hemos parado de vivir, como tú lo pediste.
Algunos más visibles que otros. Hombres y mujeres. Contigo se hace más entendible la consigna “Chávez vive, la lucha sigue”. Aquí no se para de luchar.
Hay los que batallan en sus espacios administrativos, los que pelean en las esquinas. Los que no bajan la guardia en el barrio, en el pueblito.
Y se guerrea en todos los frentes. En el campo, sembrando para comer y para que otras coman. En las escuelas para que cada niño, niña y adolescente adquiera las herramientas para “vivir viviendo”.
Te vas haciendo más  presente con cada hacer. Ya es imposible hablar de Simón Bolívar sin recordarte a ti. Venezuela ya es igual a Chávez.
Es cierto, que de pronto nos llega como una tristura profunda al recordar tus pasos subiendo las escaleras al avión rumbo a La Habana. Pero tu misma imagen, tu voz que sigue retumbando instrucciones patrias, nos reanima.
Si bien, sigue el dolor tan grande de estar sin ti, sabemos que iluminas con tu energía los pasos de la Revolución y en cada triunfo que nos inspiras reaparecerá la alegría de saberte triunfador junto a este pueblo de las heroicidades.
Hay tanta gente Presidente, sin mucha estridencia; con su mirada tierna, pensativa, con sus manos suaves y duras,  con sus casas nuevas o con sus esperanzas frescas que te sueña, que te recuerda, que te tiene presente.
Cómo decírtelo, es como si ahora, Presidente, pasaste definitivamente a vivir en cada hogar venezolano.

Reflexiones sobre el devenir del Panafricanismo

  Reflexiones sobre el devenir del Panafricanismo   De su nacimiento, en el último cuarto del siglo XIX, en el Caribe Oriental, en paí...